Antecedentes
Después de escuchar buena parte del discurso inicial del presidente Nicolás Maduro, donde dividió la historia desde 1989 en 4 etapas históricas según su entender, para dar sustentación teórica a su discurso, se hace imperativo dar ciertas descripciones de las mismas para comprensión del lector del presente artículo:
Tiempo de las rebeliones oligárquicas, populares y antiimperialistas (1989-1999):
Descrita en el discurso como un período heroico de lucha del pueblo contra una serie de situaciones intolerables y degradantes, en el que gobiernos implacables abusaban del pueblo en alianza con empresarios y “malvados”, dichas evocaciones chocan claramente con los recuerdos de mi juventud. Fueron empresarios y jefes de partidos políticos del estatus quienes evitaron la construcción de una economía pospetrolera y la total privatización de las centenares de empresas públicas, que aún existen, para dar paso al gobierno de Rafael Caldera, donde muchos “conocidos” ocuparon cargos públicos de relevancia, a pesar de que viven jurando que la “cuarta república” era algo menos que satánica.
Tiempo de la Refundación Democrática o Constituyente (1999-2013):
Descrita en el discurso como una especie de “Edad de Oro”, donde todos eran felices y no lo sabían. No hizo ninguna mención al “boom petrolero”, que junto a una política de triplicar la deuda externa hizo posible una gran inyección de recursos financieros al área de infraestructura (con casos lamentables como Odebrecht, entre otros), que hicieron crisis, cuando se acabó la bonanza y se agudizó el conflicto político con Estados Unidos.
Tiempo de Resistencia Intensa y Victoriosa (2013-2021):
Descrita en el discurso como un período heroico de gladiadores políticos, donde el pueblo y el gobierno se enfrentaron a todos los poderosos capitalistas del mundo (menos mal que no hablo del grupo Bilderberg o George Soros), lo cierto es que no puede hablarse de resistencia victoriosa si se han perdido 7,1 millones de venezolanos que han migrado y la economía ha sido diezmada, habiéndose reducido en cifras entre 80%-85%, sin que haya acontecido una invasión militar ni terremotos.
Tiempo de Renacimiento (2021- actualidad):
Descrito en el discurso como los 2 últimos años de plena recuperación nacional en todos los órdenes de la vida nacional. Es difícil coincidir con el concepto de “Renacimiento”, cuando el país está montado sobre el tigre de la devaluación, con el terror de que se lo coman si se baja del animal o sentado sobre un barril de pólvora, que puede explotar en cualquier momento. El gobierno señala en plena presentación que el Seniat está contento porque recaudó durante todo el año 2022 un total de recursos financieros equivalentes a 4.744 millones de dólares estadounidenses (Elon Musk pagó 44.000 millones de dólares por la empresa Twitter, es decir, 9 veces más de lo que produjo el país), lo que lleva rápidamente a comprender el divorcio entre las expectativas, las demandas urgentes de la población y las empresas y la lúgubre realidad de los recursos escasos de los gobiernos nacional, estatales y municipales, para tratar de satisfacer aunque sea en parte con dichas demandas.
Una vez terminada esta introducción, después de enfrentar una serie de láminas donde se expresaban en términos contundentes la reducción de la economía nacional a niveles insólitos, se puede pasar directamente a los puntos en cuestión, extraídos textualmente del diario El Correo de Orinoco del día 17 de enero de 2023 http://www.correodelorinoco.gob.ve/gobierno-afina-estrategias-de-trabajo-para-el-2023/
1. Consolidar el crecimiento económico con igualdad: transformar las condiciones materiales a favor de la igualdad y la inclusión
Es muy difícil crear a corto plazo un Plan de Transformación de las condiciones materiales, si no se cuenta con decenas de miles de millones de dólares para realizar la reactivación de amplios sectores de la economía nacional, lo cual requiere del levantamiento de las sanciones y la impostergable necesidad de llegar a los acuerdos políticos necesarios para garantizar las inversiones foráneas y realizar los cambios legislativos necesarios para cada uno de los sectores productivos nacionales. Sin acuerdo político final, no es posible levantar la economía nacional y esa es una realidad que el gobierno nacional comprende perfectamente, cuando manifiesta sus pesares y críticas a las sanciones, pero que muchos seguidores del oficialismo aún no comprenden y lo interpretan como un signo de traición, obligando al gobierno a retardar lo inevitable.
2. Expandir la protección social: consolidar el crecimiento económico en función de mejorar los programas de protección para erradicar la pobreza
Los programas de protección social, especialmente el Sistema Patria y la bolsa CLAP, necesitan con suma urgencia, en mi opinión, la inyección de recursos materiales y financieros de organismos internacionales, como el Programa Mundial de Alimentos (ONU) y el Banco Mundial, para dar microbonos en dólares estadounidenses por jefatura de familia de 25$-40$, para que las 7 millones de familias anotadas reciban un recurso que no genera inflación, abriendo las puertas al sector privado nacional e internacional, para que en forma conjunta con las comunidades y alcaldías repartan en forma regular y eficiente ayuda alimentaria a esos millones de venezolanos que están desesperados todos los días, cada vez que el dólar sube a las 9:00 am y a la 1:00 pm, arrastrando todos los precios al consumidor de toda la economía nacional.
