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Las huestes de mis desideratas

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La esperanza es el sueño del hombre despierto”. Aristóteles

Después de muchos eneros saturados de resignación, el del 2024 se ha vivido con la ilusión de un mejor porvenir. Con propósitos renovados, en la calle se respira el optimismo de instalar un gobierno liderado por ciudadanos decentes; y aunque el repudio al gobierno y sus prácticas no es reciente, sí lo es la aglutinación de la esperanza concentrada en una abanderada, que cuenta con la confianza de las amplias mayorías.

En teoría política conocemos La ventana de Overton como el postulado en el que el público acepta un ideario y lo hace suyo; sin embargo, lo asemeja a una ventana estrecha, cosa que hace complicado crear dicha identidad. Luego de Chávez solo 3 personas habían cruzado esa ventana: Henrique Capriles en 2012/13, Henry Ramos en 2016 y Juan Guaidó en 2019. Lamentablemente fallaron y el desaliento se hizo evidente en los comicios ulteriores. Hoy vemos que esa identidad se ha restaurado y dicha esperanza se traduce en una intención de voto que sobrepasa a las maquinarias de todas las organizaciones políticas juntas. Por ello, la anticipada conformación del voluntariado nacional.

En términos reales, el surgimiento de la notoriedad de María Corina Machado no obedece a la elaboración de un discurso pulcro, a la lucidez de un programa de gobierno ni a la seducción de su corriente ideológica. No, no es nada de eso. El asunto es simple: la mujer parece, actúa y habla como opositora. La gente no quiere nada con los sospechosos habituales, con vendidos, ni con aquellos moderados que son tan moderados que terminan por ser parte de la agenda del gobierno. En fin, aquí nadie quiere seguir votando con la nariz tapada.

Otros factores que favorecen el optimismo es la coincidencia de factores que nunca habíamos visto en un año de elecciones presidenciales: primero, una figura que concentra altísimos niveles de popularidad; segundo, el desgaste en sus propias bases es apabullante, sus sondeos de opinión demuestran mínimos históricos tan manifiestos que cuantiosos dirigentes de sus filas votaron sin complejos en nuestras primarias. La deblacle es tan calamitosa que algunos se han atrevido a conminar la sustitución de Maduro como candidato. Por último, tiene las arcas vacías de ingresos formales; evidentemente tendrán dinero de procedencia irregular para hacer campaña, pero no contarán con recursos formales para aliviar la crisis social que llevan a cuestas. Para colmo de males, el escándalo del latrocinio protagonizado por Tareck el Aissam, los dejó sin discurso. Ellos mismos han reconocido la pérdida de 30.000 millones de dólares, cosa que hace descabellado continuar atribuyendo a las sanciones la causa de la crisis. El político es un vendedor de esperanzas, el chavismo no tiene ninguna creíble que ofrecer.

En tanto, creo que el gobierno no cuenta con suficiente fuerza popular ni institucional para sostener por demasiado tiempo la inhabilitación de Machado. Cuando admitan que tienen la derrota asegurada en cualquier escenario electoral, se enfrentarán a una desagradable encrucijada: 1) Habilitarla a sabiendas de que es la forma de obtener más garantías en la mesa de negociación o 2) Sostener la inhabilitación a trocha y mocha e igual perder contra cualquiera a quien la mujer le levante la mano, pero contando con menos garantías individuales. Tal vez compren tiempo intentando postergar el calendario electoral, pero es insostenible. Como este artículo trata de mis desideratas, creo que la ganadora de las primarias va a competir, va a ganar y cobrará el triunfo. Además, pienso que esa victoria enterrará el inmoral modelo político que siendo fundado y practicado por el chavismo, ha sido imitado por más opositores de los que quisiera reconocer.

Instagram: @hamidjramos

X: @hamid_ramos

 

 

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