Apóyanos

Las últimas elecciones democráticas venezolanas de 1998

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Eran más de las 2:00 de la madrugada cuando sonó el teléfono de casa. Al otro lado de la línea el hermano de mi madre nos  informó consternado que César, un amigo de la familia, había sido asesinado víctima de la delincuencia común. El hecho ocurrió mientras lo robaron en una calle de la ciudad en horas de la  tarde, cuando iba de camino a votar en las elecciones presidenciales de aquel domingo del 6 de diciembre de 1998, en las que finalmente resultó ganador Hugo Chávez.  Aquello me pareció un mal presagio. Es ese, el primer recuerdo que tengo del inicio de la “revolución bolivariana”. Solo con el tiempo supe que hay suficientes indicios para no descartar que existió una correlación entre el aumento de la criminalidad en el país y maniobras que habrían sido provocadas por los factores de la izquierda internacional que se infiltraron en nuestro país algunos años antes. El excomandante del Ejército de Venezuela Carlos Julio Peñaloza, declaró en el 2011 al diario El Nuevo Herald que durante la toma de posesión del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1989, tres aviones de Cubana de Aviación entraron por la rampa presidencial, sin ningún tipo de control y gracias a “coordinaciones con agentes del alto gobierno”. Fidel Castro arribó a Maiquetía con una comitiva de 300 personas,  e introdujo al país  —de acuerdo con la versión del general— varias cajas con armas que incluían rifles de francotiradores, con la finalidad de preparar una insurrección de civiles y militares.  Lo cierto es que muchos de esos armamentos fueron entregados a delincuentes. Meses después de la coronación de CAP ocurrió el Caracazo e iniciaron una serie de sucesos y movimientos insurgentes que sirvieron como telón de fondo para la puesta en escena de Hugo Chávez, un golpista que se legitimó con las estructuras de la democracia y luego la destruyó para poderse perpetuar en el poder.

Los problemas que se hicieron palpables en el bolsillo del venezolano tras el Viernes Negro, habían causado estragos graves, el país buscaba una salida desesperada y la mayoría de los votantes cifraron sus esperanzas en la peor de las opciones: el golpista Hugo.

“Es que aquí, si usted ve las encuestas, no hay nadie más que Chávez, porque este pueblo no está votando por un presidente o por alguien que nos ofrezca un futuro, aquí se está votando por un vengador”, dijo el expresidente Carlos Andrés Pérez en 1998, en  los meses previos a las elecciones. Pérez había enfrentado y neutralizado durante su gobierno el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 en el que participó el entonces teniente coronel Hugo Chávez Frías.

La carrera electoral

En abril del 98, las encuestas electorales le daban una ventaja de alrededor de 40% a la Miss Universo 1981, Irene Sáez, quien tenía su propio partido IRENE. Sin  embargo, sus posibilidades se fueron disipando tras recibir el apoyo de Copei y Acción Democrática para integrar una candidatura unitaria al Congreso. Luego de esa alianza La Causa R, quien también la respaldaba, le retiró su apoyo en agosto de ese año.

La exreina de belleza había realizado una gestión exitosa como alcaldesa del municipio Chacao, y gozaba de una gran popularidad nacional, pero la alianza con los viejos partidos la terminó relegando al tercer lugar en los comicios electorales.

Por su parte, el candidato Henrique Salas Römer, exgobernador del estado Carabobo, empezó a despuntar en las encuestas ese mismo mes de agosto del 98, tras el desinfle de Sáez, ocupando el segundo lugar, frente al entonces favorito de los sondeos Hugo Chávez.

Salas Römer obtuvo a menos de una semana de las elecciones el apoyo de Copei y de AD, en un giro inesperado de los acontecimientos. El Comité Directivo Nacional de los adecos abandonó a su propio candidato Luis Alfaro Ucero —secretario general de Acción Democrática— en un intento desesperado por llegar al poder. Pese a esto Alfaro se mantuvo en la contienda hasta el final, aunque por esta decisión fue expulsado del partido.

Ese 6 de diciembre de 1998 los resultados electorales coincidieron con las encuestas, Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales para el periodo de 1999-2004 aunque en realidad no dejaría el cargo hasta su muerte en 2013. Henrique Salas Römer obtuvo el segundo lugar con 39,97% de los votos. Irene Sáez consiguió el tercer lugar y Luis Alfaro Ucero el cuarto.

Aquella victoria de Chávez fue el comienzo de un capítulo sangriento de nuestra historia que aún no se ha cerrado. Una de las particularidades del gobierno del llamado  “comandante” fue su nefasta decisión de continuar armando  a civiles bajo la conformación de los círculos bolivarianos, creados con el pretexto de defender su “revolución”. Esto derivó en el incremento de la delincuencia común. Armamentos fueron repartidos en las barriadas sin medir las  consecuencias ni el impacto que tales acciones acarrearían en el tiempo.  En 2018 el Observatorio Venezolano de la Violencia informó que ocurrieron más de 23.000 muertes violentas en el país tan sólo ese año. Tras la pandemia y el éxodo algunos expertos señalan que aunque las cifras siguen siendo alarmantes habrían descendido por las restricciones de movilidad derivadas del COVID-19. Sin embargo, la violencia es una lacra que en Venezuela se sigue fortaleciendo.

Las últimas elecciones democráticas de Venezuela se realizaron en 1998. Tras llegar a Miraflores Hugo Chávez se encargó de destruir las instituciones. En una transmisión simultánea en la televisión venezolana, una vez convertido en presidente pidió a la asamblea constituyente creada por iniciativa suya disolver el Congreso por la  negativa de este órgano de aprobar su propuesta de ascenso de varios oficiales golpistas del 4 de febrero. Chávez terminó creando una carta magna a su medida y realizó cuantas tretas pudo  para obtener el control absoluto. Logró que se estableciera la reelección indefinida y el aumento de los periodos presidenciales a 6 años,  reeligiéndose una y otra vez en comicios ensombrecidos por irregularidades y por la intimidación a los funcionarios públicos y en las mesas electorales, así como por los señalamientos de presuntas trampas en el funcionamiento del voto electrónico en el país, entre otras acciones no apegadas a la ley. Hasta Smartmatic, la empresa a cargo del sistema de votación en Venezuela, denunció «manipulación» del dato de participación en una de las elecciones promovidas por el chavismo durante la gestión del ilegítimo Nicolás Maduro, un gobernante escogido a dedo, por Hugo Chávez y su legado para los venezolanos. Maduro es la prueba viviente de que la voluntad del pueblo no siempre es respetada y representada en la figura de un presidente de la República.

Han pasado más de 23 años desde que los votantes venezolanos decidieron elegir al candidato “vengador”. Sin importar mucho ni su experiencia ni sus antecedentes, la gente que quería un cambio apostó por él e hipotecó y perdió la democracia. Hoy las nuevas generaciones luchamos por la libertad y por recuperar nuestro país perdido; ese que fue secuestrado por un puñado de delincuentes que no creen y no creerán jamás en las elecciones libres, secretas y transparentes.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional