Eso de tomarle fotos a una concentración cuando comienza o cuando ya se está disolviendo para posicionar la idea de que fue un fracaso ya está más que trillado, pero lamentablemente es una práctica que aplican los actores políticos en la pugna por el poder.
En ese juego de perspectivas fotográficas y de las imágenes en general se encuentra centrada la disputa política como una «táctica» de campaña, es necesario abogar por un equilibrio para salir del estancamiento y enriquecer el debate político.
Basta ya de las mismas maniobras, figuras, símbolos y discursos, es necesario insistir en el debate abierto, pluralista y ético entre los distintos candidatos, para que la gente pueda contrastar en base a las propuestas que cada sector político emergente puede ofrecer al país.
El extremismo del debate público actual no puede seguir invisibilizando los proyectos, los modelos, las propuestas y las ideas; en este momento de crisis, es fundamental ofrecer al país una campaña electoral de altura, dejar de menospreciar o ridiculizar al oponente, moralizar a los propios y posicionar ciertas percepciones en terceros espectadores, comparando la mejor foto del clímax de la concentración propia con una foto de inicio o retirada de la concentración del contrario.
Existen dos extremos polarizados que se esfuerzan muchísimo para hacer ver que son mayoría, mientras quienes realmente sí somos mayoría trabajamos arduamente para intentar por nuestros propios medios, salir adelante y ayudar a los más necesitados.
Venezuela está cambiando, la Venezuela profunda que recorremos a diario (cerro arriba y llano adentro) no esa que ahora en medio de la campaña electoral todos los candidatos dicen recorrer. Somos optimistas en el alcance de nuestros logros, porque entendemos mejor que nadie que la «estrategia» fotográfica del status quo no tiene la misma eficacia política que ha venido teniendo durante las últimas dos décadas. Vamos a debatir, para que la ciudadanía decida cuál es la mejor propuesta, y con cuál proyecto de país se siente identificada.
Pueden repetir mil veces que a la marcha convocada por el gobierno fueron todos obligados, que no eran tantos como se veían en las imágenes, y que las concentraciones de cualquiera de las facciones de la oposición fueron un fracaso. Pero hablando con la objetividad que nos caracteriza, la realidad es que hay millones de venezolanos que apoyan a la oposición, pero también hay millones de venezolanos que apoyan al gobierno, a pesar de haber gobernado de manera catastrófica durante más de 25 años.
Ahora, a la gran mayoría de los venezolanos nos une un gran deseo de cambio, que no nos identificamos con ninguno de los dos extremos reconocidos mediáticamente como “mayoritarios”; por lo tanto, tenemos un gran reto por delante, para lograr unirlos a todos y avanzar hacia la Venezuela del reencuentro y la reconciliación.
Desde Unidad Visión Venezuela tenemos claro que existe una gran oportunidad de concretarlo, ya que las fuerzas políticas que han estado al frente del gobierno y de la oposición oficial han mermado -tanto en su capacidad de convocatoria, como de movilización-, hecho que ha quedado demostrado con la respuesta y el respaldo que hemos venido recibiendo en las concentraciones que realizamos a lo largo y ancho del país.
Hay un hastío de la «política» tradicional, nuestro pueblo está preocupado y ocupado en atender sus necesidades básicas, lamentablemente anda -por ahora- en modo sobrevivencia y por tal motivo asumimos la tarea de visibilizar y unir a esos miles de seres humanos que queremos una solución pacífica y realista, que disuelva el estéril y tóxico conflicto político en el cual tiene inmerso a un sector importante del país.
Vamos a mostrar esos millones de rostros y unir esos millones de voluntades para sacar a nuestra Venezuela adelante, sin dejar de reconocer por supuesto a estas dos minorías que quieren seguir manteniéndose entre sí (unos en el desgastado gobierno y otros en la comodidad de la oposición).
El reconocimiento del otro es fundamental, y aun cuando no nos acompañen o tengan posiciones distintas a la nuestra, pueden tener la certeza que vamos a construir un país viable y vivible para todos.
Considero interesante escuchar de las distintas facciones, un discurso en el que se reconozcan todas las partes que participan en esta contienda política, porque en un país que necesita recuperar el equilibrio democrático, es fundamental comenzar por el reconocimiento a las bases sociales contrarias, las ideas y el liderazgo sobre el cual nos sentimos representados.
Para finalizar, las elecciones se ganan es con votos, no con fotos. La verdadera encuesta está en la calle.
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