Siempre afirmé, desde 2009, que el gas natural es y continuará siendo importante y llave en la transición entre fósiles y renovables y que no existe la posibilidad de considerar una economía global prescindiendo del gas natural.
Por ello insistía -y continúo- en la necesidad de que los estados latinoamericanos establezcan reglas nuevas y abiertas al capital privado para exploración de nuevas áreas gasíferas que permitan desarrollar nuevos reservorios, procesos que toman muchos años y requieren de seguridad jurídica y de estabilidad política. Todo en aras de que LATAM sea un hub gasífero para proveer LNG a Estados Unidos y para generación eléctrica porque el imperio norteamericano requerirá gas cada vez en mayores volúmenes, al margen de su propia producción interna.
Y específicamente el LNG (liquid natural gas) es un commodity que superó barreras de almacenamiento y transporte del gas, ahora es vendido en mercados sport y conquistó el mercado porque el gas es utilizado, principalmente, para generación eléctrica.
Gracias al shale (gas) Estados Unidos junto al medio Oriente son responsables del 80% de la producción global de gas para exportaciones.
Además, recientemente Europa volvió a reclasificar al gas natural y a la generación nuclear como “verdes” para ayudar a la transición energética porque de momento la generación eléctrica vía renovables aun no alcanzaron su punto crítico de generación a bajo coste y con tecnología de punta.
Rusia dejó de ser un key figure para suministrar gas a Europa, precisamente por las sanciones a las que está siendo sometida por su guerra de agresión contra Ucrania y porque, finalmente quiero creer que los europeos entendieron que si no dejar de depender del mercado ruso nunca tendrán autonomía energética.
En 2016 ya anotaba sobre la “apuesta europea en favor de la industria del gas”(ver link)
En 2024 se tiene que la demanda mundial de gas aumentó a un ritmo muy superior por un mayor uso de gas en la industria y se concentra cada vez más en Asia (reporte de la Agencia Internacional de Energía AIE).
Siguiendo con el informe: para todo el año 2024, se pronostica que la demanda de gas natural aumentará un 2,5%, impulsada principalmente por los mercados asiáticos, que aún continúan devorando carbón y no se meten “de lleno” a la transición energética que se auto imponen Europa y Estados Unidos.
Volviendo un poco a LATAM: Sólo como dato, las reservas probadas de gas natural en LATAM son superiores a 285,2 TCF (trillion cubic feet) o 5% considerando la escala global y por supuesto que hay aún posibilidad real de reactivar la industria gasífera particularmente en la nueva Argentina de Milei, con industrias shale gas; revitalizar proyectos de gas y de renovables en México -que tiene descuidada su industria eléctrica- y aunque produce gas sigue dependiente del gas que llega de Estados Unidos en esa su interdependencia comercial.
Adicionalmente toca renovar la arquitectura industrial de integración gasífera entre Colombia/Venezuela, esperando que hayan nuevos gobiernos de libertad y respeto a la ley.
Vale destacar a Trinidad y Tobago, que produce gas para exportar y consumir en su propia matriz energética. Es uno de los pocos países con generación eléctrica 100% generada por gas natural; con sus dos terminales de GNL, operativas de licuefacción: Atlantic LNG (capacidad total de 14,80 MTPA millones de toneladas por año). Quizá Trinidad & Tobago pueda dar lecciones sobre la industria todo el hemisferio.
Perú, de igual forma, es muy destacable su avance en la industria: tanto uso como producción de gas natural (y su planta LNG Pampa Melchorita, con capacidad operativa 4,45 MTPA).
El hemisferio recibe LNG en 20 terminales de regasificación, con capacidad total que ronda los 70 MTPA (en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Panamá, México, Jamaica, República Dominicana y Puerto Rico).
El gas, entonces, es el puente perfecto para la transición energética y urgen medidas para impulsar nuevas inversiones privadas en la industria; una vez que termine en el hemisferio la fiebre socialista que tiene varios países carcomidos.
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