La materia desmaterializada por nuestro sistema sensible, teletransportada y teledirigida de un lugar físico para materializar la misma materia desmaterializada en otro lugar físico y convertirla en un «concepto», es una facultad humana que es posible emular, no para construir un dispositivo, como fue el caso de la cámara fotográfica, el cinematógrafo o un GPS, es para calcar, emular, copiar, repetir, el proceso en la objetividad, pero tenemos que explicar qué es un «concepto», porque esa es una de las facultades cognitivas humanas más alucinantes que el hombre pueda conocer.
Un concepto es un ente Inmaterial, localizado en un no lugar que se redespliega en la multiplicidad, tiene la suficiente maleabilidad, flexibilidad, para contener la esencia de los géneros, sin incluir sus diferencias específicas, que son los accidentes de los integrantes de cada género, lo que permite al intelecto aplicar el Primer Principio Metafísico Aristotélico de Identidad, el único Primer Principio Metafísico de la Metafísica del Viejo Aristóteles que pasa el tamiz de hierro de la posmodernidad y permanece incólume, es lo que nos permite la cognoscibilidad de la diferencia, si no todo sería igual, no podríamos discernir un aguacate de una guanábana.
El concepto no es matematizable, estadistizable, no puede ser informatizado por un lenguaje binario de sólo dos caracteres (0 – 1), que es el lenguaje que utilizan todos los dispositivos tecnotrónicos que los enloquecen a todos; el concepto se redespliega en la multiplicidad, solo podría ser informatizado por un lenguaje que se redespliegue en la multiplicidad, un lenguaje de «n» caracteres, como el que usamos los humanos, que es posible usarlo, independientemente de la lengua que use el hablante, porque quienquiera que sea, solo tiene que ser humano, dispone de esa facultad que es a priori, que es innata, que no viene de la experiencia; los seres humanos podemos utilizar un lenguaje múltiple porque tenemos la facultad humana de crear conceptos, eso es lo que nos permite combinar infinitos caracteres múltiples para hacer uso del lenguaje, primero, como lo dijo el viejo Aristóteles, «una comedia y una tragedia se escriben con las mismas letras», y, segundo, lo que nos permite hacer uso de la cognoscibilidad de la diferencia.
Cuando vamos a una frutería muy surtida, y queremos comprar mangos, los mangos están distribuidos en cajas adosadas unas al lado de la otra, todos son mangos, todos pertenecen al género «mangos», pero en cada caja están separados, clasificados por sus diferencias específicas, todos tienen la esencia mango, pero en cada caja hay una variedad que los distingue de los demás por sus caracteres contingentes, sus accidentes contingentes, su esencia mango los hace mangos, sus accidentes los hacen distintos, los accidentes los hacen ser: mangos hilachas, mangos bocados, mangos pico de loro, mangos de jardín, mangas, mangos injertos, etc. Si el empleado coloca una caja de mangos importados de las Filipinas que yo jamás he visto, ¿cómo sé yo que son mangos?, ¿son mangos porque están colocados en la misma sección del género mangos? Como me suele suceder cuando voy al supermercado aquí en Bogotá a hacer las compras, en la sección de frutas siempre veo una variedad de mangos que en Venezuela no existe, ¿cómo sé yo que son mangos?
Supongamos que voy a comprar guanábanas, que están localizadas muy distantes de donde están los mangos. Ahí, igualmente están separadas en cajas, adosadas una al lado de la otra, las variedades de guanábanas; primero, las guanábanas criollas venezolanas, después los anones, luego los riñones, después las chirimoyas, acto seguido, los catigüires… Un empleado desprevenido ha colocado una caja de mangos importados de Tanzania que yo jamás había visto, ¿cómo sé yo, a pesar de que la caja de mangos importados de Tanzania está al lado de una caja de guanábanas, que son mangos?, ¿qué misterio es ese?
Cuando yo fui a la Isla de Komodo en Indonesia, en el Parque Nacional Komodo observé por primera vez los lagartos de Komodo, ¿cómo supe yo que eran lagartos? Exactamente de la misma familia de las lagartijas que había observado en mi Venezuela natal, un animal que mide 5 cm y pesa 5 gramos, comparada con un lagarto de Komodo que mide 5 metros y pesa 500 kilos, ¿cómo supe yo que un lagarto de Komodo que jamás había visto era un lagarto?
Las guanábanas que yo compro en Colombia se parecen a las guanábanas criollas venezolanas, pero no son iguales. Las venezolanas son más pequeñas, más olorosas, de piel más rugosa, con más pinchos y de sabor más delicioso. ¿Cómo supe yo que las guanábanas que yo vi por primera vez en el supermercado donde voy a hacer las compras en Bogotá eran «guanábanas»? ¿Qué misterio es ese?
Eso solo es posible porque los humanos tenemos una facultad humana, que es humana y sólo humana, de crear conceptos a partir de la realidad observable; obsérvese que los humanos también tenemos la facultad humana de crear conceptos a partir de los inobservables, ¿cómo hacemos los humanos para crear el concepto átomo?, ¿alguien ha visto un átomo?; esto introduce una complicación adicional en la argumentación, pero eso es de otro lugar, por los momentos me interesa explicar cómo se forma un «concepto» y para qué sirven.
Para el paso de un lenguaje binario de sólo dos caracteres (0 – 1), que es un lenguaje atrasado, apolillado, desvencijado, anacrónico, que es el lenguaje que utilizan todos los dispositivos tecnotrónicos que emocionan a todos, a un lenguaje multinario de «n» caracteres como es el que usamos los humanos, para pasar a develar lo que se conoce como una computadora cuántica, que se supone que es una computadora que utiliza un lenguaje «multinario», lo que permite aplicar el Primer Principio Metafísico Aristotélico de Identidad, A = a = A, el hombre tiene que emular, calcar, repetir, copiar, la facultad humana de generar conceptos, eso no está a la vuelta de la esquina , las Sociedades Capitalistas Avanzadas Liberales Occidentales Posmodernas Complejas Cosificadas Democráticas Digitales Virtuales que logren desarrollar computadoras cuánticas como dispositivos tecnotrónicos comercializables tendrán al planeta Tierra entero a sus pies. El CEO de Google acaba de anunciar un nuevo paso para lograr la construcción de computadoras cuánticas previstas para ser comercializadas en la próxima década de este siglo, yo me permito advertir que si no se entiende cómo funciona esa facultad humana de crear conceptos eso será imposible, el lenguaje multinario de «n» caracteres que será el fundamento de esos nuevos lenguajes tecnotrónicos será una emulación, una copia, un calco, una repetición de esa facultad humana de la cual disponemos los humanos de manera a priori, innata, que no viene de la experiencia; eso no es como pelar mandarinas, no será tan fácil, si no entendemos cómo se crean los «conceptos», cómo funcionan y para qué sirven, no lo lograremos. Bill Gates, Mark Zuckerberg, Reed Hasting (el CEO de Netflix), Jack Dorsey (el creador de Twitter), el creador del ChatGPT 3, el CEO de Google, el CEO de IBM, o cualquier otro mogol de los grandes emporios tecnotrónicos , tienen mi teléfono en Bogotá, ellos saben dónde encontrarme.