OPINIÓN

Los Altos: diversidad e interculturalidad en el estado Miranda

por Horacio Biord Castillo Horacio Biord Castillo

El estado Miranda, como otras circunscripciones federales de Venezuela, encierra una gran diversidad. Internamente se le suele dividir en cinco regiones o subregiones, como también se las conceptúa. Esas divisiones serían (1) los Valles del Tuy; (2) el valle de Guarenas y Guatire; (3) Barlovento; (4) el área mirandina o este de Caracas con Petare a la cabeza (municipios Sucre, Baruta, El Hatillo y Chacao) y (5) Los Altos. Los Altos han sido tildados más recientemente de mirandinos, aunque durante mucho tiempo se les llamó solo Los Altos o incluso Altos de Caracas, como ocurría en el siglo XIX.

Los Altos encierran una gran diversidad, no solo biológica, asociada esta última a los diversos pisos térmicos y a los diversos ecosistemas que ocurren en la topografía regional. En cuanto a la división política, Los Altos comprenden los municipios Los Salias, correspondiente a San Antonio de Los Altos; Carrizal, cuya capital es la población homónima; y Guaicaipuro, el municipio más amplio y que otrora fuese el único que incluía a los dos anteriores.

El municipio Guaicaipuro tiene varias parroquias y muchas de ellas se corresponden con áreas geográficas diversas: la parroquia capital o Los Teques; la parroquia El Jarillo; la parroquia San Pedro; la parroquia Cecilio Acosta, cuya capital es San Diego de Los Altos, y comprende también a San José de Los Altos, El Naranjal y La Cortada del Guayabo; las parroquias Paracotos, Tácata y Altagracia de la Montaña, todas estas ya en tierras bajas. Estas últimas parroquias no pertenecen geográficamente a la zona de Los Altos, pero además de lo geográfico también social, cultural, económica e históricamente han estado relacionadas con Los Altos. Quizá en menor medida lo esté Tácata por su ubicación próxima a la ciudad de Cúa, uno de los principales centros poblados de los Valles del Tuy.

Los Altos propiamente o la zona montañosa de Los Altos (aparente redundancia que ayuda a explicar que zonas pobladas de tierras bajas están estrechamente relacionadas con las de las tierras altas y dependen políticamente de sus cabeceras municipales) como región o subregión, según la óptica que se asuma, encierra en sí misma una gran diversidad sociocultural e incluso lingüística.

En El Jarillo viven descendientes de los colonos alemanes que inicialmente se asentaron en la Colonia Tovar (municipio Tovar, estado Aragua). En la década de 1890 se produjo una escisión de la comunidad. Allí, en la parroquia El Jarillo, los descendientes de alemanes aún conservan tradiciones de origen alemán. Presumiblemente todavía varios ancianos hablan el alemánico, una variante del alemán hablada por los primeros colonos y que se ha conservado, aunque ya como una lengua obsolescente, en la Colonia Tovar y, tal vez en menor medida, en El Jarillo. Diagnosticar el estado actual del alemánico local, llamado localmente patuá (patois) o dialecto, sería de gran importancia para impulsar programas de recuperación lingüística, incluso mediante la modalidad de los nichos lingüísticos. No se trataría, sin embargo, solamente un proyecto de revitalización lingüística, sino también sociocultural para fomentar de esa manera la conservación de tradiciones y la cultura de origen alemán como parte del patrimonio cultural intangible de Los Altos y el municipio Guaicaipuro en específico.

En las zonas rurales de Los Altos (por ejemplo, en Laguneta de Montaña y Pozo de Rosas, cerca de Los Teques; en El Naranjal y Caipauro, cerca de La Cortada del Guayabo; en Guareguare, próximo a San Diego de los Altos, en terrenos divididos entre los municipios Guaicaipuro y Carrizal) hacen vida comunidades rurales que poseen saberes, haceres e identidades locales de gran importancia. Es una tarea pendiente fomentar la conservación de tantas tradiciones y conocimientos locales que se unen a los de los centros poblados de Los Altos, cada uno con sus propios caracteres.

La llegada de inmigrantes europeos en la década de 1950 y la subsecuente instalación de colonias portuguesas, italianas y canarias en diversos lugares de Los Altos mirandinos también ha enriquecido la diversidad sociocultural e incluso lingüística. Elocuente testimonio de la presencia portuguesa en Los Altos es hoy en día el santuario de Nuestra Señora de Fátima, ubicado entre Lomas de Urquía y Llano Alto, en el municipio Carrizal. A esas colonias se suman también las de árabes, sudamericanos (principalmente colombianos) e incluso indígenas, como el barrio wayúu de Los Teques.

Otro aspecto no menos relevante es el relativo a las tradiciones musicales, compartidas por diversas poblaciones ubicadas en una especie de isoglosa cultural que marca las diferencias entre la música mirandina y la del alto Llano más hacia el sur, contrastes que se codifican en el joropo e incluso en la elaboración de instrumentos musicales, como el arpa. No pueden dejarse de lado tradiciones religiosas que, como expresión de la diversidad sociocultural, destacan en la región. Durante la Semana Santa, las procesiones adquieren una gran relevancia social y congregan a muchos devotos en poblaciones como Los Teques, Carrizal, San Diego de los Altos y San Antonio de Los Altos. Dichas procesiones, junto a las de otros centros poblados y demás prácticas religiosas, merecen ser estudiadas como manifestaciones de la piedad popular con diferencias y énfasis que ocurren en cada una de las localidades.

Hermosas son la diversidad de paisajes y la diversidad sociocultural que caracterizan a una región diversa de un estado diverso como evidencia de la diversidad sociocultural e identitaria de Venezuela. Parece un trabalenguas, pero es una realidad a veces invisibilizada por la ideología de una única identidad nacional.

Recientemente la alcaldía del municipio Guaicaipuro, a través de la oficina del cronista de Los Teques, el licenciado Manuel Almeida quien ha puesto todo su empeño y voluntad en un fin tan loable, ha promovido la creación del Centro de Estudios para la Interculturalidad y la Descolonización del Municipio Bolivariano de Guaicaipuro (CIDEG) que fue formalmente inaugurado por el alcalde Farith Fraija Norwood el viernes 22 de marzo de 2024. Dicha institución tiene como objetivo fundamental fortalecer y visibilizar la interculturalidad, así como promover las investigaciones y la promoción y difusión de la diversidad sociocultural del municipio Guaicaipuro y, por extensión, de la región de Los Altos.

Bienvenida sea esta hermosa iniciativa del cronista Almeida y que la interculturalidad, la descolonización y la valoración de toda forma de diversidad (sociocultural, lingüística, étnica, sexual, epistemológica e ideológica) sea un espacio propicio y fértil para el encuentro de quienes amamos esta tierra y soñamos un futuro digno e inclusivo.

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