OPINIÓN

Los gritos no bastan, alcen a la gente y pasen de la retórica a la acción

por Víctor A. Bolívar Víctor A. Bolívar

@jguaido

Hace largo rato dejamos la dirigencia y el activismo político. Sin embargo, ello no ha sido impedimento para que desde los pocos espacios que nos quedan, podamos advertir amenazas, proponer ideas y formular las  sugerencias y críticas constructivas que vengan al caso con la mayor objetividad posible. Las crudas verdades que desnudan realidades –como siempre– incomodan, sobre todo a quienes utilizan la mentira para medrar y mantener su estatus a costa del sacrificio del colectivo.

Esa repudiable forma de hacer política se ha convertido en una característica de algunos pocos que se erigen como nuestros líderes, pese a que es principalmente a ellos a quienes corresponde escuchar y promover propuestas destinadas a resolver nuestro drama. El caso es que siguen dando tumbos en una deriva interminable. Basta ver las más recientes encuestas de Datanálisis y Meganálisis en las que tanto el régimen como la oposición “llevan lo suyo” en el rechazo popular.

Desde varios medios, y muy especialmente desde este concedido gentilmente por El Nacional, hemos utilizado esos espacios para el análisis y los aportes.  En este sentido, solo bastaría con enumerar la casi totalidad de los artículos publicados y disponibles en este medio que invitamos a releer. No nos tomaremos el atrevimiento de citarnos textualmente, pero sí cabe destacar los distintos aspectos que hemos abordado.

El derecho de emplazar a nuestros líderes, el relanzamiento del espíritu unitario de 2015, la panacea de las regionales de 2017, el bestial fraude electoral del 30 de julio y su resultado: la ANC y el peligro de esta como ente cohabitante en la AN, la fundamentación constitucional de cuanto deba hacerse para el empleo de misiones extranjeras en el país, el restablecimiento del orden constitucional y el activo desconocimiento de este régimen usurpador, el retiro de los jefes de misión; la ruptura de las relaciones diplomáticas; la ruptura de las relaciones consulares; la interrupción parcial o total de las relaciones económicas como consecuencia de la aplicación del TIAR, la incorporación consensuada de la bancada del régimen a la AN y la designación del CPE, el desarrollo en el plano internacional de una buena política de Estado, el descalabro al que nos llevaron las elecciones regionales, los peligros para el presidente encargado y los diputados luego de la elección parlamentaria, la reconstrucción de Venezuela como una nación moderna que constituya de nuevo la mejor carta de presentación ante el mundo, la designación del régimen como promotor de un Estado terrorista como una política de mayor presión, la urgencia de tener liderazgos y partidos que sean verdaderos referentes en la lucha por la democracia y la libertad, constituyen todas precisiones, ideas, propuestas, reconocimientos, advertencias, etc, que dan fe del fervor y la inquietud que nos mueve sin otro interés.

Hoy replanteamos una consideración que por cruda causará un explicable escozor, cuando explícitamente en otro artículo: “Creo más en Yaracuy que en la ONU”; desarrollamos la tesis de priorizar el movimiento de calle organizado por encima de la retórica. Se impuso otro parecer: acallaron la protesta por una consulta inocua que no nos dejará nada tangible. La repudiada elección parlamentaria del 6D no será inocua, tendrá sus efectos con los que tendremos que lidiar. Lamentablemente, el “Alza la Voz” se impuso por encima del “Alcemos a la Gente”, conforme al cual la retórica se impuso a la acción. Tuvo que ser distinto, solo así nos tomarán en serio, aquí y afuera.

Por muchas razones, dudamos que la Asamblea Nacional presidida por Guaidó pueda hacer –después del 5 de enero de 2021– lo que inexplicablemente no hizo desde 2015 a la fecha. Advertimos desde ya sobre el plan B de algunos dirigentes que seguramente dejarán “en la estacada” a Guaidó, porque ya están manoseando las elecciones de alcaldes y gobernadores para el próximo año, a las que por cierto ya fueron en 2017, aun siendo convocadas por la ANC.

Para concluir esta especie de atrevida catarsis, hacemos nuestro un pertinente comentario que leímos en las redes: “Daño hicieron al país los aplausos a Chávez, no quienes advirtieron el desastre al que condujo a Venezuela”. Algún día el pueblo despertará, ojalá que sea pronto.

@vabolivar