En Venezuela, país de bellezas naturales, arepas, y crisis intermitentes, hay una figura que emerge con singular vitalidad: el conspiranoico. No hay que confundirlo con el pensador crítico, el politólogo de sobremesa o el clásico ‘jalabolas’ de turno. No, el conspiranoico venezolano es un ser único, audaz en su búsqueda de verdades ocultas y férreo creyente de que todas las cosas malas de su vida —y de la del país en general— tienen un origen misterioso y oscuro, casi siempre orquestado por un gobierno en las sombras, que además, incluyen desde lagartijas espaciales hasta el Fondo Monetario Internacional.
En este país, donde los apagones son tan frecuentes como los rumores de golpe de Estado, y donde un pájaro hablando de política no es considerado raro sino un emisario de verdades, los conspiranoicos han encontrado terreno fértil. Es en este universo mágico, donde nacen teorías que solo podrían tener origen en una arepera de madrugada. Aquí exploraremos, con el debido respeto al absurdo, algunas de las teorías más descabelladas que rondan en la mente del conspiranoico venezolano.
- Los Illuminati de la Arepa
Todo comienza con la arepa. Para los venezolanos, la arepa es algo más que un alimento; es casi una religión. Y si los Illuminati estuvieran controlando el mundo, sin duda alguna lo harían a través de la arepa, el alimento más sagrado. Según los conspiranoicos de este rincón del mundo, el círculo perfecto de la arepa simboliza nada menos que el “ojo que todo lo ve” de los Illuminati.
Si un «Illuminati de la Arepa» existe, entonces es él quien decide los precios, la disponibilidad y la consistencia de la harina de maíz. ¿Por qué creen que hay escasez de Harina PAN? Dicen algunos que eso es obra de la élite global, para que los venezolanos no se alimenten, pues saben que la arepa es la fuente de energía de la resistencia tropical. Y sí, según los conspiranoicos locales, la Harina PAN está alineada con la constelación de Orión, un dato supuestamente confirmable, si alguna vez vemos una arepa a contraluz con suficiente atención.
- La invasión de los «pajaritos espías»
Que los animales puedan ser instrumentos de espionaje no es nuevo, pero aquí la cosa adquiere un matiz poético. En Venezuela, la fauna conspira, y nada menos que los pajaritos son los principales agentes dobles de esta red de espionaje que, según algunos, comenzó en tiempos de la Guerra Fría y ha evolucionado hasta nuestros días. Estos pájaros son vistos como diminutos drones emplumados, enviados por potencias extranjeras para vigilar al país, espiando y reportando cada chispa de insatisfacción ciudadana, cada conversación crítica en la cola del banco.
Para los conspiranoicos venezolanos, estos pajaritos tienen micrófonos incorporados y cámaras diminutas. Si un loro repite “¡viva la revolución!”, no es una casualidad ni un acto de mímica, es una señal. Si un pajarito se posa en tu ventana, ¡cuidado!, puede estar allí para obtener pruebas de tu preferencia por el dólar o de tu desprecio por los mangos públicos. Porque aquí, los pajaritos, son los nuevos patriotas cooperantes, ya que no sólo cantan, ¡chismorrean!
- La verdadera élite reptiliana: el Lagarto Llanero
Para los creyentes de las teorías de la conspiración reptiliana, Venezuela no se queda atrás. De hecho, el origen de los reptiles poderosos del mundo no está en Europa ni en Estados Unidos. ¡Está en los llanos venezolanos! Según esta teoría, los lagartos llaneros son una casta especial de seres, capaces de cambiar de forma, desde humano a animal y de animal a humano, y tienen poderes secretos de manipulación mental.
No es extraño que algunos piensen que las largas pausas en los discursos oficiales, no son más que momentos de reconexión con los poderes interdimensionales de esta casta. El Lagarto Llanero sería, entonces, el jefe supremo del país, el verdadero presidente oculto, encargado de controlar y dirigir los hilos de todas las desgracias del venezolano promedio. Algunos dicen que basta con mirar a los ojos de ciertos funcionarios en cadena nacional, para ver un destello sospechoso, casi reptiliano.
- La alianza oscura: Elvis Presley, Michael Jackson y Simón Bolívar
Según una subcultura dentro de los conspiranoicos venezolanos, figuras célebres como Elvis Presley, Michael Jackson y hasta el mismísimo Simón Bolívar nunca murieron, sino que forman parte de una liga secreta de «entidades inmortales». En esta teoría, Bolívar, Elvis y Jackson están en algún lugar remoto, observando y vigilando. Y, claro, conspirando.
Cuentan algunos conspiranoicos que Simón Bolívar, tras su “muerte”, fue internado en un programa de criogenia secreto. Bolívar, entonces, no solo sigue vivo, sino que también es el líder de la «Liga de los Inmortales Latinoamericanos» (LIL). Según rumores, en esta liga también se encuentran personajes como la abuela de alguien que conoces y quien fue «raptada por extraterrestres». ¿Su misión? Simple: proteger a Latinoamérica y, específicamente, a Venezuela, de cualquier amenaza global, desde el capitalismo hasta los memes virales.
