Usualmente, suelo escuchar entre muchos colegas y personas afines a mí que, aunque la tecnología les ha brindado la posibilidad de poder trabajar a distancia y de contar con recursos que hacen de su jornada laboral una actividad más sencilla, hay todavía un tema que les cuesta muchísimo: poner límites de tiempo, especialmente cuando teletrabajan.
De acuerdo con las estadísticas presentadas por la Sociedad Americana de Psicología, aproximadamente el 65% de los trabajadores estadounidenses citaron el trabajo como una fuente importante de estrés, lo que puede contribuir al desarrollo del burnout.
Si bien trabajar desde casa se ha convertido en una realidad para muchas personas en los últimos tiempos, es un escenario en el que se presentan grandes desafíos, especialmente cuando no se cuenta con un espacio de trabajo dedicado, pues la sensación de estar “siempre trabajando” puede ser abrumadora.
Por suerte, existen estrategias efectivas para establecer límites y evitar el agotamiento, así que, si eres de esas personas a las que les cuesta poner fin a la jornada laboral y disfrutar de un tiempo de calidad para descansar y recargar energías, continúa leyendo.
Una de las primeras medidas que se pueden tomar es dedicar la última hora del día exclusivamente al trabajo, evitando el sofá, la mesa de la cocina o la cama, pues estos lugares pueden convertirse fácilmente en espacios de trabajo improvisados, lo que lleva a trabajar extra.
Si reservas esta última hora para concentrarte en las tareas pendientes y evitar distracciones, se puede lograr un mayor enfoque y una sensación de logro al finalizar el día.
Además, es importante salir de casa a una hora determinada, sin importar si es para hacer ejercicio, comprar alimentos o simplemente dar un paseo. Alejarse de la computadora y de la lista interminable de tareas pendientes ayuda a cambiar de ambiente y desconectar mentalmente del trabajo. Este tiempo fuera permite establecer una clara separación entre nuestra faceta profesional y el ámbito personal.
Otro aspecto fundamental para evitar el agotamiento y la sensación de estar “siempre trabajando” es silenciar las notificaciones de aplicaciones del teléfono después de terminar nuestra jornada laboral.
Establecer límites claros y respetarlos ayuda a mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, lo que a su vez contribuye a una mayor productividad y bienestar general.
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