Hasta el momento cuando escribo este artículo no se sabe quién ganó las elecciones en Estados Unidos. Pero viendo el comportamiento del presidente Donald Trump fue inevitable recordar a Chávez. Y es que los extremos se tocan. Trump y Chávez parece que fueron separados al nacer, uno agarró para la izquierda y el otro, para la derecha. Voy a usar el tiempo presente para compararlos, quizás por aquello de que “Chávez vive”…
Ambos son igual de soberbios. Creen que “su” verdad es “la” verdad. Estimo que jamás pensaron que la verdad es múltiple, pues se trata de la adecuación de los sentidos a la realidad de cada uno. Por lo tanto, puede haber infinitas verdades… Ninguno de los dos son capaces de aceptar que pierden algo. Si no la ganan, la empatan. Recuerdo la furia de Chávez cuando perdió la reforma constitucional… Le dio una pataleta y rompió todo lo que tenía a su alrededor, según testimonios de testigos presenciales que se desligaron del régimen. Dicen que Trump llamó histérico a los gobernadores donde perdió, a reclamarles que fue por “su” culpa. Siempre la culpa es de otro. No sé cómo Chávez hubiera manejado el coronavirus, pero Maduro lo ha hecho fatal… igual que Trump. Esa insistencia en que usar la mascarilla era “opcional” porque iba en contra de las libertades individuales resultó en un gentío enfermo, incluyéndolo a él, y quién sabe cuántos muertos.
Ambos son iguales de sectarios. Gobiernan solo para sus seguidores. Los demás son escuálidos, idiotas, conspiradores, golpistas, tramposos… Chávez hablaba siempre de los “revolucionarios”. Trump, de los estados “rojos”, que son donde los republicanos tienen mayoría.
Ambos son iguales de racistas y xenófobos. Chávez, por acomplejado. Trump, por imbécil. Chávez quería instaurar un paradigma del venezolano: este tenía que ser pata en el suelo, mestizo, zambo, indígena o negro. Nunca blanco. Menos mal que en eso fracasó, porque en Venezuela estamos todos mezclados, por muy blanquitos que unos se vean y hay deseo de superación… Trump, por su parte, detesta a los “no americanos de origen”. Eso incluye latinos, musulmanes, asiáticos…
Ambos son machistas y misóginos. Tratan a las mujeres como unos trapos. Una camarera del Marriott de Ciudad de Panamá me contó que cuando fue Chávez con Marisabel, su esposa en aquel momento, le reventó un collar de perlas en la recepción del hotel, a la vista de todo el mundo, con la “excusa” de que “solo las oligarcas usan perlas”. A Trump le hemos visto mil desplantes a Melania delante de las cámaras de televisión de todo el mundo. Y las miles de historias que circulan en ese mismo sentido no lo dejan bien parado.
Ambos son amigos y hasta “hijos” de Putin. Ambos son leales a ese criminal, porque les ha sacado las patas del barro varias veces.
Ambos hablan sin parar… son bocones, groseros, maleducados. Parece que pensaran que embelesan a todo el mundo… Por fortuna, Trump no se encadena. Debe ser porque en Estados Unidos todavía funcionan las instituciones.
Hago votos porque gane Biden. Sé que hay muchos venezolanos ilusionados con la victoria de Trump, porque creen que mandará sus marines a sacar a Maduro. Eso ya lo había ofrecido, hasta que habló con Putin… ahí reculó. Trump es un bocazas, igualito a Chávez. Mucho ruido y pocas nueces.
Lo único que le falta a Trump para ser idéntico a Chávez es la morrocoya…