Medio Oriente
La peor noticia para Irán. Sin dudas las sanciones caerán sobre los ayatolás y las contemplaciones que el “estadista” Biden tuvo para el régimen terminan. Cuidado, esto no significará necesariamente a mi juicio “carta blanca” para Israel, pero sí un gran alivio en lo logístico y apoyo político para Netanyahu. Creo que en punto a esto Jerusalén debe procurar terminar las campañas en los próximos cuatro a seis meses, algo que estimo al alcance de Israel y abriría un nuevo compás geopolítico en Oriente Medio. En este escenario empiezan a tener relevancia las actitudes irracionales de parte de los ayatolás. Los hutíes, por su parte, acaban de anunciar la detención de sus acciones en el mar… Los vientos comienzan a cambiar.
Guerra europea
El mandato de Trump coincide con el peor momento de Ucrania. No hay manera que Kiev revierta esto sin una OTAN que vaya a la guerra contra Rusia. Si Trump está tan focalizado en China, terminar la guerra europea es clave y perentorio. Y ello sólo como un primer paso para iniciar el largo proceso de separar a Rusia de China. No puedo ahora estimar cuál será la salida a la guerra europea de Trump; sin embargo, Zelensky debiera buscar negociar ya, además de buscar una manera de apartarse del poder frente a un mandato vencido hace más de seis meses y realizar las elecciones que su gobierno ha venido postergando, pues muy probablemente los rusos incrementen más lo que vienen haciendo. Pésima noticia para la OTAN y para la Unión Europea. La magnitud de esto sólo puede vislumbrarse.
El desafío chino
Creo que acá Trump puede cometer su gran error, si focaliza el desafío chino en lo militar y en el proteccionismo económico hacia ellos. El desafío chino es real y el más complejo que Estados Unidos ha enfrentado en su historia, pues el mismo es de carácter sistémico. No es uno que como la Primera y Segunda Guerra Mundial se resuelva fundamentalmente “manu militari”, ¿lo entenderán así? Trump es una pésima noticia para el mundo woke progre. Algunos van a necesitar replantear muchas cosas. Mucho más si Trump llega a un acuerdo con Rusia por Europa. Ojo con esto
Sin embargo, hay algo que ha pasado totalmente desapercibido para la prensa de este lado del mundo que está en shock ante lo sucedido en Estados Unidos, el futuro vicepresidente J.D. Vance expresó “que Estados Unidos no puede ser solamente alguien que impone conceptos morales frente a una China que construye infraestructura, financia proyectos y hace emprendimientos”. Esa declaración de Vance es una dramática explicación de la gigantesca ventaja que China ha sacado a Occidente en prácticamente todo el mundo. Esa capacidad china para generar cosas concretas urbi et orbi es lo que Estados Unidos “perdió” en el camino muchos años atrás, y la cambió por una obsesionada en la agenda de seguridad, y no una de un “gigantesco paraguas” sino muy focalizada en sus propios intereses; esto ha hecho que China se convierta en el desafío sistémico de Estados Unidos que hoy representa. La visión de Vance en este punto es a mi juicio la acertada, reconocer la falencia y trabajar por revertir el estado de cosas; algo que demandará muchos años de un continuo esfuerzo y abandonar paradigmas que se arraigaron profundamente, particularmente desde la administración Bush hijo en adelante, con la salvedad del ALCA para las Américas, que infantilmente boicoteamos desde América Latina.
¿Estará «alborozado» Moscú con la llegada de Trump?
Tengo que dar una respuesta al estilo de los “analistas todólogos” de salón: sí y no. Sí porque de cierta manera el camino que llevaba a un involucramiento directo de la OTAN en la guerra y con ello al intercambio nuclear (salvo para esos todólogos, claro) se ha alejado, aunque no puede descartarse el mismo, cuidado. Además Moscú es plenamente consciente que Estados Unidos ha cometido un error al producir la interacción ruso-china y es algo que deben revertir a largo plazo, una herramienta esta que juega a favor de los rusos. No, porque Trump es un negociador duro e imprevisible; uno que puede llevar las cosas a un extremo con tal de forzar una solución favorable.
