OPINIÓN

Les Extatiques, l’art au grand air: Cruz-Diez y la transfiguración del entorno

por Edgar Cherubini Edgar Cherubini

Carlos Cruz-Diez, Environnement de Transchromie circulaire (2017), La Défense, París, 2020. © Atelier Cruz-Diez Paris / Photo: Lisa Preud’homme

La fase de desescalada o desconfinamiento progresivo en París fue necesaria porque no se podía mantener a millones de personas por tiempo indefinido encerradas en sus viviendas. No se puede vivir entre paréntesis, pero a veces ayuda a reflexionar y comprender mejor las cosas. De allí que, pese a las incógnitas de la epidemia y los miedos que provoca la posibilidad de una segunda ola de contagios, el arte busca los medios para expresarse y brindar una perspectiva esperanzadora para los que se han liberado del confinamiento, porque el arte es un antídoto contra la incertidumbre. Eso fue lo que percibí al recorrer la exposición Les Extatiques, l’art au grand air, en la explanada de La Défense, uno de los distritos de negocios más importantes de Europa. Allí se encuentran las sedes de importantes corporaciones, instituciones y hoteles. Sus altos edificios se encuentran conectados por una inmensa explanada peatonal, Le Parvis, un paseo dotado de jardineras, fuentes y terrazas de cafés y bistrots, frecuentado por las 200.000 personas que diariamente acuden a sus domicilios, oficinas, hoteles y centros comerciales del lugar. Es también un museo y espacio de exposiciones al aire libre, como la actual muestra de arte contemporáneo Les Extatiques, compuesta de obras que motivan a un diálogo inédito entre el espectador, las obras y este singular entorno urbano. Una exposición “ecléctica, amena, colorida, esta nueva edición invita a un sorprendente paseo por las formas de las obras y su significado oculto que poco a poco se van revelando cuando entran en contacto con ellas”, como bien lo expresa Fabrice Bousteau, curador de la muestra.

Carlos Cruz-Diez, Environnement de Transchromie circulaire (2017), La Défense, París, 2020. © Atelier Cruz-Diez Paris / Photo: Lisa Preud’homme

Desde el inicio de la epidemia y gracias a las plataformas de videoconferencia, las pocas veces que salgo a la calle es por necesidad, pero esta vez acepté la invitación de Carlos Cruz-Diez Jr., director del Atelier Cruz-Diez Paris, para observar las obras expuestas al aire libre en La Défense. Caminando por la explanada en dirección al Grande Arche, me encontré frente a la reluciente Environnement de Transchromie circulaire de Carlos Cruz-Diez. Se trata de una obra participativa concebida en 2017, que permite al observador adentrarse en ella y percibir las variaciones cromáticas que provocan la superposición de paneles de vidrio transparentes de colores sustractivos que propician la contemplación del entorno urbano modificado por el fenómeno de la substracción. Bajo la iniciativa de la galería Philippe Gravier, la fabricación e instalación fue orquestada por el equipo del Atelier Cruz-Diez Paris, dirigido por Carlos Cruz-Diez Jr., como parte de los proyectos de integración a la arquitectura y a los espacios urbanos de la obra del artista. La importancia de esta obra se remonta a octubre de 2019, cuando fue exhibida por primera vez en la emblemática Place de la Concorde, durante la Feria Internacional de Arte Contemporáneo FIAC.

 

A propósito del concepto de Transchromie, me remitiré a la conversación que sostuve en abril de 2019 con el maestro Cruz-Diez, durante la instalación de su exposición Labyrinthus de transchromies en La Patinoire Royale-Galerie Valérie Bach, Bruselas. En esa oportunidad el artista me comentó lo siguiente: “Comencé a trabajar en 1965 la idea de la Transchromie,  desarrollando desde entonces desde entonces una variedad de obras con el propósito de poner de manifiesto la condición sustractiva del color. Cuando miramos a través de los vidrios transparentes de colores substractivos, notamos que las tonalidades de personas y objetos del entorno se transforman con gamas menos luminosas que las originales debido a que estamos restando o sustrayendo la luz. Mis ambientaciones cromáticas ayudan a que la persona recree la realidad de su entorno al abordar el fenómeno del color sin significados preestablecidos y sin anécdotas. El concepto o punto de partida de mis obras, es el carácter sustantivo del color. El color tiene un valor intrínseco que le permite afirmarse a sí mismo mediante sus comportamientos y ambivalencias”.  En esta Transchromie en particular, el espectador decide el trayecto circular que va a seguir y los colores que desea combinar, transfigurando la luz, estableciendo un diálogo dinámico con la obra y el entorno urbano.

