En la actualidad existe la inclinación y una cierta creencia desaforada a pensar que sabemos más de lo que realmente sabemos, pero cuando nos detenemos a estudiar, de forma honesta y seria cualquier punto dado por cierto, tanto de la filosofía, como de la ciencia, incluso de la historia, la sociedad y asuntos tan esenciales como el conocimiento de sí mismo, se apercibe, casi de manera inmediata, aquella frase del filósofo “yo sólo sé que no se nada”, sigue más personificada que nunca, en la mente de cada una de las personas.
Estudiar la teoría de los sesgos cognitivos que aporta la psicología a las ciencias sociales, es necesario para superar todas las barreras sociales y mentales que impiden el desarrollo de la sociedad; resulta absurdo y hasta ridículo, seguir arrastrando, teorías, doctrinas, tendencias, que mantienen a las naciones sumidas en una reprochable y penosa pobreza intelectual, social, política, económica y hasta espiritual si es el caso.
Pretender colocar una estructura de poder, órgano, dominio o señorío que controle la vida privada de las personas y sus potencialidades en aras del desarrollo, como predican y realizan las propuestas del siglo XXI, para la humanidad, demostró la gran equivocación de todo el siglo XX, y de los siglos que le precedieron.
Es un desliz que siempre estará en los operadores dentro del control político y económico, pretender controlar a la sociedad para sus intereses egoístas y personalistas.
La filosofía de la libertad, contra las doctrinas totalitarias y tiránicas, es un hecho que motiva al servicio de la verdad, como el servicio de ser la voz de aquellos que la sufren. La connivencia de las fuerzas políticas y de todos los actores políticos con ideas y corrientes del pensamiento que socavan y atentan contra los derechos y libertades naturales de las personas, resulta un acto vergonzoso en todas las épocas y en todas las naciones.
Por otro lado, la investigación política, de los hechos, de los fenómenos, doctrinas, corrientes filosóficas que se expresan en la sociedad, la economía, como un cuerpo de fuerzas formativas, se hace imprescindible examinar para no sólo tener el diagnóstico justo, así como también las causas que originaron tales problemas, enfermedades sociales, que se reflejan en la economía e incluso en el estado anímico, y la salud de la sociedad.
Es decir, las causas de los problemas sociales, específicamente de la economía, se encuentran en las alteraciones volitivas causadas por parte de la ideología, bajo los variados matices democráticos, que son imprimidos en la conciencia social. Por tanto, la sociedad como organización es el sustrato de la filosofía política, de tal manera que, si hay fallas y sesgos cognitivos en el sistema, todo ello, se refleja como si fuese un espejo en la sociedad.
La sociedad, es el resultado del sustrato de la conciencia social, del imaginario colectivo, es decir, de las fuerzas y corrientes filosóficas, intelectuales que forman parte de esa construcción social del pensamiento, que influyen de forma directa en los impulsos volitivos, expresando su naturaleza, a través, de las bases, principios y valores de la filosofía política.
Estas disertaciones vertidas aquí, no pretenden expresar ninguna teoría, simplemente son la expresión sistémica de la filosofía y de cómo incide el conocimiento, las ideas cognitivas en el funcionamiento de la sociedad. Partiendo de la base que las naciones son la expresión de las ideas, formas, frases, pensamientos, principios, valores, símbolos; todos estos elementos y factores didácticos y pedagógicos impresos en la conciencia colectiva de un país, sus organizaciones, en sí ,en la vida social y el modus vivendi de las personas.
Es por ello que, las fuerzas intelectuales, manifiestan su naturaleza, que son los pilares bases de las naciones con sus organizaciones políticas y estas imprimen una conciencia desde la edad temprana, que va a permitir la consolidación del sistema político, económico, sistema de justicia, y de seguridad, entre otros, como verdaderas potencias plásticas que se imprimen en el cuadro de las naciones.
Tales fuerzas filosóficas, intelectuales, traen factores catabólicos, entiéndase destructivos, que influyen en el tejido social de las naciones, además de factores anabólicos, entiéndase constructivos, que va a tener todo el proceso del sistema político y económico de las naciones.
Hacernos conscientes de estas tesituras, permite conocer ¿cuán constructivo o destructivo es el conocimiento filosófico para la humanidad? y en base a qué ideas prismáticas, además de instintivas, manipulan la sociedad, a través, del entorno cognitivo con su escala de valores e impulsos sociales.
Para resumir, la filosofía de la libertad con todos sus principios, valores éticos, morales es el fundamento del conocimiento, la luz del conocimiento, donde se ha bebido en todas las épocas y periodos de la humanidad, es por tanto, que sólo conociendo el mundo de las ideas, la filosofía, ese mundo sensible, abstracto de la naturaleza y sus leyes, es que verdaderamente el hombre se puede liberar.