Uno de los eventos que tuvo mayor resonancia en los primeros años de existencia de la Nueva Valencia del Rey fue la llegada del explorador y conquistador Lope de Aguirre, mejor conocido como “el Tirano Aguirre” y que otros también lo apodaron “el Loco”.
A Lope de Aguirre no lo podemos catalogar ni como corsario ni como pirata porque él fue un militar español al servicio del rey Felipe II, quien terminó por ser un traidor a la corona y que por primera vez pisa suelo americano en la tercera década del siglo XVI en Perú y que tiempo después decidió declararse en rebeldía contra su majestad en un altercado que hubo con su jefe mientras formaba parte de una expedición que buscaba El Dorado.
Así en el tiempo, Lope de Aguirre fue recorriendo Suramérica hasta que pasa a Margarita y luego se desplaza a Borburata, donde entre otras cosas secuestra a la esposa del alcalde, hace pregonar en la ciudad los argumentos por los cuales se declaró en desobediencia al rey y después de 20 días viaja a la Nueva Valencia.
Aguirre llega a Valencia encontrándose que sus vecinos habían huido ante la sanguinaria fama que este tenía. Sin embargo, no dejó este de realizar actos bárbaros como el hecho en contra de Pedro Arias y Alarcón, quien era uno de sus seguidores pero que se había arrepentido de sus acciones y deseaba estar nuevamente a las órdenes del rey y fue considerado por Aguirre como un traidor a su causa, motivo por el cual lo hizo preso y según refieren lo hizo llevar por las calles de Valencia con el siguiente pregón:
“Esta es la justicia que manda hacer Lope de Aguirre, ira de Dios, Príncipe de la Libertad, fuerte caudillo de los invencibles marañones*. A este hombre (Pedro Arias de Alarcón) por servidor del rey mándale hacer cuartos, y que su cabeza sea puesta en el rollo** desta ciudad. Quien tal hace que tal pague…” Y así Arias de Alarcón fue ejecutado y su cuerpo desmembrado y repartido por la ciudad. Por cierto, se dice que luego de la ejecución, pasó Aguirre por la Plaza Mayor y viendo la cabeza de Alarcón en el rollo expresó a viva voz lo siguiente: Allá estás amigo Alarcón, ¿Cómo no viene el rey de Castilla a resucitaros?” (1)
Estando aún Aguirre en Valencia, le llegan noticias de que los soldados españoles lo andaban buscando y por ello decide continuar su viaje hacia Barquisimeto, dejando a la ciudad con casas quemadas y mucho ganado muerto en venganza porque los valencianos habían huido a las islas del lago y él no los pudo capturar porque no disponía de embarcaciones para llegar a ellas. Poco tiempo después Aguirre fue capturado y ejecutado en Barquisimeto y su cuerpo fue desmembrado y repartido en varios sitios de la Provincia de Venezuela como muestra de la justicia y advertencia para quienes quieran traicionar al rey.
En relación con su estadía en Valencia, debemos decir que para la historia de nuestra ciudad hay que comentar dos sucesos importantes:
El primero de ellos se refiere a la ejecución de Pedro Arias de Alarcón, hecho este que desde el punto de vista documental vendría a ser la primera ejecución ocurrida y registrada (hasta la fecha) en nuestra ciudad, pues estamos hablando del año 1561.
El segundo es que en nuestra ciudad fue donde Lope de Aguirre escribió su famosa carta al rey y que dada la importancia de ese hecho procedemos a transcribir algunos fragmentos. La carta completa la pueden leer en el portal web de la Academia de Historia del estado Carabobo www.ahcarabobo.com, en la barra de menú hacer clic en (áreas de trabajo) y luego hacer clic en (publicaciones).
“Rey Felipe, natural español, hijo de Carlos, invencible: Lope de Aguirre, tu mínimo vasallo, cristiano viejo, de medianos padres hijodalgo,natural vascongado, en reino de España, en la villa de Oñate vecino, en mi mocedad pasé al mar Océano a las partes del Perú, por valer más con lanza en la mano, y por cumplir con la deuda que debe todo hombre de bien; y así en veinte y cuatro años, te he hecho muchos servicios en el Pirú , en conquistas de indios, y en poblar pueblos en tu servicio, especialmente en batallas y reencuentros que ha habido en tu nombre, siempre conforme a mis fuerzas y posibilidad, sin importunar a tus oficiales por paga, como aparecerá por tus reales libros.”
“Bien creo excelente Rey y Señor, aunque para mí y mis compañeros nos has sido tal, sino cruel e ingrato a tan buenos servicios como has recibido de nosotros aunque también bien creo que te deben engañar, los que te escriben desde esta tierra, como están lejos. Avísote, Rey español, adonde cumple haya toda justicia y rectitud, para tan buenos vasallos con en estas tierras tienes, aunque yo, por no poder sufrir más las crueldades que usan estos oidores, Visorey y gobernadores, he salido de hecho con mis compañeros, cuyos nombres después te diré , de tu obediencia, y desnaturándonos de nuestras tierras, que es España, y hacerte en estas partes las más cruda guerra que nuestras fuerzas pudieren sustentar y sufrir, y esto, cree, Rey y Señor, nos ha hecho hacer el no poder sufrir los grandes pechos,premios y castigos injustos que nos dan estos ministros que, por remediar a sus hijos y criados, nos han usurpado y robado nuestra fama, vida y honra, que es lástima , ¡Oh Rey! Y el mal tratamiento que se nos ha hecho. Y ansi, yo, manco de mi pierna derecha, de dos arcabuzazos, que me dieron en el valle de Chuqinga, con el mariscal Alonso de Alvarado, siguiendo tu voz y apellidándola contra Francisco Hernández Girón, rebelde a tu servicio, como yo y mis compañeros al presente somos y seremos hasta la muerte, porque ya de hecho hemos alcanzado en este reino cuán cruel eres, y quebrantador de fe y palabra; y así tenemos en esta tierra tus perdones por de menos crédito que los libros de Martin Lutero. Pues tu Virey, marqués de Cañete, malo, lujurioso, ambicioso tirano, ahorcó a Martín de Robles, hombre señalado en tu servicio, y el bravoso Thomás Vázquez, conquistador de Pirú, y al triste Alosnso Díaz, que trabajó más en el descubrimiento de este reino que los exploradores de Moysen en el desierto: y a Piedrahita, que rompió muchas batallas en tu servicio, y aun en Lucara, ellos te dieron la victoria, porque si no se pasaran, hoy fuera Francisco Hernández rey del Pirú. Y no tengas en mucho al servicio que tus oidores te escribenhaberte hecho, porque es muy gran fábula si llaman servicio haberte gastado ochocientos mil pesos de tu Real caja para sus vicios y maldades. Castígalos como a malos, que de cierto lo son.”
