La semana pasada tuve la grata oportunidad de entrevistar a un buen y exitoso amigo colombiano, Alex Montoya. Durante su entrevista me compartió el proceso de crecimiento por el que pasó al vivir en Nueva York, Caracas, Londres, para finalmente, desde Miami, convertirse en la cabeza de una de las más grandes y prestigiosas empresas de seguros de América.
Cuando íbamos por la mitad de la entrevista me compartió una idea brillante. Yo, como siempre, salté de la emoción e inmediatamente le comenté: “Alex, te acordarás de este momento, porque pienso robarte esa idea”. Y es ahí cuando Alex, con gran genialidad, me comenta: “Las ideas no son de quienes las generan, sino de quienes las logran llevar a cabo”.
Nada más cierto.
En artículos anteriores han podido apreciar lo mucho que invito a la gente a soñar, a soñar en grande. Pero hoy quiero aprovechar las sabias palabras de mi amigo Alex e invitarlos a no solo soñar sino sobre todo a materializar los sueños.
¿Pero cómo empezar?
Lo sé, eso es justo lo más difícil.
El reto más grande. Cómo encauzar un proyecto.
Pues aquí les dejo un consejo: no busquen la perfección, no busquen el camino ideal… el camino se hace al andar.
Cuando escribo un artículo, cuando quiero comenzar un proyecto, una campaña para alguno de mis clientes en mi agencia, pocas veces, para no decir nunca, doy con el camino exacto que termino planteando en las primeras líneas. Pero eso sí, esas líneas, torcidas, desatinadas, perdidas, en algunos casos, son la mejor manera de hacerse camino, de comenzar “la exploración”.
Quizás esta palabra es clave: “exploración” … en la medida que nos permitimos comenzar, lanzarnos, comenzamos a acercarnos a la meta, al objetivo, al plan, al final.
Quien pretenda no comenzar hasta tener en la mente la absoluta claridad está cometiendo un grave error y sobre todo está poniendo en riesgo la posibilidad de que el proyecto logre andar.
Piensa en la idea y comienza a escribir cuál crees que es la manera de materializarla.
Cualquier camino es bueno, ¿Por qué? Porque todos los caminos son avance. El diseñar un camino y entender que no es el correcto es un gran aprendizaje. El saber por dónde no ir es una bendición tan grande como el saber por dónde sí.
Lo clave es avanzar. Ejecutar. Implementar.
No dejes que las ideas te las robe otro.
No dejes que las ideas se queden en eso, ideas.
Comienza a caminar.
Cada vez estarás más cerca, más cerca de llegar.
… y sí, Alex, esa idea te la pienso copiar 🙂