OPINIÓN

Las relaciones con la Unión Europea

por J. Gerson Revanales J. Gerson Revanales

Nunca una mejor oportunidad en este momento, desde el establecimiento de relaciones con la UE, en 1977 para revisar las relaciones con el bloque económico, marcada por diversos eventos políticos, económicos y sociales. Durante los últimos años, estas relaciones se han visto tensionadas por la crisis política y económica que viene atravesando el país. Históricamente, las relaciones se han caracterizaron por una cooperación en diversos ámbitos, como el comercio, la cooperación al desarrollo y el diálogo político. En este contexto, la UE ha sido un importante socio en asuntos como el desarrollo sostenible y derechos humanos, suscribiendo acuerdos de cooperación y relaciones comerciales que hay que conservar. Sin embargo, a partir de 2013, con el inicio de la crisis política las relaciones bilaterales comenzaron a deteriorarse hasta declarar en un acto inamistoso a la anterior representante Isabel Brilhante, “persona no grata”. En múltiples ocasiones, la UE ha expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela. Como consecuencia, se han impuesto sanciones económicas y políticas al gobierno venezolano.

Antes de la crisis política actual, las relaciones entre Venezuela y la UE se caracterizaban por una cooperación en diversos ámbitos: Venezuela exportaba principalmente petróleo y gas a la UE, mientras que importaba bienes manufacturados, maquinaria y productos químicos. Para el 2023 la Balanza Comercial con el bloque europeo presenta un déficit de 2.506,3 millones de euros (2.710 millones de dólares) equivalentes a 22,28% de su PIB…

En materia de Cooperación para el desarrollo, la UE ha sido un importante donante de ayuda humanitaria, especialmente durante los últimos años, debido a la crisis socioeconómica, no sin faltar el diálogo político, a través de conversaciones regulares a nivel ministerial y técnico sobre temas de interés común, como derechos humanos, democracia y buen gobierno.

La crisis política en Venezuela ha generado tensiones significativas con la UE, que ha expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos y la democracia en el país. Como resultado, se han impuesto sanciones económicas y se han restringido los contactos a alto nivel.

Los principales desafíos que enfrentan las relaciones de cooperación con la UE son: la crisis política y humanitaria que ha absorbido gran parte de la atención internacional y ha limitado la capacidad del gobierno para participar en iniciativas y programas de cooperación. Estas violaciones de los derechos humanos han conducido a la imposición de sanciones económicas, restringido el comercio y las inversiones;, dificultando la cooperación en áreas como el desarrollo económico, al punto que su secretario de Relaciones Exteriores y Seguridad, Josep Borrell,  cuestionara la trasparencia del proceso electoral del pasado 28 de julio, lo que ha generado tensiones en las relaciones bilaterales.

A pesar de los desafíos, hay una necesidad imperiosa de rescatar estas relaciones. Existen áreas en las que podría reanudarse la cooperación entre ambos países, siempre y cuando se den las condiciones adecuadas; entre estas además de la ayuda humanitaria; la cooperación en materia de migración; cooperación en materia de medio ambiente y un diálogo político, más amplio para abordar las causas profundas de la crisis y buscar una salida negociada.

La posición de la UE con relación a Venezuela ha tenido que evolucionar con el tiempo, adaptándose a los cambios en la situación interna del país y a las dinámicas políticas internacionales. En los últimos años, se ha observado una mayor coordinación entre los países miembros, aunque las diferencias persisten. Si bien existe un consenso general sobre la necesidad de una solución pacífica y democrática, las diferencias en las políticas internas y los intereses nacionales han dado lugar a matices en las posturas frente a las sanciones económicas impuestas al gobierno, principalmente a funcionarios y entidades estatales, en respuesta a la crisis humanitaria y las violaciones de los derechos humanos; como la vía más adecuada para resolver la crisis.

Relaciones históricas: como el caso español y los intereses económicos de algunos países de la UE en Venezuela; la inseguridad e incumplimiento de los convenios internacionales en materia de inversión y las posiciones políticas internas de los gobiernos de los países miembros de la UE en su política exterior influyen en sus posturas.

En resumen, las relaciones entre Venezuela y la Unión Europea se encuentran en un momento crítico y hay que rescatar. La cooperación futura dependerá en gran medida de la evolución de la situación política interna de Venezuela y de la voluntad de los gobiernos que en el futuro conduzcan la política exterior, al unir puntos en común con la UE y superar las diferencias.