Maduro y su comparsa pretenden aturdirnos con esa «salva de fuegos fatuos» que lanzan desde sus trincheras. Entre algarabías estridentes y desgastadas consignas se intercambian dosis de ánimos para tratar de mantenerse en pie. Arremolinados en sus madrigueras del Fuerte Tiuna, se consuelan unos a otros, exclamando “somos invencibles”. Para ellos llegar, aparentemente vivitos políticamente, a diciembre fue una gran victoria. Veamos cuál es la verdadera realidad, la que al fin de cuentas contará.
Maduro es repudiado estruendosamente por la comunidad internacional. Con pocas excepciones, encuentra uno que otro abrazo que no tiene calor humano ni solidario, sino un frio interés económico o simplemente geopolítico. Los rusos y los chinos tienen sus cuentas bien anotadas y no dejarán que sus inventarios se pierdan en ese vendaval que se llevará, más temprano que tarde, a Maduro con toda su camarilla.
Es verdad que se pudieron levantar de donde todo hacía pensar que quedarían sepultados. Pero no fue por obra de habilidades propias, ni porque se hayan recuperado en porcentajes de aceptación de la ciudadanía venezolana. Nada de eso. Fue por la ingenuidad –por decir lo menos– de los operadores del equipo de Juan Guaidó. Ya ese diagnóstico está hecho y todos sabemos de la hilera de errores cometidos y lo que ahora vale es la disposición a corregir la plana. Guaidó ha dicho públicamente que “no avalará elecciones de ningún tipo mientras Maduro usurpe el poder y que la opción del uso de la fuerza está vigente”. Eso representa una señal de rectificación que permitirá retomar la estrategia original que surgió el pasado 23 de enero. ¡Ver para creer!
Maduro pretendió montar fiesta cuando se proclamó el retorno de su socia Cristina Fernández de Kirchner al poder. “Se frotaron las manos» imaginándose el desmoronamiento del Grupo de Lima y con ese hipotético triunfo, la reversión de las sanciones aplicadas al malandraje que ha asaltado al país. Esos cálculos están errados. No tienen soporte en la realidad, que es la siguiente:
Evo Morales fue expulsado del poder y todo Indica que una verdadera democracia ganará terreno en Bolivia, país hermano que resolvió por intermedio de su presidenta legítima, Jeannine Áñez, incorporarse al Grupo de Lima. Eso equilibraría las fuerzas en el seno de ese organismo. Pero, además, hay que sumar también la representación de Uruguay con el advenimiento de su nuevo presidente, Luis Lacalle. Eso significa que el terreno ganado es muy amplio y representa un signo auspicioso cuando enumeramos también los respaldos que nos brindan los nuevos gobiernos de El Salvador, Ecuador y Guatemala.
Por otra parte, vemos que los expedientes consignados en la Corte Penal Internacional no están engavetados. Por el contrario, han sido revisados y todo indica que habrá juicio contra Maduro y sus secuaces responsables, como él, de la perpetración de crímenes de lesa humanidad.
No pudieron evitar que Luis Almagro, desde la OEA, redondeara su amplio y demoledor informe, como ha sido su empeño, para que esos compendios sean hoy piezas claves en las incidencias que cursan en la Corte Penal Internacional, que aunados con los informes redactados, primero, por el anterior alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein y más recientemente por la ex presidenta Michelle Bachelet, en el que se dan detalles de las más de 7.000 ejecuciones extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias.
Es evidente que la pandilla está acorralada, solo hace falta determinación para no dejarlos escapar.
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