Ninguna escena alegórica posee más honda elocuencia que el cuadro famoso de Sandro Botticelli: La Calumnia invita a meditar con doloroso recogimiento; en toda la Galería de los Oficios parecen resonar las palabras que el artista – no lo dudamos – quiso poner en labios de la Verdad, para consuelo de la víctima; en su encono está la medida de su mérito.
La Inocencia yace, en el centro del cuadro, acoquinada bajo el infame gesto de la Calumnia. La Envidia la precede; el Engaño y la Hipocresía la acompañan. Todas las pasiones viles y traidoras suman su esfuerzo implacable para el triunfo del mal. El Arrepentimiento mira de través hacia el opuesto extremo , donde está, como siempre sola y desnuda, la Verdad; contrastando con el salvaje ademán de sus enemigas, ella levanta su índice al cielo en una tranquila apelación a la justicia divina. Y mientras la víctima junta sus manos y las tiende hacia ella, en una súplica infinita y conmovedora, el juez Midas presta sus vastas orejas a la Ignorancia y la Sospecha.
En esta apasionada reconstrucción de un cuadro de Apeles, descrito por Luciano…
José Ingenieros – El hombre mediocre
I. Venezuela: Un ejemplo contrario para las inversiones en la región
Los recientes hechos ocurridos en Venezuela sobre la legitimidad de sus elecciones presidenciales generan un hecho inédito en materia electoral, porque sus resultados, que han quedado en duda para la mayoría del hemisferio occidental y naciones de América Latina, porque los mismos han respondido no a quienes asumieron las armas para llegar al poder, sino por el contrario, a quienes llegaron a través del voto. Es decir, nunca en la historia de resultados de este tipo se había visto que supuestos demócratas asumieran el poder por esta vía y luego materializar lo que muchos historiadores y analistas políticos tendrán aún que descifrar, pues algunos hablan de (auto)golpe de Estado hasta la materialización del gobierno de Nicolás Maduro como un neototalitarismo; máxime cuando en los hechos posteriores a estas elecciones se ha visto una represión enorme contra los sectores de oposición que reclaman la victoria, y en donde protestar se ha convertido en “delito de odio” con penas de hasta 30 años de prisión, si también se imputa “traición a la patria”, lo cual supone un preocupante precedente para el continente y más en la patria de Bolívar.
Ante ello, y en el medio de estos hechos, lo que se presume para la nación latinoamericana es una profunda crisis de gobernabilidad, llena de complejidades, y que seguramente van a aumentar sus enormes problemas políticos, económicos y sociales, en virtud que la nación se encuentra en un constante proceso de (auto)aislamiento internacional, con ruptura de relaciones diplomáticas, y que probablemente va a generar más sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, es decir, Venezuela estará en peores condiciones en los próximos años, en caso de que no se pueda llegar a una solución que trascienda sus espacios geográficos; y por ende, América Latina también se verá afectada por estos hechos; y por supuesto, serán los venezolanos los principales afectados en todos sus órdenes de vida social, y lo que impactará de manera directa en la educación, la salud, los servicios públicos, ingresos y calidad de vida. El problema de Venezuela no es de una nación; y debe ser estudiado en todos sus matices y componentes en la historia contemporánea; y cuyas consecuencias, sólo podrán ser enfrentadas con soluciones que trasciendan los ejes políticos, ante una eminente oleada migratoria que se estima, será similar en sus cantidades, a los más de 8 millones de venezolanos que han abandonado su país.
II. Las ZEDE: Importantes espacios para solucionar los problemas políticos, económicos y sociales que se van a derivar de la crisis venezolana
En tal sentido, las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), que se están materializando en distintas naciones de la región cómo, por ejemplo, Uruguay, Colombia, o en Honduras, por sólo citar tres naciones de las varias naciones que están implementando estas iniciativas de carácter económico, se convierten en espacios necesarios para multiplicar las posibilidades de nuevas iniciativas de trabajo y de emprendimientos, ante millones de ciudadanos, que de manera forzada tendrán que abandonar una nación como Venezuela, no sólo por el estancamiento económico que tendrá el país en un contexto político indeseable, sino que la gente se verá en la obligación de huir, ante un escenario poselectoral que no garantiza derechos humanos, y menos inversiones.
En tal contexto, los países del continente deben comprender que se deben generar cauces económicos que permitan multiplicar en lo interno sus posibilidades de inversión, y que ante la inminente nueva migración venezolana, incluso Chile se ha adelantado a tomar medidas de posible distribución de migrantes, y que obviamente, deberán equilibrarse, no sólo con medidas de refugio y asistencia política; es que América Latina debe generar rápidamente esquemas de inversión que aceleren y multipliquen las inversiones en el continente, y aquellas que ya han comenzado, y tienen espacios recorridos con sendas inversiones. Los Estados están en la obligación de facilitar tales acciones con el propósito que éstas consoliden sus estructuras económicas, y poder enfrentar con éxito los retos que se imponen ante una región que mientras no encuentre equilibrios políticos, tendrá que asumir el costo de los equilibrios económicos que grandes magnitudes sociales se van a generar en los próximos años.
Las ZEDE se convierten entonces, si bien, y así hay que aceptarlo, no en únicas soluciones, si apuntalan la celeridad de los esquemas de inversión porque están diseñadas para que haya en ellas, potenciales centros de economía en sus niveles primario, secundario y terciario, en los cuales la producción agrícola, industrial y de servicios se conjugan con una matriz de geodesarrollo, conforme sean los territorios en los cuales están siendo aplicadas como un conjunto de variables que interdisciplinariamente agrupadas, representan fuerzas de impulso para el conjunto de demandas sociales que se van ir incrementando en todos los contextos y niveles económicos.
Las ZEDE y la gobernabilidad democrática representan un centro, una respuesta para América Latina ante lo que evidentemente se avecina para el porvenir. Cada nación debe conjugar acciones que limiten la diáspora social venezolana; pero intentar que ésta se solucione sin medidas económicas certeras, sólo agravará la situación social en las propias naciones latinoamericanas que no comprendan que la economía será el mejor equilibrio para enfrentar la crisis migratoria. Las ZEDE puede ser un enorme apoyo de gobernabilidad para cada nación; más aún en tiempos de desequilibrios políticos en América Latina.
@vivassantanaj_