OPINIÓN

Los dineros del sacristán

por Antonio Guevara Antonio Guevara
Guaidó

Archivo

…cantando se vienen, cantando se van

Resulta increíble cómo a la afirmación que hace Mike Pompeo en su libro de reciente aparición en la que expresa: “Tampoco nos olvidamos del pueblo venezolano hambriento y oprimido, que recibió más de mil millones de dólares en ayuda humanitaria de Estados Unidos durante la administración Trump”, se le ha convertido en la diana preferida de exegetas del ejército de voluntaristas procedentes de todos los sectores y otras especies de la fauna que le hace de claque al gobierno interino y en general de la politiquería en que se ha convertido la gran tragedia venezolana; para desligar a Juan Guaidó y a su gobierno de las responsabilidades, no solamente de esos fondos que se recibieron para la ayuda humanitaria, como también de todos los recursos de la administración de Citgo y de Monómeros, y los otros compromisos asumidos durante sus tres años de gestión, con el eterno escudo de la alcahuetería. No hay ningún motivo para pensar que esos fondos no llegaron al país. Es lapidario, los fondos llegaron… sin hacer mucho ejercicio de imaginación. Leamos.

Rabo de cochino

En ninguna parte del bestseller del funcionario norteamericano dice que se los entregaron a Guaidó. Es verdad, no lo dice; sin embargo, el gobierno interino que presidía el exdiputado presidente de la Asamblea Nacional era el único que se reconocía oficialmente en ese entonces en el gobierno de Estados Unidos bajo la administración Trump, de la cual Mike Pompeo era el jefe del Departamento de Estado. El gobierno de Estados Unidos se entendía directamente sin intermediarios con el gobierno interino de Venezuela. La otra alternativa (negada) de la entrega era asignárselos al gobierno usurpador de Nicolás Maduro con sanciones procedentes de la OFAC.

Oreja de cochino

El otro asunto es la marcha del gobierno interino y sus gastos de funcionamiento derivados. Salarios de los diputados a la Asamblea Nacional, de los embajadores designados, de los miembros del gabinete de sombra y los relacionados con la dinámica del gobierno y hasta del despacho de la primera dama son algunos ejemplos de las partidas para justificar ¿Desde dónde se financiaba eso y cómo? ¿De dónde salieron esos recursos?

Trompa de cochino

El exdiputado acaba de hacer una rendición de cuentas a oscuras, de 150 millones de dólares ejecutados durante sus 3 años de gestión al frente del gobierno interino. Entre estos recursos y aquellos indicados por el exdirector de la CIA y ex jefe del Departamento de Estado norteamericano hay una diferencia de más de 850 millones de dólares que no son ninguna concha de ajo. Lo de a oscuras es doblemente reseñado porque durante su exposición en la sede de Fedecámaras alguien le bajó el interruptor a la iluminación y lo otro es que una rendición de cuentas sin ningún tipo de contraloría, sin posibilidades de auditoría y con un inmenso manto de dudas, le coloca más tenebrosidad a la rendición y una penumbra de incertidumbres que ustedes saben hacia dónde se orienta.

Pata de cochino

Por último, está el origen de esos fondos. Ese dinero ¿era de los contribuyentes norteamericanos o era dinero represado por las sanciones al régimen de la revolución bolivariana? Con tantos peldaños burocráticos y los intrincados cercos legales –la cárcel siempre es una amenaza en el norte– para la disposición de fondos que salen del bolsillo fiscal gringo para esas actividades reseñadas, es difícil que esos dólares hayan sido de ese origen. Tiene más sentido que hayan salido de los millones de dólares represados por las sanciones, que legítimamente pertenecen a los venezolanos y si es así, estos tienen todo el derecho a ejercer de contraloría social al gobierno interino ¿O no? Cualquier venezolano tiene el derecho de desempolvar el eslogan de la campaña electoral de Luis Herrera Campins en 1978 ¿Dónde están los reales?

Entonces, solo con estos planteamientos básicos anteriores, sin necesidad de profundizar más y sin hacer maromas neuronales para arribar a un solo cuerpo de conclusiones ¿Quién recibió esos recursos durante la administración Trump-Pompeo en Estados Unidos indicados para ayuda del sufrido pueblo venezolano? Por favor, con rabo de cochino, con oreja de cochino, con trompa de cochino y con pata de cochino, eso no puede ser un ornitorrinco.

Los dineros del sacristán

Sí sabemos que el enemigo está en Miraflores y que para allá deberíamos de apuntar en prioridad la escopeta. En esa alineación de los aparatos de puntería para impactar al blanco de poder retomar la esperanza de un cambio político en un corto o en un mediano plazo para el sufrido pueblo de Venezuela, hambriento y oprimido como lo califica Pompeo, hay que afinar muy bien la identificación del contrario después de tantos fracasos frente al régimen, algunos no muy inocentes. También están en esa calificación de enemigo quienes le hacen el juego a la revolución con sus incompetencias en los cargos, con sus ineptitudes en el ejercicio y con sus ignorancias – inducidas o no– y el coro de celestinos que los defienden en vanguardias de opinión desde donde se les aúpan y encubren estas conductas que son la manifestación más perversa de corrupción. ¡Sí! De corrupción. Así como lo leen. Son más de mil millones de dólares a la hora y fecha con un solo destinatario: el pueblo venezolano hambriento y oprimido en su representante interino ante el gobierno de Estados Unidos. Unos recursos que a la hora y la fecha están sin registro, sin cuenta, sin auditoría, sin contraloría, sin rendición, sin finiquito; con mucha oscuridad y con una coraza de alcahuetes para contribuir a enterrar el asunto.Claro, en este caso, como se trata de los dineros del sacristán, cantando se vienen, cantando se van.