En estos 25 años el fascista régimen chavomadurista ha generado víctimas individuales contra quienes ha ejercido arbitrariamente la acción del Estado, violando sus derechos humanos. En forma sistemática y permanente ha ejercitado violencia contra opositores, periodistas no sumisos, líderes sociales y sindicales que reclaman sus derechos, quebrantando disposiciones constitucionales y normas del derecho internacional sobre derechos humanos, por lo que ha sido objeto de investigación internacional y actualmente se le sigue proceso ante la Corte Penal Internacional. Son miles las víctimas individuales: persecución penal arbitraria, torturas, privación de libertad sin orden judicial, allanamientos, juicios sin garantías, expropiaciones, ejecuciones extrajudiciales y asesinatos de detenidos.
Por la nefasta acción de la banda que se entronizó en el poder se produjo una víctima colectiva: Venezuela. Nuestra patria ha sufrido la más grande tragedia en los últimos 100 años. Millones de venezolanos han tenido que irse al extranjero en búsqueda de oportunidades para sobrevivir, lo que generó la desintegración de la familia; en esa inmensa emigración salieron miles de profesionales de alto nivel, cuyo costo es muy elevado, igualmente, salió mano de obra calificada, esto produjo efectos perversos en diversas áreas (salud, educación, industria); se destruyó la calidad de vida del venezolano minimizando sus ingresos con la inflación y devaluación, pulverizando el ahorro de muchos años.
Con su maléfico plan para implantar la dictadura comunista desmantelaron las instituciones. Con el ánimo de adoctrinar a la juventud destruyeron el sistema educativo. Para montar la hegemonía económica del Estado acosaron a la industria, expropiaron y persiguieron a los empresarios, teniendo como resultado miles de empresas cerradas y centenares de miles de desempleados. Desmoralizaron al país fomentando la corrupción y la sumisión por la dádiva. No contentos con acabar con lo privado, se volvieron a lo público y como si fuese piñata o rebatiña le cayeron a Pdvsa y otras empresas del Estado, saqueándolas, lógicamente colocándolas en quiebra.
No hay duda de que Venezuela ha sido víctima de esta banda y su recuperación será costosa. Especialmente, para pagar la inmensa deuda contraída para traer chatarra de guerra de Rusia e Irán, eso sí, con colosales comisiones para la cúpula gubernamental civil y militar. Conversando con un amigo de muchos años, que ronda los 95 años, pero muy lúcido, me decía: «He vivido mucho y no conocía tanta maldad. Esta plaga acabó el país, esto no tiene perdón ni del buen Dios”. No obstante, al ser víctima colectiva, con la decidida voluntad del pueblo venezolano, de todos sus estratos, nos incorporaremos para dar lo mejor nuestro en la reconstrucción nacional, con bases sólidas para no tener un nuevo oscurantismo.
La vía que nos hemos trazado para la libertad es la electoral. Muchos son los obstáculos sembrados por el macabro régimen. La voluntad unitaria de MCM, Edmundo y la Plataforma Democrática junto al pueblo han superado esas barreras. El pueblo venezolano ha entendido que es una fuerza y que arrollará a la camarilla dictatorial. Las madres, los padres, las esposas, los hermanos, los hijos quieren tener de nuevo una familia integrada. Los educadores queremos aportar en este renacer. Los profesionales anhelan estar en su amada tierra contribuyendo con su profesión en la reconstrucción nacional. Todos seremos parte en ese renacer. Será un momento especial de reconciliación nacional y de superación del odio y la violencia predicados desde la cúpula gobernante durante 25 años.
El 28 de julio acudiremos con firmeza y valentía a votar por la libertad y retornar a la democracia. Venezuela, la víctima colectiva, se erigirá en una sola voluntad para dejar de ser víctima y repudiar al adverso régimen madurista. Estaremos vigilantes para impedir las trampas y vagabunderías acostumbradas de los personeros de la dictadura. No permitiremos que se desconozca la voluntad soberana del pueblo venezolano. Votaremos por la unidad. Votar por Edmundo es libertad.
El autor es doctor en Derecho Procesal y Constitucional. Bloque Constitucional. Capítulo España.
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