OPINIÓN

Lo que ya pasó, lo que no pasó y lo que va a pasar

por Adolfo P. Salgueiro Adolfo P. Salgueiro

Foto: AFP

 

Este artículo se escribe en la noche del jueves 9 cuando ya han  ocurrido acontecimientos relevantes que sin duda habrán  influido también en forma determinante en los escenarios  del viernes 10. Eso ya pasó.

Como este columnista no ha sido dotado de la capacidad de profetizar visualizando el futuro, nos atendremos a analizar los escenarios probables o posibles  del viernes 10, siendo que estas líneas recién se publicarán el sábado 11, cuando supuestamente la situación política del país haya tomado, o esté tomando un rumbo que permita prever los resultados y acciones siguientes.

Lo acontecido el jueves 9 permite constatar 1) que el coraje de María Corina Machado no tiene límites, según quedó evidenciado con su emergencia de la clandestinidad, su intervención en la calle y posterior detención, incluyendo la escapatoria; 2) que la  dictadura no tiene ya la capacidad de convocatoria que en su momento era moneda corriente en época del Titán de Sabaneta; 3) que la oposición liderada por María Corina Machado sí ha demostrado desde hace meses que ella ha logrado consolidar un liderazgo a fuerza de exhibir una conducta intachable soportada -hasta ahora- por acciones consistentes con su discurso, lo cual genera un margen de credibilidad pocas veces alcanzada hasta ahora por un líder político tradicional en nuestra Venezuela; 4) que cuando los excesos llegan y pasan la línea roja, el pueblo pierde el miedo, el cual ahora se ha instalado en los espacios oficiales generando una situación cuya fluidez permite augurar los cambios deseados por la gran mayoría de los ciudadanos.

A estas horas sabatinas ya habremos sabido si Edmundo González Urrutia se pudo juramentar o no. De no haber podido hacerlo es evidente que el altísimo costo político a  cargo de la tiranía ha producido un proceso de erosión que por su característica no cesará si acaso los de Miraflores consiguen no irse. El proceso, en etapa metastásica, no tiene vuelta atrás, por lo que el eslogan «hasta el final» resulta particularmente apropiado en las circunstancias.

Quienes nos ocupamos preferentemente de lo internacional y sus consecuencias, en su gran mayoría afirmamos que la presión de la comunidad internacional es y será determinante, sin dejar de reconocer que el papel central está a cargo de nosotros los venezolanos.

Creemos que ni el más escéptico podrá pensar que la acción coordinada de numerosos exmandatarios democráticos de nuestro continente y de otras latitudes, sumada a las sanciones (algunas más efectivas que otras), no sean parte de las fantasías que seguramente perturbaran el sueño de los responsables  que con  buena probabilidad tendrán que enfrentar la Corte Penal Internacional  y/u otros tribunales o agencias.

Cierto es que al régimen no le faltan algunos aliados cuya solidaridad ideológica, genuina o no,  difícilmente  pase del campo declarativo o del cálculo pragmático de los favores que Venezuela les ha hecho y que, naturalmente, esperan seguir disfrutando (Cuba, Nicaragua, Bolivia, Honduras, etc.).

Tomando en cuenta el panorama político vigente, con o sin la participación de Estados Unidos, está claro que, si ya no se fueron, pronto lo harán cuando les recuerden la sabia conseja del general Luis Felipe Llovera Páez a su compadre Pérez Jiménez, en este mismo mes de enero pero del año 1958, cuando  lúcidamente le recomendó:   “Vámonos, Marcos Evangelista, porque pescuezo no retoña”.

En resumen, opinamos que la creciente resistencia y desobediencia civil, las sanciones existentes y las que vendrán, el deterioro de la economía, la duda sobre las lealtades del estamento militar, la presión internacional y alguno que otro aventurero en búsqueda de recompensa, vaya a dar un giro  imprevisible a las cosas.

Si hoy la satrapía todavía estuviere instalada en Miraflores, auguramos que la caída llegará en las próximas semanas o meses, Al-Assad, Mubarak, Gaddafi, Pol Pot y demás fauna que eran intocables hasta no hace mucho tiempo, no terminaron sus respectivas gestiones en forma pacífica.

apsalgueiro1@gmail.com