“Mira, mira, Rey español, que no seas cruel a tus vasallos; ni ingrato, pues estando tu padre y tú en los Reinos de Castilla sin ninguna zozobra, te han dado tus vasallos a costa de su sangre y hacienda, tantos reinos y señoríos como en estas partes tienes. Y mira, Rey y señor, que no puedes llevar con título de Rey justo ningún interés destas partes donde no aventuraste nada, sin que primero los que en ello han trabajado sean gratificados. “
“A la salida que hicimos del río de las Amazonas que se llama el Marañón, vi en una isla poblada de cristianos, que tiene por nombre la Margarita, unas relaciones que venían de España, de la gran cisma de luteranos que hay en ella, que nos pusieron temor y espanto, pues aquí en nuestra compañía hubo un alemán, por su nombre Monteverde, y lo hice hacer pedazos. Los hados darán la paga a los cuerpos, pero donde nosotros estuviéremos, cree, excelente Príncipe, que cumple que todos vivan muy perfectamente en la fe de Cristo.”
“Ay, ay, qué lástima tan grande que César y Emperador, tu padre, conquistase con la fuerza de España la superbia Germania, y gastase tánta moneda llevada destas Indias descubiertas por nosotros, que no te duelas de nuestra vejez y cansancio siquiera para matarnos la hambre un día! Sabes que vemos en estas partes, excelente Rey y señor, que conquistaste a Alemania con armas, y Alemania ha conquistado a España con vicios, de que, cierto, nos hallamos acá más contentos con maíz y agua, sólo por estar apartados de tan mala ironía, que los que en ella han caído pueden estar con sus regalos. Anden las guerras por donde anduvieron pues para los hombres se hicieron; mas en ningún tiempo, ni por adversidad que nos venga, no dejaremos de ser sujetos y obedientes a los preceptos de la Sancta Madre Iglesia Romana. “
“Los capitanes y oficiales que al presente llevo, y prometen de morir en esta demanda, como hombres lastimados, son: Juan Jerónimo de Espínola, ginovés, Capitán de infantería; los dos andaluces; Capitán de a caballo, Diego Tirado, andaluz, que tus Oidores, Rey y señor, le quitaron con grande agravio indios que había ganado con su lanza; Capitán de mi guardia, Roberto de Coca, y su Alférez Nuflo Hernández, valenciano; Juan López de Ayala, de Cuenca, nuestro Pagador; Alférez General, Blas Gutiérrez, Conquistador de veintisiete años, natural de Sevilla; Custodio Hernández, Alférez, portugués; Diego de Torres, Alférez, Navarro; Sargento Pedro Rodríguez Viso; Diego de Figueroa, Cristóbal de Rivas, Conquistador; Pedro de Rojas, andaluz; Juan de Salcedo, Alférez de a caballo; Bartolomé Sánchez Paniagua, nuestro barrachel; Diego Sánchez Bilbao, nuestro Pagador.”
“Y otros muchos hijosdalgos desta liga ruegan a Dios, Nuestro Señor, te aumente siempre en bien y ensalce en prosperidad contra el turco y franceses, y todos los demás que en estas partes te quisieren hacer la guerra; y en estas nos dé Dios gracias que podamos alcanzar con nuestras armas el precio que se nos debe, pues nos han negado lo que de derecho se nos debía. Hijo de fieles vasallos en tierra vascongada, y rebelde hasta la muerte por tu ingratitud. Lope de Aguirre, El Peregrino“. ( 2 ).
Sin duda alguna que Lope de Aguirre fue todo un personaje que, por su valentía, maldad y su osadía de enfrentar al rey, se hizo muy famoso hasta el punto de llegar a atribuirle el fenómeno de la llamada “Bola de Fuego” reseñada en los cuentos del llano venezolano. Otra de las cosas más siniestras sobre Lope de Aguirre fue que él antes de ser capturado asesinó a su hija, pues prefirió verla muerta que en manos de sus futuros captores.
Como dato curioso vamos a decir que a Simón Bolívar se le atribuye la siguiente opinión sobre Lope de Aguirre: “La rebelión de Lope de Aguirre fue la primera declaración de independencia de una región de América”.
1.-De Piedrahita, Lucas F. (1688). Historia General de las Conquistas del Nuevo Reyno de Granada a la S.C.R.M de Don Carlos Segundo Rey de las Españas y de las Indias. Libro XII. (P. 575).
2.- López Portillo, Felícitas (2003). Historia Documental de Venezuela, Volumen 1. Primera Edición, Universidad Autónoma de México, Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos. Universidad Autónoma de México. (p.25-31).
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