En punto a lo anterior, debe de decirse que frente a hechos consumados que no admiten «arreglo» alguno, Trump en el pasado reconoció esos hechos y buscó generar una salida a los mismos: Los acuerdos en Doha con los talibanes del 2020 cuando era evidente el fracaso de dos décadas en Afganistán; El acercamiento a Kim Jong-un cuando la opción de una guerra no resultaba adecuada; el apoyo e impulso que dio a los Acuerdos Abraham, etc. Mi apreciación es que Trump presionará por parar la guerra europea buscando de alguna manera “salvar la cara” para Estados Unidos. El modo en que eso se logra no está para nada claro. La amenaza de reforzar a Ucrania para que triunfe sobre Rusia tiene poco recorrido a mi juicio, pues nuevamente lleva a la guerra con Moscú. Veremos.
Hay versiones que indican que Trump ha instado a Jerusalén a terminar la campaña cuanto antes. En este escenario no veo a Irán haciendo nada contra Israel. También es notoria la ignorancia de los “todólogos” para evaluar la magnitud del desastre estratégico mundial que como legado deja el “estadista” Biden. Nada que extrañe mucho, pues el nivel de análisis de estos suele confundir ¡onanistas con estadistas!
Cierro esta semana con nuestra acostumbrada recomendación de mi “inútil biblioteca: LA GUERRA DEL MUNDO por Niall Ferguson, ¿Cómo explicar la intensidad y alcance de la violencia desatada en lo que fue realmente una “guerra del mundo”?, Ferguson aborda en su libro más ambicioso hasta la fecha la respuesta a esta pregunta, la paradoja fundamental de esta “Edad del Odio” de la historia, que asoló ciudades y exterminó a millones de personas mientras el nivel de vida de gran parte de la población mundial mejoraba imparablemente. Con su característica brillantez, rigor y originalidad, en este libro explica cuál fue el problema de la modernidad en un viaje que le lleva de la estepa siberiana a las playas de Okinawa, de las llanuras polacas a los cementerios de Guatemala y de las calles de Sarajevo a los campos de exterminio de Camboya; GRUÑIDOS IMPERIALES por Robert D. Kaplan, en este libro esencial, Kaplan muestra las tácticas del imperialismo estadounidense y los entresijos de la guerra global contra el terrorismo sobre el terreno, misión a misión, en los paisajes más exóticos del planeta. Kaplan nos conduce de las junglas del sur de Filipinas a los páramos gélidos de Mongolia, desde los fuertes de Afganistán hasta las selvas de Sudamérica, para mostrarnos a las Fuerzas Especiales del Ejército, los Marines y otros estadounidenses de uniforme negociar con las facciones tribales, asaltar reductos terroristas, realizar misiones humanitarias y adiestrar soldados extranjeros. Nunca antes se había analizado con tanta precisión la dominante estrategia militar estadounidense; MEMORIES por Andrei Gromyko, nada más que agregar cuando uno lee el nombre de quien fuera el Ministro de Asuntos Exteriores de la URSS entre 1957 y 1985, en un texto donde en el ocaso de su vida narró sus grandes experiencias en momentos claves de toda la humanidad, demostrando su dilatada y brillante carrera diplomática que lo llevó a convertirse en el primer Presidente de la URSS en plenos cambios de la Perestroika y la Grasnost; IMPERATIVOS DEL EQUILIBRIO EN LA POLÍTICA MUNDIAL por T.A. Kozlowski, es un libro “viejo” (editado en 1969) pero que por su contenido no ha perdido vigencia, ya que es considerado todo un manual de la estrategia y geoestrategia, un texto que se anticipó un poco más de una década al surgimiento de las teorías neorrealistas en la política internacional.
@J__Benavides