Y pon cuchillo a tu garganta: Proverbios 23:2
Confieso que no soy abogado ni pretendo serlo. En cuanto a la lectura de la literatura universal, podría decirse que mi erudición en el conocimiento de sus clásicos es sumamente bucólica. He viajado por el mundo sin necesidad de pasaporte a través de los libros. He vivido aventuras con Mark Twain y Julio Verne. He descubierto intrigas policiacas al lado de Dupin, Holmes, Hércules Poirot y el inspector Maigret. He recibido enseñanzas en las artes pictóricas del mismo Van Gogh, Cezzane, Gauguin y Leonardo. He recorrido cada pulgada de la arquitectura de la Grecia milenaria de la mano de Aristóteles, Sócrates y Tales de Mileto. He presenciado cada escultura, cada esfinge, cada plaza romana y hasta el mismo Coliseo de la antigua Roma, mientras conversaba con Julio César. He sufrido al lado de Wagner, observado la ceguera de Beethoven y disfrutado cada estación de Vivaldi. Mi limitada cultura universal se la debo a las pocas enciclopedias y libros que reposaban en la biblioteca de mis padres. Antes no existía Google.
La Ley de Extinción de Dominio no es una novedad. Sin creerme un conocedor en esta materia, podría decir que uno de los pocos países en el mundo que aún no habían legislado sobre ella, es Venezuela. Insisto, no soy profesional del derecho, por lo que luego de expresar mi ignorancia en materia jurisprudencial, me gustaría explicarle el porqué considero necesaria su implementación en todos los países.
Muchos han escuchado “Todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario”. Texto no literalmente escrito consagrado en el artículo 12 de la Declaración de los Derechos Humanos Universales. Es obvio, la necesidad de comprobar que cada ser humano es inocente ante una acusación, una denuncia, una querella o simplemente la intención de otro ser humano de destruir nuestra moralidad y dañar por cualquier razón nuestra integridad, debe ser respetada. Cada ciudadano del mundo merece y tiene la oportunidad de defenderse ante un agravio.
Pero en el caso de las riquezas o los bienes, las organizaciones respetuosas del derecho internacional y de leyes nacionales tienen la necesidad de preguntarse y preguntarle a cualquier empresario o dueño de empresa: ¿Cómo hiciste para crecer tan fugaz y rápidamente en tus negocios? El lavado de dinero, el narcotráfico, el terrorismo y el recientemente repotenciado comercio de seres humanos para la esclavitud sexual y la extracción de órganos, le dan la legitimidad para indagar e investigar a los Estados sobre el origen de las riquezas.
La Ley de Extinción de Dominio tiene una visión diferente en cuanto a la percepción de acumulación de grandes y fugaces capitales. “Todos somos culpables hasta que demostremos lo contrario«.
En los últimos años el crecimiento de la economía global promedia 7,5% aproximadamente, mientras que los nuevos millonarios se han triplicado. La curva estadística certifica una gran desproporción. Algún oscuro secreto se esconde en tanto éxito social, o algo no hemos descubierto en matemáticas.
Estoy completamente de acuerdo con la aprobación de esta ley, indistintamente de mi opinión sobre su legalidad, inconstitucionalidad y legitimidad de origen. El punto es que es necesaria en estos tiempos de tanta inmoralidad y hedonismo.
Vouloir, pouvoir y savoir (Querer, poder y saber) «El gran secreto de la vida humana»
Honoré de Balzac.
La Piel de Zapa. Novela de Honoré de Balzac, nos relata la historia de un joven que recibe un cuero mágico que satisface cada uno de sus deseos, por cada deseo la piel se encoge. Es decir, minimiza su área consumiendo parte de la “energía vital” de su poseedor. La comedia humana presente en las novelas de Balzac representa el materialismo burgués, el conflicto entre la intensidad del poder económico y la paz familiar. La pugna entre el querer ser poderoso y el saber que es transitorio.
No sé si quienes aprobaron la Ley de Extinción de Dominio comprenden que la Piel de Zapa comenzará a encogerse a su alrededor. Les limitará sus acciones y ambiciones. Los consumirá en sus propios recelos y temores. Cada uno de todos aquellos que están ligados al pouvoir, deben savoir que sin vouloir están entramados en un laberinto sin salida. Toda esas vainas que realizaron para eternizarse entre el poder y la riqueza podría encogerse por alguna circunstancia que les haga “caer en desgracia”. El Aissami por ejemplo.
Honoré de Balzac se inspiró en la obra de Oscar Wilde El retrato de Dorian Gray para escribir su obra. De Wilde recuerdo una frase:
“Los libros están bien escritos, o mal escritos. Eso es todo”.
Podría intentar emularlo.
“Las leyes son útiles o inútiles. Eso es todo”.