«The road of excess leads to the palace of wisdom» (WILLIAM BLAKE)
Señoras y señores, hoy es el día. Por fin hemos logrado que los chavales cojan un libro de literatura y empiecen a leer. Digámoslo alto y claro: los niños también leen. No obstante, hay gente impertinente que se ve con el derecho a tocar las obras literarias y meterles mano para dejarlas a su gusto. Quienes defienden la literatura con censura creen que, para proteger a los churumbeles de la violencia, del sexo, la crueldad y la injusticia, lo mejor es adaptar los libros de literatura a un grado de igualdad sin mancha. En el mundo literario de estas personas no existen la envidia ni la codicia, no hay terremotos ni sequía. No cabe en el mundo nada que no pueda ser reglado ni puesto bajo control. Alguien ha estado cavilando un sistema para evitar a las generaciones venideras que sufran lo que algunos hemos sufrido. Todo para concluir que lo mejor que se puede hacer para instruir a un niño es ocultar, disimular y disfrazar la realidad a pesar de la fuerza de la verdad, la literatura y la vida.
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En marzo descubrimos que las novelas de Agatha Christie estaban siendo reescritas por la editorial Harper Collins, según informaba The Sunday Telegraph («Reescriben los libros de Agatha Christie para adaptarlos a las ‘sensibilidades modernas». El Mundo, 26.marzo.2023)*. Leemos en el diario que la editorial ha suprimido párrafos enteros del texto original de la escritora inglesa. Estos párrafos contenían términos de carácter étnico y alusiones al físico de algún personaje. En fin, que los escritores deberían escribir cosas políticamente correctas -¿para qué queremos entonces la literatura?- y no cruzar líneas rojas. Me pregunto yo, así en voz baja, qué sentido tienen obras como Rebelión en la granja, Fahrenheit 451, El principito, El conde de Montecristo, Jude el oscuro, La letra escarlata…
¿Acaso alguien en este mundo cree proteger del mal a un niño leyéndole el cuento de Caperucita Roja sin citar la astucia y la crueldad del lobo? ¿No es el miedo al mal una preparación para superar el mal?
Afortunadamente, la caza de brujas no se detiene ahí, sino que avanza hasta alcanzar a Mark Twain, Ian Fleming y Roald Dahl. Y escribo «afortunadamente» porque, siguiendo el verso de William Blake, «The road of excess leads to the palace of wisdom» que nos lleva al caso del autor de Matilda en el que ha habido un giro glorioso («Marcha atrás al Roald Dahl ‘woke’: volverá a ser publicado en inglés en su versión original sin censurar». Carlos Fresneda, El Mundo, 25.febrero.2023)** Fresneda cita en su artículo el comentario de la reina consorte Camila (antes Camila Parker) en una recepción en Clarence House con motivo del aniversario de su club de lectura en línea y dirigido a los escritores y la censura: ‘Please remain true to your calling, unimpeded by those who may wish to curb the freedom of your expression or impose limits on your imagination’ («Por favor, sean fieles a su vocación, y que no lo impidan quienes desean restringir su libertad de expresión o poner límites a su imaginación«). La editorial Puffin ha vuelto a editar la versión original de los libros censurados.
Nos quedará elegir entre una versión «light» o la versión auténtica, elegir entre lo que escribe el artista y lo que le reescriben por encima, lo que plasma un pintor (piense en Pablo Picasso o Egon Schiele) y lo que plasma la mente «limpia y esterilizada» de un censor con buenas intenciones.
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*El Mundo, 26.3.2023
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El Mundo, C. Fresneda, 25.2.2023
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