Por Equipo Editorial 

Ley contra el fascismo para evitar que haya individuos que reclamen la destrucción de la educación en toda su infraestructura, para impedir que vayan a la sede del Ministerio de Educación o que protesten en las calles que tienen salarios de 10 dólares mensuales, es decir, cárcel para esos fascistas, dizque llamados «educadores».

Ley contra el fascismo para evitar que existan individuos en senectud protestando por pensiones de 4 dólares al mes. Son grupos que deben entender que la revolución no recibe chantajes de nadie, menos de insensibles grupos autollamados de «tercera edad».

Ley contra el fascismo que imponga cárcel para médicos y enfermeras quienes pretenden echar la culpa de la muerte de los niños, mujeres y hombres al gobierno revolucionario, cuando deben decir que esa situación es por culpa de las sanciones imperialistas y también por decir que nuestros hijos y familiares son atendidos en costosas clínicas, cuando alguno de ellos tiene algún problema de salud, cuando la verdad es que nadie de nuestra ascendencia o descendientes se enferman, y menos por algún consumo irracional.

Ley contra el fascismo para quienes digan que estar sin luz, sin agua, sin gas es culpa de la revolución, porque la realidad es que son iguanas o saboteadores golpistas que solo buscan el mal a nuestro pueblo. Cualquier acción que alguien mencione de este tipo de «denuncia» sera considerado «fake news» sin derecho a apelación o revisión judicial. Será mentira judicial con máxima pena de sentencia.

Ley contra el fascismo para quienes se atrevan a decir que en nuestro gobierno hay corrupción y corruptos. Insinuar que un alto funcionario del PSUV  es «corrupto» porque se desplaza en una camioneta de lujo y último modelo, y reside en lujosas urbanizaciones, o llevar una vida ostentosa, es calumniar a quien solo se ha sacrificado por la patria.

Ley contra el fascismo para aquellos que «calumnien» a los miembros de nuestros familiares «socialistas», porque puedan estar de viaje o vacacionando en ciudades de Europa, Estados Unidos o Asia, o también en cualquier parte de América Latina, cuando todos conocemos que ese dinero para darse esos lujos se los han ganado «con el sudor de su frente».

Ley contra el fascismo para quienes digan que nuestra revolución tiene presos políticos, cuando todos sabemos que son políticos presos que viven atentando contra el presidente y nuestras «instituciones».

Ley contra el fascismo para quienes aseguren que el Metro de Caracas o el ferrocarril hacia los Valles del Tuy, o que el sistema de autobuses Yutong son chatarra, porque haya alguna paralización o hasta incendios en alguno de ellos, cuando la realidad es que son «fallas involuntarias» de transporte.

Ley contra el fascismo para evitar que se diga que el lago de Maracaibo o las costas venezolanas están contaminados por derrames petroleros. Quien se atreva a decir que la culpa de tales hechos son responsabilidad de Pdvsa, deberá asumir ante cualquier tribunal su culpa, porque esas son «ilusiones ópticas».

Ley contra el fascismo para quienes denuncien cualquier hecho o situación en redes sociales como las mencionadas o se hable de pobreza, miseria, hambre o emigración, porque ello será considerado como máxima desestabilización contra la revolución que solo ha demostrado trabajar en «beneficio del pueblo».

Ley contra el fascismo para demostrar que nuestro gobierno y «revolución» son el ejemplo de la democracia y elecciones libres en el mundo, que hasta una fascista de 80 años le hemos impedido ser candidata presidencial.

Ley contra el fascismo para que todos quienes no apoyen la «revolución» sepan que son fascistas.


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