Con tristeza observo publicaciones, opiniones y juicios de personas, presuntamente opositoras, que le hacen el juego a la dictadura narcoterrorista de Maduro al pretender a la mínima oportunidad dividir a la oposición, presentando a su líder (sea cual sea), como el único que tiene la razón, y a los demás líderes como traidores, negándoseles el “derecho a tener una opinión propia”, lo que por sí demuestra una posición antidemocrática.
Indudablemente no todos somos iguales, no todos podemos opinar exactamente igual, tenemos matices que nos hacen diferentes a los clones cibernéticos de las películas de ficción.
Pero sobre las diferencias personales e incluso ideológicas el objetivo es librar a Venezuela de esa maldita dictadura narcoterrorista de Maduro.
Ataques a la unidad
- Cuando se atacó a María Corina Machado por opinar sobre su versión a la salida de la crisis venezolana.
- Cuando también se criticó a Henrique Capriles Radonski por su opinión inicial sobre la participación en las elecciones.
- Cuando el profesor universitario Dr. Moisés Troconis Villarreal intentó abrir otro frente dentro de la oposición planteando la convocatoria a otra Asamblea Constituyente para una “nueva Constitución”.
- Cuando se intentó infructuosamente involucrar a Henry Ramos Allup en un supuesto golpe de Estado a Guaidó.
- Cuando se intenta desnaturalizar “la consulta constitucional al pueblo” propuesta por Guaidó, prejuzgándola como inútil.
Ahora se intenta (con gran alegría por parte de Diosdado Cabello, etc.) presentar a Leopoldo López como una marioneta en la lucha de poder entre facciones de la dictadura narcoterrorista de Maduro, presentándolo como partícipe en una componenda para lograr su salida de Venezuela. Olvidando toda su trayectoria y valor personal.
La salvación de Leopoldo
Un artículo titulado “La Huida” plantea que Leopoldo López “no debía haber huido” de Venezuela, que debía esperar mansamente a que la Embajada de España (como hizo en Londres la Embajada de Ecuador con Julian Assange) lo echase de la residencia de Jesús Silva Fernández, el último embajador, cuando fuese relevado el 4 de noviembre de 2020…
…Y una vez fuera del territorio diplomático español, resignarse a que los agentes venezolanos, previamente informados presuntamente por Juan Carlos Monedero Fernández-Gala, o por José Luis Rodríguez Zapatero…
… le capturaran para darle oportuno alojamiento bolivariano en El Helicoide o en La Tumba; o le aplicaran “la ley de fuga” y en los medios apareciera la noticia: “Leopoldo López fue abatido por las fuerzas de seguridad del Estado cuando al huir de la residencia del embajador de España les enfrentó y abrió fuego hiriendo a un agente de la ley”.
Personalmente considero que siguiendo el ejemplo de Antonio Ledezma Díaz, alcalde de Caracas; Julio Borges Junyent y otros muchos patriotas; Leopoldo López Mendoza hizo bien al escapársele a la dictadura narcoterrorista de Maduro y venir a sumarse en el exilio a los “luchadores por la libertad de Venezuela”. De la misma manera que en el siglo XX lo hicieron desde el exilio Rómulo Betancourt, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Jóvito Villalba, Gustavo Machado, Eduardo Machado…. y un largo etc.
Todos somos necesarios
En una guerra o conflicto como el venezolano, todos los que nos oponemos a la dictadura narcoterrorista de Maduro somos necesarios.
Pero no todos podemos ni debemos estar “en la Línea Maginot”, pues “no todos los huevos pueden estar en una sola cesta”.
Los verdaderos líderes no siempre tienen que inmolarse innecesariamente como los que se quemaban “a lo Bonzo” protestando contra la guerra de Vietnam.
Cuando un líder se inmola por la patria, como Antonio Ricaurte en la Batalla de San Mateo el 25 de marzo de 1814 y se logra la derrota del enemigo, resulta un acto heroico. De no haberse logrado la victoria ese acto hubiera sido un suicidio y la discontinuidad de ese héroe en la lucha.
Simón Bolívar en más de una oportunidad huyó, para desde “el exilio” reorganizar las fuerzas patrióticas y volver a la lucha hasta la victoria final, cuyo objetivo fue la Independencia de Venezuela.
Para la segunda Independencia de Venezuela debemos organizar simultáneamente desde el exilio y desde la resistencia dentro de Venezuela la “Revuelta del Ejército Cipayo” en que Chávez y Maduro han convertido al Ejército venezolano subordinándolo a los intereses de Cuba.
¿Qué hacer?
- Mantener la unidad de la oposición en torno a Guaidó nuestro presidente interino.
- Cuando tengamos ganas de “públicamente” hablar o escribir mal de alguien o algo, hagámoslo de la dictadura narcoterrorista de Maduro y otros líderes de ese maldito gobierno.
- Nunca convertirnos públicamente en “eco” (intentando hacer viral por el ciberespacio) de nada que pueda o que contribuya con nuestra división, porque eso beneficia directamente a la dictadura narcoterrorista de Maduro.
- Eso no significa que “internamente” no mantengamos nuestras convicciones, pero estas debemos mantenerlas y sostenerlas democráticamente, sin olvidar nunca que “el objetivo es liberar a Venezuela de la dictadura narcoterrorista de Maduro”.
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