Apóyanos

Liderazgo mundial en entredicho: entre el caos y la razón

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Zelenski y Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca

La diplomacia mundial atraviesa un momento crítico. El liderazgo global se encuentra fragmentado, atrapado entre retóricas simplistas e incompatibles, y a menudo rezagado e insuficiente ante los graves problemas que enfrentamos: guerras comerciales, la prolongada ocupación rusa de Ucrania, crisis en Medio Oriente, desafíos migratorios, secuelas del Brexit, la epidemia de fentanilo y el flujo de drogas ilícitas, entre otros.

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha añadido incertidumbre al contexto internacional. A poco más de 30 días de su nuevo mandato, ha generado tensiones a través de aranceles globales, políticas de inmigración restrictivas y la suspensión de ayuda internacional a través de USAID, lo que afectó el desarrollo y la continuidad de programas esenciales de investigación, alimentación, salud y defensa de los derechos humanos en Latinoamérica, el Caribe y África.

Las recientes elecciones federales anticipadas en Alemania, reflejo de un panorama político y económico mundial cambiante, estuvieron marcadas por temas clave como la política climática, las leyes de inmigración y la seguridad europea ante la amenaza rusa. Los resultados mostraron el avance de la ultraderecha, el descenso de los Verdes y uno de los peores resultados para el SPD (la socialdemocracia) desde la Segunda Guerra Mundial, debido a su percibida falta de liderazgo en la Unión Europea.

El aumento de la tensión entre Estados Unidos y China, impulsado por disputas comerciales, tecnológicas y estratégicas, continúa generando inquietud a nivel global. Esta competencia por la influencia en Asia-Pacífico y la guerra comercial tienen un impacto significativo en la economía mundial.

Los conflictos en Medio Oriente, incluyendo la situación en Siria, Yemen y el conflicto israelí-palestino (iniciado este último el 7 de octubre de 2023), siguen siendo focos de tensión y preocupación internacional. Estos conflictos han generado crisis humanitarias, acusaciones de genocidio y desafíos para la estabilidad regional.

Frente a estos pocos, pero amplios contextos, un aspecto preocupante es el cambio en la forma de abordar y resolver estos problemas. Las vías diplomáticas tradicionales se ven socavadas. Por ejemplo, la idea de que Estados Unidos y Rusia exploren un acuerdo de paz y oportunidades comerciales para poner fin a la guerra en Ucrania, sin la participación de Ucrania ni de sus aliados europeos, es un síntoma de esta tendencia.

El reciente y bochornoso incidente (sin precedentes) en el Despacho Oval entre Trump-Vance contra Volodímir Zelenski ha sorprendido al mundo. Más allá de no haberse firmado un acuerdo económico sobre tierras raras, la arrogancia y la falta de empatía mostrada por los líderes de Estados Unidos hacia las víctimas de la guerra y el desinterés por asegurar garantías reales para proteger a Ucrania, contrastaron con acusaciones de «irrespeto», «ingratitud» y de «jugar con la Tercera Guerra Mundial» hacia el presidente ucraniano.

Lamentablemente, el liderazgo de las actuales potencias, como Estados Unidos, Rusia y China, se basa en políticas que han sido consideradas autoritarias, que generan polarización y desconfianza hacia las instituciones democráticas, además contar con el uso de la represión, manipulación, falta de respeto a los derechos humanos y al derecho internacional, y desinformación a través de redes sociales.

Para enfrentar estos desafíos, la diplomacia debe recuperar la coordinación, la buena educación, la aptitud y el respeto, así como la observancia de principios de seguridad, soberanía y derechos humanos. Es esencial lograr un equilibrio entre los intereses nacionales y la cooperación global, resolver conflictos y promover la estabilidad, ordenar las prioridades de cada Estado y construir políticas exteriores y de seguridad comunes coherentes.

La diplomacia, como herramienta de resolución de conflictos y práctica de conducir las relaciones entre naciones y gobiernos, debe buscar promover intereses comunes, resolver conflictos y establecer acuerdos y alianzas. Su función principal es conducir las relaciones internacionales a través de la negociación para alcanzar convenios de paz.

Es hora de dejar de promover el caos, la improvisación y la oscuridad disfrazada de progreso. La razón debe ser la luz que guíe la prosperidad y acabe con el caos y la oscuridad.

@darringibbs

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional