«Les salió el tiro por la culata» es una expresión coloquial que significa que las cosas no han salido como se planeaban. Es lo que le ocurrió al régimen de Maduro, que a pesar de contar con inmensos recursos económicos, no ha podido frenar el fervoroso apoyo con el que el pueblo venezolano recibe a María Corina Machado, indiscutible líder de la oposición, en su recorrido a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

Algunos observadores políticos infieren que ante esta situación, el régimen apuesta por el miedo a perder las elecciones presidenciales, y en consecuencia la frustración de Nicolás Maduro de perpetuarse en el poder, violando flagrantemente el Artículo 230 de la Constitución Nacional, el cual refiere que el Presidente o Presidenta de la República, puede ser reelegido o reelegida, de inmediato y por una sola vez, para un nuevo periodo.

Entonces, cuál es el propósito no solo de violar la carta magna, contradiciendo de paso su tan cacareado discurso en el que se ufana de ser un convencido demócrata, cuando los hechos demuestran todo lo contrario, y ante los ojos del país y del mundo se muestra como un férreo autócrata, lo que en pocas palabras significa una dictadura.

Ha pretendido el régimen frenar la emotiva explosión del abrumador apoyo que el pueblo venezolano está brindando a María Corina Machado, en sus giras por el país promoviendo la candidatura del Dr. Edmundo González, con el respaldo de la Plataforma Unitaria Democrática. Por ello, sin escrúpulos de ninguna naturaleza se ha dado a la vergonzosa tarea de cerrar negocios, posadas y hoteles, solo por atender en sus giras a los opositores, lo cual como lo referimos en el título del presente artículo,»les salió el tiro por la culata», pues estos hechos alimentaron la indignación y el deseo de cambio, que se ha convertido en un clamor nacional.

Hay testimonios de hombres, mujeres, jóvenes y hasta niños pidiendo un necesario cambio en la conducción de los destinos del país, y así se lo exponen a diario a María Corina Machado, como cuando recorría a pie una polvorienta carretera del sector La Macanilla del estado Apure, abrazada de una niña, cuando escuchó el grito de un comerciante de la zona: “¡Entra en mi negocio, así me lo cierren!”. Sonriente, lo abrazó y dijo: “Se acabó el miedo en este país”.

Y no hay duda de ello, pues el modesto y humilde establecimiento de las hermanas Hernández Cabrera, en el que vendían empanadas en Corozopando, estado Guárico, fue clausurado por el Seniat, media hora después de haber expendido empanadas a María Corina Machado y su comitiva. Sus propietarias colocaron debajo de la calcomanía del Seniat, un cartelito con la frase «hasta el final», lema de campaña de Machado a favor del candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia.

Ha corrido mucha agua debajo del puente, desde el año 1998 cuando Chávez prometió freír en aceite a la clase política nacional, para infundir miedo, y lo mismo sigue haciendo Maduro, pero tras 25 años de frustración, el pueblo venezolano perdió el miedo y está dispuesto a ir hasta el final, cueste lo que le cueste, para lograr un necesario cambio político.

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