Afiche de la exposición

 

Cuando una obra como esta nos asombra, pocas veces nos preguntamos sobre los entretelones que la hicieron posible. El diálogo con Carlos Cruz-Diez Jr. se orientó hacia la ingeniería y los efectos ópticos logrados por el maestro Cruz-Diez:

—Hablemos del concepto y fabricación de la obra.

—Esta ambientación cromática consiste en paneles de vidrio de colores transparentes que brindan al observador composiciones geométricas y gamas cromáticas que se renuevan constantemente a medida que uno se adentra y observa desde allí ese fabuloso entorno arquitectónico de La Défense. Los vidrios, al filtrar la luz, logran una síntesis sustractiva mientras que los reflejos superpuestos producen nuevos colores en síntesis aditiva. En relación a su fabricación, en el Atelier Cruz-Diez, procedimos a modelar en 3D los planos del artista, para después numerar cada modulo y sus partes antes de elaborarlos. El estudio de los elementos constructivos frente a las variantes del espacio público y de la intemperie fueron también motivo de reflexión y de adaptación. Los vidrios son templados y laminados con una película de color que corresponde a los colores según el diseñó del artista, de manera que el observador al caminar dentro de ella pueda crear diferentes gamas cromáticas a su paso, al combinar diversos colores sustractivos.

Carlos Cruz-Diez Jr. Exposición Les Extatiques, La Défense, París, 2020 © Atelier Cruz-Diez Paris /
Photo: Lisa Preud’homme

 

—Usted ha estado trabajando junto a su padre desde hace más de 40 años, háblenos de su experiencia con el artista.

—Tuve la oportunidad de acompañarlo durante todos esos años y continúo asistiendo a otros artistas en la producción y elaboración de sus obras. En un mundo de inmensas posibilidades tecnológicas, el artista para lograr lo que quiere expresar necesita cooperación, consejos, valerse de técnicas que él no domina. Es ahí donde actúo yo. Manejo diversos medios y técnicas que pongo a la disposición de los artistas, que son los verdaderos inventores. Pero quisiera dejar claro que el uso de tecnología de punta como herramienta en el arte es útil solo cuando ésta se pone al servicio de una idea, de un concepto.

Punto de vista desde el interior de la Transchromie circulaire © Atelier Cruz-Diez Paris / Photo: Lisa Preud’homme

—¿Cuál es su rol en al Atelier Cruz-Diez de París?

—Dirijo, con la colaboración de mis dos hijas, el equipo de artesanos, técnicos y profesionales con quienes desarrollamos los proyectos que concibió mi padre, él trabajó sin cesar hasta el último día de su vida. Me encargo personalmente de planificar y dirigir la exacta fabricación de las obras siguiendo sus diseños, planos e indicaciones. Otra de mis responsabilidades es la gerencia y planificación de estrategias destinadas a abrir nuevos mercados para la exhibición y venta de obras en diversos países, estableciendo acuerdos con museos, galerías y coleccionistas. Todo esto me ha llevado a desarrollar una visión panorámica de ese medio tan complejo como lo es el mercado global del arte.

—Cuáles son los proyectos en desarrollo

—De los proyectos de integración a la arquitectura, estamos en el proceso de instalación de la Ambientación cromática Montalbán 11, un conjunto de obras que Cruz-Diez concibió para los espacios comunes del ese edificio en Madrid.  Otro proyecto es justo aquí en La Défense, se trata de una Physichromie a gran escala que estará ubicada en el hall de acceso de la Torre Trinity.  En cuanto a exposiciones, hace pocos días regresé de Aix-en-Provence donde asistí a la inauguración de la exposición SUD-EST, organizada por la Fundación Vasarely en colaboración con el Museo Nacional de Arte Moderno y el Centre Pompidou, en la que exhiben obras de Cruz-Diez junto a las  de otros destacados artistas. El año próximo vamos a participar en el Pabellón francés en la Exposición Universal de Abu Dabi y en ese mismo año en la exposición de obras de Cruz-Diez en la Galería Cayón, en Menorca, entre otras.

Plano de ubicación de las obras en la explanada de La Défense

En 1960, al establecer su taller en París, las propuestas de Cruz-Diez se sumaron a las tendencias de la Abstracción Geométrica y a la corriente Cinética en pleno desarrollo en ese momento en Europa. Sus investigaciones sobre la luz y el fenómeno cromático, sus reflexiones y hallazgos hicieron que su nombre se asociara al de otras grandes figuras del arte contemporáneo, siendo considerado uno de los más destacados pensadores del color del siglo XX, sus obras forman parte de las colecciones de los más importantes museos del mundo. El arte brinda la posibilidad de reflexionar y visualizar de otra manera la realidad presente. Aun después de su reciente partida, Cruz-Diez continúa asombrando multitudes.

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