Revelaciones recientes de que la DEA no fue consultada sobre la liberación de Alex Saab parecen avivar el interés por establecer por qué el presidente Joe Biden “perdonó sus crímenes” antes del juicio por cargos de lavado de dinero.

Durante una audiencia en el Senado estadounidense, William Kimbell, jefe de operaciones de la DEA, declaró que nunca se les consultó al respecto, reportó el primero de mayo el periodista Joshua Goodman, de la agencia de noticias AP.

Quien interrogó al funcionario de la agencia antidrogas fue el senador republicano Chuck Grassley, miembro de alto rango de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado, que junto con otros influyentes parlamentarios firmó una carta dirigida al Departamento de Justicia el jueves 25 de enero para  exigir que se publique el expediente contra el empresario colombiano.

Cualquier divulgación de esos registros -observa The Associated Press- podría arrojar luz sobre lo que estos senadores llamaron las “confesiones” de Saab, en aparente referencia a sus reuniones secretas con la DEA años antes de la acusación en su contra.

Se conoce que uno de los documentos desclasificados por orden del juez Robert N. Scola señala que Saab entregó dinero a Estados Unidos y la DEA como parte de un acuerdo de autoentrega para “enfrentar cargos por su conducta delictiva”.

Se sabe además que el barranquillero ha alardeado ante esa agencia  acerca del enorme poder de la información que posee. “Eso da una idea de cuánto sabe Saab, o cree saber, sobre los secretos del gobierno de Maduro”, ha dicho el periodista de investigación Gerardo Reyes.

En la carta de dos páginas al secretario de Justicia, Merrik Garland, el 25 de enero, los parlamentarios fijaron plazo hasta el 7 de febrero para que se publicaran los archivos que solicitan. No han obtenido respuesta, y en la audiencia reciente del Senado el jefe de operaciones de la DEA no se comprometió a publicar el expediente del caso, lo que pone en entredicho el mensaje habitual de la agencia en el sentido de que nadie está por encima de la ley o más allá del alcance de la policía estadounidense.

.Sin embargo, las acciones de los senadores Chuck Grassley, Jim Risch  y Marco Rubio muestran  determinación de ir hasta el fondo del asunto.  “No hay base para ocultar las pruebas contra Saab al público estadounidense”, dicen. Esto a pesar de que Biden pareció cerrar el caso en diciembre, cuando le abrió la puerta de la cárcel federal de Miami al llamado testaferro de Maduro.

El expediente del “diplomático” probablemente contenga información sobre cómo habría servido de emisario para intercambiar oro venezolano por alimentos y gasolina iraníes violando las sanciones de Estados Unidos.  Pero tal vez no fue a ese país solo por eso, sino también por armamento camuflado en los  barcos con comida. Y hacia allá también apuntan los senadores en busca de las pruebas contra Alex Saab.

 


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