Más que en ninguna otra empresa del hombre, la actividad editorial finca en la libertad la condición necesaria de su desarrollo. El concepto de libertad en el ámbito editorial se traduce en libertad de expresión y, por consiguiente, de publicación y circulación, ya que sin ellos el conjunto de la actividad social se ve frenada y languidece.
Tan valiosa como la libertad es el respeto a la creación. Como condición inherente al hombre, la capacidad creativa ha hecho que la humanidad lograra grandes avances en las artes, las ciencias y la técnica. Respetar la creatividad significa por tanto respetar el derecho de autor, pues lo contrario haría que la creación se inhibiera y se empobreciera el ambiente cultural. Por ello defender la libertad de expresión y el derecho de autor son valores fundamentales que debemos cuidar.
Asimismo, la labor de ofrecer noticias y análisis es de suma importancia, ya que el oficio periodístico permite al ciudadano informarse sobre los acontecimientos más relevantes de su comunidad, país y el mundo, obteniendo así los elementos necesarios para ejercer nuestras responsabilidades como ciudadanos, pues una democracia auténtica es imposible de lograr si no hay organizaciones dedicadas a divulgar las noticias.
Muy a menudo es difícil, delicado y peligroso llevar a cabo esa responsabilidad, una responsabilidad que recae en periodistas y comunicadores que arriesgan sus vidas a diario por averiguar y difundir la verdad, para que la sociedad pueda tener los elementos básicos para ejercer su ciudadanía.
Siempre hablamos de que en México gozamos de libertades, sin embargo, el asesinato de periodistas y el no propiciar la libre circulación de las ideas es un atentado contra estas libertades.
Es penoso porque en nuestro país han sido asesinados cinco periodistas en lo que va del año 2022, por lo que el miedo coarta diariamente el libre periodismo.
Asimismo, hay que decir que es “estigmatizante” el lenguaje con el que el presidente Andrés Manuel López Obrador se dirige a los periodistas, pues esto “profundiza” la complicada situación del gremio. Desde el inicio de esta administración, los ataques a periodistas y defensores de derechos humanos se han agravado porque las amenazas persisten, ya sean agresiones físicas, digitales o ambas, el uso arbitrario del sistema de justicia, desapariciones y asesinatos; se multiplican las campañas de desprestigio, el hostigamiento e intimidación a organizaciones y medios usando todo el aparato del Estado para intimidar, hostigar y reprimir.
De acuerdo con la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), México es el país sin conflicto armado más peligroso para la prensa en todo el mundo, y alertan sobre el aumento de la violencia contra periodistas y los altos índices de impunidad. De acuerdo con la clasificación mundial de la Libertad de Prensa 2021, México se ubica en el lugar 143 de 180 países evaluados.
Es claro, y concuerdo con organizaciones de la sociedad civil, que las políticas públicas implementadas por Andrés Manuel López Obrador, por medio de los encargados en su gobierno mediante el mecanismo de protección de defensores de derechos humanos y periodistas, no han sido suficientes para frenar la violencia contra la prensa.
Nuestro compromiso como sociedad o gobierno debería ser el de apoyar y expandir la libertad de prensa y el libre intercambio de información en la era digital del siglo XXI. Todos juntos podemos forjar una visión que asegure la libertad de expresión y garantice que México avance en búsqueda de un mejor gobierno y sociedad.
“Si estuviera en mí decidir entre tener un gobierno sin periódicos, o periódicos sin gobierno, sin dudarlo ni un instante optaría por lo segundo”, Thomas Jefferson.
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