Estas horas son cruciales para el destino de nuestro país. Como lo dije en mi artículo del día de ayer, Venezuela está en la encrucijada. Hoy, con la participación popular y en ejercicio de nuestros derechos constitucionales, el pueblo venezolano está en la posibilidad cierta de poner fin a la pesadilla del madurismo y abrir los cauces para que se restablezca la Constitución.
Hoy, nadie se puede quedar en casa, nadie puede ser indiferente, sea de la posición que sea. Está claro para todos, que hay que estar al lado del pueblo, derrotar el miedo, acabar con la violencia y abrir las posibilidades de volver a la política con todas las garantías y libertades establecidas en nuestro texto Constitucional y leyes.
El proceso electoral, estas elecciones “express”, han estado llenas de todo tipo de irregularidades. El gobierno pretende ocultar su desastre y evitar que el pueblo se pronuncie, pero no lo han podido impedir. La corta campaña, ha permitido que el pueblo se movilice, se exprese en rechazo al gobierno.
Estas elecciones, son un plebiscito, sobre la continuidad o no de maduro en el poder.
Como lo hemos dicho reiteradamente, lo que se expresa en las calles, es un masivo repudio a nicolás maduro y a cualquiera que lo represente. Esta es una derrota del madurismo, no del chavismo.
El chavismo no tiene candidato y no votará por maduro; ésto, a pesar de todas las manipulaciones, chantajes y grosera utilización de la figura y el nombre del Presidente Chávez.
El madurismo y nicolás maduro, en particular, traicionaron a Chávez, arrasaron con su obra, destruyeron su legado, cual Herodes, acabaron con una revolución que estaba en marcha y derrocaron a la V República. Los efectos de este accionar, la tragedia del pueblo venezolano y la destrucción del país, están a la vista de todos; no voy a insistir en ello, porque el pueblo lo expresa de una manera clara y sentida: maduro tiene que irse.
Nosotros estaremos junto al pueblo, siendo siempre coherente con nuestra posición y principios, reivindicamos a Chávez, y señalamos al madurismo, como el único responsable de lo que sucede en el país. Persiguieron y arremetieron contra el campo revolucionario y ahora tienen en la calle, el peor escenario para el madurismo.
Ellos, desde el gobierno, golpearon y persiguieron al chavismo. Nos exiliaron y persiguieron, utilizando en contra nuestra su sistema de justicia, su fiscal sicario; otros han sufrido igual o peor suerte: encarcelados y muertos. En 11 años de madurismo, no queda en pié nada de Chávez, ni de su gobierno, ni de sus ministros, ni de su legado.
Desarticularon al pueblo, la organización social y los instrumentos de transformación revolucionaria creadas por Chávez; es decir, le dieron un golpe al corazón de la patria, a la conciencia y la espiritualidad de nuestro pueblo. Después de la muerte de Chávez, el madurismo ejecutó el decreto de Carmona.
Acabaron con las Misiones, con el Poder Popular y con la Democracia Participativa y Protagónica; con la PDVSA Roja Rojita, la PDVSA del Pueblo; con la Soberanía. Entregaron el petróleo, el gas, el oro, las empresas del Estado, El Esequibo. Traicionaron el Plan de la Patria. Violaron la Constitución, los Derechos Humanos. Desaplicaron las leyes de Chávez, de la República.
Han saqueado el país. Se apropiaron de las empresas y recursos del Estado, del pueblo; barrieron con las conquistas laborales, políticas y sociales; acabaron con el bolívar y con la economía. Han gobernado para Fedecámaras y su nueva burguesía, en contra de los trabajadores y del pueblo.
Se han impuesto por la violencia. Han convertido la violación de los derechos humanos en una política de Estado, cometiendo crímenes de lesa humanidad; han creado todo un sistema represivo ignominioso, cruel. Las cárceles están llenas de presos políticos: trabajadores, civiles, militares, familiares secuestrados, gente inocente. Han actuado con saña.
El pueblo venezolano tiene hambre, se ha empobrecido enormemente, el salario mínimo de 3,6 dólares al mes es el más bajo del hemisferio, muy por debajo del umbral de la pobreza Sus condiciones de vida son deplorables, no ven futuro con el madurismo; por ello, desesperanzados, escapan del país como pueden. Son 7,7 millones de venezolanos se han visto obligados a dejar la patria. Muchos de ellos, no volverán jamás.
El único responsable de este desastre es nicolás maduro y el madurismo. Hoy, están cosechando lo que han sembrado. Las sociedades no se suicidan, y menos, un pueblo como el venezolano.
Los que están votando en contra de ellos, no es la oligarquía –quien más bien los aplaude o se mantiene indiferente–, son los humildes, los que lo han perdido todo, los que han sufrido los embates del “paquetazo” de derecha, de la improvisación e irresponsabilidad en el manejo de los asuntos de Estado, de la destrucción generada por el gobierno y su indolencia ante los problemas del pueblo.
En momentos de crisis, vienen las definiciones, como titulaba aquel libro de Argelia Bravo Mellet, La crisis y las definiciones. Es por ello, que los que estamos con Chávez, debemos levantar nuestra voz clara y firme en contra de maduro y su gobierno, dejar el “guabineo”, estar al lado del pueblo y su voluntad de lucha, como nos enseñó Chávez.
El pueblo venezolano está desesperado. No es verdad que esté apoyando una propuesta política o un programa específico, mucho menos, uno de derecha; lo que quiere es que maduro se vaya.
Corresponde a los chavistas, contribuir a este propósito, influir políticamente en la calle, orientar, conducir, reagruparnos, restablecer el hilo constitucional, roto por el madurismo; volver al marco de nuestras leyes, acabar con la represión, liberar a los presos políticos, y volver al ejercicio de la política, para levantar las banderas del campo bolivariano y del chavismo.
La única posibilidad de salir de este abismo, es salir de este gobierno dictatorial y volver a la política, a Chávez y sus propuestas fundamentales; pero para ello, hay que salir de este gobierno, derrotar el madurismo. La batalla es hoy y ahora.
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