Durante el discurso de celebración de los dos años de la creación de la asamblea nacional constituyente, el orador de orden, el ex presidente de la Asamblea Nacional y ex guerrillero Fernando Soto Rojas hizo una serie de planteamientos impactantes que revelan la visión estructural de la institución como cuerpo colegiado, pues es muy difícil imaginar que se dé un discurso institucional sin haber pasado el filtro del presidente de la institución en cuestión, el ingeniero Diosdado Cabello.
Estos planteamientos en orden cronológico de seis reflexiones fueron las siguientes presentadas a continuación:
1. Nuevo texto constitucional: anunció la intención de aprobar el proyecto de Constitución el 24 de julio de 2021, o sea que se piensan tomar por completo 2 años más para la creación de la nueva Constitución que según algunos es solamente un refuerzo de la Constitución de 1999 y según otros un compendio de todas las experiencias adquiridas en 20 años de época revolucionaria, en la creación de un sistema político inédito. Lo cierto del caso es que ya superaron con mucho la Constituyente de 1999, cuyo trabajo se veía permanentemente en todos los medios en su camino hacia la construcción de un texto constitucional; y a menos de que se pretenda crear un supertexto constitucional de miles de artículos, no es posible entender por qué se tardan tanto en la primera tarea de su creación, lo que genera suspicacias, dado que la Constitución de 1999 pasó de 3 poderes clásicos a 5 poderes y en medio de tantos argumentos sobre el poder popular y la filosofía de la democracia participativa y protagónica, no sería sorprendente que creen nuevos poderes o destruyan la figura de alcaldes, gobernadores y consejos legislativos o concejos municipales para darle paso a nuevas instituciones creadas de su propia inspiración revolucionaria.
2. Construcción de una política internacional: Soto Rojas habló del impacto internacional del legado chavista y las posibilidades de utilizar esa arma cultural y política a través del Foro de Sao Paulo para enfrentar a Estados Unidos en la esfera económica e ideológica, lo cual es muy preocupante, dado que convierte esa institución internacional en un mero instrumento de la política nacional, de la misma manera que la Unión Soviética secuestró la Internacional Comunista para sus objetivos nacionales y terminó desacreditando a todos los seguidores de Marx y Engels, al unir sus ideas con los despropósitos que surgían dentro de las paredes del Kremlin. Es de esperarse que los delegados y organizaciones políticas del movimiento entiendan que al apoyar esa política entran de lleno al radar de los enemigos de Estados Unidos y sus aliados, sin importar que existan partidos políticos europeos y de otros continentes afiliados a ella. De continuar las denuncias de vinculaciones de políticos venezolanos con factores terroristas y narcotraficantes, como afirman agencias estadounidenses, existe el riesgo mortal de que esas organizaciones políticas sean acusadas por los mismos delitos que le atribuyen al gobierno de Maduro los departamentos de Estado, Comercio, Justicia y Defensa del gobierno de Trump.
3. Creación del bolívar oro soberano: el anuncio de una nueva moneda anclada a la reserva de oro del Banco Central de Venezuela es una idea poco original que responde a la necesidad de sustituir el bolívar soberano, que se ha convertido en una moneda muy afectada por su continua devaluación frente al dólar oficial y realmente demuestra que incluso la idea del Petro como unidad de cuenta para muchas tareas económicas ha fracasado totalmente, mucho más si se considera el efecto extremadamente nocivo en referencia a la fijación del salario mínimo. Demás está decir que la dolarización de la economía nacional es un hecho que solo no es total por el comercio minorista y al detal, así como el pago de sueldos y pensiones, así como impuestos, lo que hace cada vez más difícil el funcionamiento de una economía sustentable, por lo que parece que lo más recomendable es seguir el ejemplo de Zimbabue, que se dejó de necedades, después de muchos fracasos, y sustituyó el dólar zimbabuense por el dólar estadounidense y el rands surafricano, que en Venezuela puede ser cubierto por el euro.
4. Ley de ingresos y gastos de las divisas: en este campo, Soto Rojas quiere hacer la tarea en la cual se ha fracasado desde 1973 con el primer boom petrolero, como es “administrar las riquezas con criterio de escasez”, lo cual también es una vieja aspiración de la cultura política venezolana desde décadas atrás, incluso a los gobiernos democráticos de 1958, pero que se estrellan ante la cultura de la corrupción, el clientelismo político y la ineficiencia administrativa que convierte los ingresos petroleros en fuente de prosperidad en Noruega o maquinarias de transformación de los desiertos en ciudades productivas como Dubai, pero que en el caso venezolano se convierte de manera circular en un festín de Baltasar, que está destinado a convertirse en tragedia, con la correspondiente destrucción nacional después de cada boom petrolero. Tal vez lo mejor, en mi opinión, es crear una ley tipo Fides que regule porcentualmente los gastos en sectores y partidas a todos los niveles para reducir a unos mínimos estos males históricos que azotan la administración pública en Venezuela.
5. Comisión de ética: sin duda alguna la más polémica de todas las propuestas, pues la sugerencia de una comisión superior para castigar los delitos de odio, corrupción administrativa y crímenes económicos es una vulgar interferencia en las atribuciones del Poder Ciudadano y el Poder Judicial en Venezuela, creando por analogía una figura comparable a los tiempos del terror durante la Revolución francesa, cuando un comité de salvación nacional se atribuyó todos los poderes para defender la República, y fusiló y guillotinó a diestra y siniestra a sus enemigos políticos y hasta personales. La idea de un comité superior con poderes totales va muy acorde con la experiencia soviética que debe prevalecer en la cultura de Soto Rojas, a pesar del choque evidente de este planteamiento con los preceptos básicos de la Constitución de 1999.
6. Presupuesto de excepción socioproductivo: es la continuación de la idea de salvación del pueblo a través de la construcción de un modelo de economía comunal, lo cual, sin duda, es un despropósito sin sentido práctico alguno, con la excepción de financiar a miles de consejos comunales y comunas en microproyectos que generen empleos a corto plazo y distribuyan recursos en el ámbito local con mayor cobertura que los municipios, a pesar de todos los fracasos endógenos y de carácter local que llenan la historia de los últimos 20 años.
Por último, y no menos importante, es menester comentar el objetivo final de ingreso al Brics según Fernando Soto Rojas, que considera que nuestra economía está al nivel de Rusia, China, la India, Brasil y Suráfrica en cuanto a desarrollo industrial, tecnológico e influencia regional, lo que me pone a pensar seriamente en que esta parte del discurso no estaba en la versión filtrada que leyó Diosdado o Maduro, por lo travieso y absurdo de dicho comentario.