- El mito del bolívar fuerte: la conspiración monetaria universal
Otra teoría conspirativa que hace las rondas en las colas bancarias de Venezuela, un espacio sagrado para discutir la política monetaria mundial, es que el bolívar, esa entrañable moneda cuya vida ha sido tan azarosa como breve, no es el resultado de la inflación ni de decisiones económicas cuestionables, sino de una manipulación global que involucra a las principales potencias del mundo y, por supuesto, el Vaticano.
Según esta teoría, la continua devaluación del bolívar no tiene relación alguna con los problemas económicos del país, sino que es parte de un “experimento global”. En palabras de los conspiranoicos, afirman que “el bolívar es un ensayo para ver cómo las masas reaccionan a la opresión económica en un estado donde la moneda no vale nada”. Y no solo eso, el propósito final de la devaluación sería probar la aceptación de una futura criptomoneda mundial, controlada por los Illuminati, naturalmente.
Así que, si un día ven el símbolo de los Illuminati en un billete de baja denominación, no se sorprendan, ya estábamos avisados.
- El fantasma de Chávez y su red de cadenas espirituales
Entre las teorías más surrealistas está la de que el fallecido presidente Hugo Chávez no ha dejado de comunicar su mensaje desde “el más allá”. Algunos conspiranoicos sostienen que Chávez, al igual que una radio mal sintonizada, sigue enviando señales, frecuentemente interceptadas en las transmisiones de la radio nacional, en un extraño fenómeno conocido como «cadenas espectrales».
Pero no son cualquier tipo de cadenas. No. Para estos creyentes, se trata de un sistema de comunicación ultradimensional con el pueblo venezolano, y su objetivo es advertir de amenazas inminentes. Las cadenas espirituales de Chávez, abarcan temas como la invasión del reguetón gringo, la escasez de papel higiénico (aparentemente relacionado con una mafia interestatal) y la aparición de voces distorsionadas en ciertas estaciones de radio.
- El Club de los Desaparecidos: el Comité de Escasez Internacional
De la escasez de ciertos productos no se habla a la ligera. Si se acabó la leche, si el papel higiénico es tan raro como el sentido común, la culpa no es de la cadena de suministros ni de políticas de producción; ¡es del Comité de Escasez Internacional!
Para el conspiranoico venezolano, este comité es una organización mundial de poderosos, que se reúnen en sótanos oscuros, para determinar qué productos faltarán en Venezuela cada mes. De acuerdo con la teoría, lo hacen para que el pueblo se debilite y acepte fácilmente la dominación de entidades superiores.
Las papas, el café y el jabón son víctimas de decisiones arbitrarias de este comité, que, además, según los conspiranoicos, son seres insensibles que nunca han probado una arepa de verdad.
Conclusión: la conspiración como escape
El conspiranoico venezolano, no es simplemente una persona que se deja llevar por ideas extrañas o narrativas alternativas. Es, en esencia, un personaje único, profundamente moldeado por el entorno surrealista en el que vive. Es un ser poético, un soñador lúcido que, atrapado en una realidad tan insólita, que a menudo parece haber salido de una novela de realismo mágico mal escrita, busca sentido en un mundo que constantemente desafía toda lógica. Sus teorías conspirativas, tan absurdas como ingeniosas, no son meras fantasías, son un reflejo de una visión aguda y desconfiada, alimentada por décadas de incertidumbre política, económica y social.
En estas teorías, a primera vista irracionales, se esconde un acto de resistencia creativa. Revelan no solo una profunda desconfianza en las instituciones, los gobiernos y los sistemas establecidos, sino también un ingenio nacional particular, una habilidad casi artística para entrelazar caos y significado. En un país donde la realidad se transforma en lo impensable de un día para otro, en el cual lo extraordinario se convierte en rutina, el conspiranoico venezolano no solo sobrevive, reinterpreta el mundo a su manera, llenándolo de simbolismo y narrativa propia.
Quizás, más que una simple creencia, las teorías conspirativas son un tipo de escapismo creativo, un recurso psicológico para enfrentar las adversidades cotidianas. En Venezuela, donde un apagón puede durar semanas, el cambio de moneda se siente como un hábito mensual, y un pajarito es proclamado como la reencarnación de un líder político, aferrarse a estas ideas no parece tan descabellado. En un entorno donde las explicaciones racionales suelen fallar, donde las tragedias se encadenan con un ritmo casi predecible y los milagros parecen posibles, creer en estas teorías puede ser, paradójicamente, una expresión de lógica adaptativa.
Al final, las conspiraciones no son solo relatos de paranoia colectiva, sino también una forma de construir identidad y esperanza en medio de la incertidumbre. Es una manera de reordenar el caos, de dotar de sentido a lo incomprensible, y quizás, el acto de fe más sensato que alguien podría tener en un país, donde lo improbable es el pan de cada día. El conspiranoico venezolano, más que un mero creyente de lo inverosímil, es un narrador de su propia epopeya, un cronista de un mundo que desafía todas las reglas.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional