Si los peruanos, empresarios incluidos, no entienden que el problema del Perú es la pobreza, no vamos a solucionar nada; y si los políticos no entienden que el problema es continental, nada se resolverá.
El proyecto de las dictaduras es latinoamericano. ¿Por qué el Foro de Sao Paulo defiende a Castillo? Justamente porque es la mascota del clan, a quien manejar a su gusto, en un país ubicado estratégicamente.
El objetivo del Foro es claro. Esta agrupación de las izquierdas creada por Fidel Castro busca controlar el continente al estilo Soviético, luchando contra eso que llaman “imperialismo”. Las guerrillas y ejércitos de liberación instaurados en 1959 no funcionaron, y la nueva estrategia fue tomar el poder por la vía democrática. Necesitaban ganar elecciones, copando los sistemas electorales, cambiando constituciones para romper con la separación de poderes y luego controlar a las fuerzas militares.
Así llegó Hugo Chávez con la billetera que financió la “marea rosa” y Latinoamérica multiplicó las dictaduras y los regímenes híbridos. El sucesor fue Maduro, “hombre de Cuba”, atrapado por su propia ambición, en un país en ruinas luego de 24 años de dictadura.
En Nicaragua la Junta de Reconstrucción Sandinista tomó el gobierno en 1979, lo retuvo 11 años, regresando Daniel Ortega en 2007 y pasados 16 años se aferra al poder a toda costa.
En Ecuador, Rafael Correa ganó las elecciones en 2007, gobernó por 10 años y continúa siendo el cerebro tras la izquierda ecuatoriana; pero con una condena pendiente difícilmente volverá.
En Bolivia toma el gobierno Evo Morales, financiado por los cocaleros y luego de 14 años, fraude electoral de por medio, lo sucede Luis Arce en 2020, llevando al país a la bancarrota. Evo busca protagonismo, intenta destacar en el Foro y sus satélites, sin mucho consenso.
Ni Cristina Kirchner y mucho menos Fernández, tienen dotes de liderazgo para un proyecto de dimensiones continentales. Los Kirchner en 12 años y Fernández pasados 3, han demostrado ser buenos vasallos, llevando a los argentinos a la debacle, nación que otrora fuera una de las 10 potencias del mundo.
En Chile, el proyecto de Allende fue un fracaso y el gobierno de Gabriel Boric va a la deriva. Para nuestra tranquilidad, Boric no puede manejar los problemas chilenos, incluidos los refugiados venezolanos, por lo que rechaza a Maduro.
Uruguay, sigue la senda democrática, fue de los pocos presidentes que enfrentó a Lula y se opuso al proyecto para integrar las dictaduras latinoamericanas.
El socio de Fidel –cofundador del Foro–, es Lula da Silva, quien luego de 14 años con el Partido de los Trabajadores, 2 condenas por corrupción y 580 días en la cárcel, regresa al poder e intenta liderar un movimiento “prodictaduras” que parece fracasar.
Finalmente, está la Cuba de siempre, con Raúl Castro manejando el Partido Comunista a los 92 años y un enigmático Diaz-Canel que poco opina luego de 64 años de dictadura. Pero la sabiduría popular dice: “Cuídame de las aguas mansas, que de las bravas me cuido yo”.
Ese es el panorama donde ni Fidel, ni Chávez formaron a un “Delfín” para el proyecto latinoamericano. El 3 de julio tendremos noticias para conocer qué está tramando la izquierda latinoamericana.
Mientras tanto los peruanos continúan discutiendo sobre el problema nacional, sin tomar en cuenta que estamos rodeados. La pobreza, carne de cañón de las izquierdas, no se resuelve y el peligro acecha.
Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú
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