3. Ampliar la presencia del Poder Popular: impulsar la participación y el protagonismo del pueblo organizado para la reactivación de la economía y la repolitización positiva del país
A pesar de los diálogos en México, la intención manifiesta de terminar de impulsar el denominado Poder Popular, que es rechazado en forma frontal por todos los sectores políticos opositores, a través del relanzamiento de consejos comunales y comunas, así como la implantación de las ciudades comunales y el denominado Parlamento Comunal Nacional, es una determinación que hace muy difícil el entendimiento político y con ello, el levantamiento de las sanciones internacionales. Es importante señalar también que la verdadera implementación de este sistema de control popular directo implica una serie de transferencia de competencias, actividades y recursos de gobernaciones y alcaldías, que las dejarían muy vaciadas de funciones, lo cual no parece ser el “sentir y pensar” de alcaldes y gobernadores.
4. Consolidar la seguridad integral de la nación y garantizar la justicia: fortalecer las buenas prácticas en materia de protección ciudadana en el contexto de una cultura de paz cercana al pueblo
Es tal vez la menos ambiciosa y objetiva de las líneas planteadas, ya que solo implica terminar de organizar junto a los cuerpos de seguridad del Estado el amplio sistema cuadricular de las circunscripciones de acción (cuadrantes de paz), en forma coordinada entre el Poder Judicial y los ministerios con competencia en el área de seguridad.
5. Consolidar y expandir el método 1×10 del buen gobierno y las bricomiles: a todos los servicios públicos para garantizar la máxima eficiencia en la gestión
Se puede comprender dicho objetivo como la definitiva integración de las brigadas de trabajo cívico-militares en las tareas ordinarias y extraordinarias de todos los entes públicos, para repetir el efecto obtenido en escuelas y hospitales, ahorrando contratos de mantenimiento con particulares y de esta forma, reducir igualmente transferencias a alcaldías y gobernaciones al asumir muchas tareas operativas de las mismas. Lo que no se va a reducir es el canal de denuncias y quejas, canalizados del 1*10 a través de su vía digital, a objeto de dar la impresión de estar pendiente de todos los problemas, sin importar si tienen los recursos para acometer las soluciones de forma inmediata.
6. Avanzar en la independencia integral y la descolonización: consolidar la independencia económica, tecnológica y cultural bajo criterios que rompan con la ideología colonial, teniendo como principal objetivo la defensa del territorio de la Guayana Esequiba
Es la menos comprensible de todas las líneas estratégicas, considerando que el mismo gobierno ha reconocido el poder del gobierno de Estados Unidos para reducir sus ingresos en 99% y que además ha nombrado a un director de Chevron como presidente de Petropiar, lo que establece un precedente para que las multinacionales terminen nombrando a los presidentes de las empresas estatales donde hagan inversiones.
Igualmente, pretender en un país virtualmente arruinado y con millones de venezolanos en el exterior romper los lazos culturales y tecnológicos con el mundo globalizado parece algo irrealizable, cuando hasta en la presentación del traje típico de la representante de Venezuela en el Miss Universo (Heroína Vinotinto) se pudo apreciar el fenómeno cultural de la “Marvelización”, al igual que en su momento en el famoso video producido por el gobernador Lacava en Carabobo para rendir homenaje a Diego Maradona y que contó con la participación del mismo presidente Nicolás Maduro, lo que hizo explotar a los “tradicionalistas” del PSUV.
Escuchar en el discurso la idea de una “Revolución Cultural, Educativa y Tecnológica”, cuando el hambre y otras necesidades materiales se producen en el sector docente, científico y cultural, hace difícil imaginar hacia dónde se dirigen los propósitos de dichos intentos revolucionarios.
7. Consolidar la patria grande: avanzar en la consolidación de una nueva geopolítica regional, de una nueva integración
Es un propósito que se anuncia con un muy mal comienzo, reconociendo públicamente en pleno discurso al presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, como su “hermano mayor”, lo que abre una trinchera insuperable con los 42 países que libran una “guerra proxy” en Ucrania, contra las tropas rusas. Nadie duda de la vocación integradora de los gobiernos de izquierda de Brasil (Lula da Silva), Colombia (Petro), Chile (Boric), México (AMLO), pero plantear la creación de bloques de poder para enfrentar a Estados Unidos y Europa, en una coyuntura histórica, donde Latinoamérica y el Caribe tienen grandes problemas económicos y sociales, señalando a la República Popular China como el contrapeso para enfrentar a Occidente, es poco menos que una declaración de guerra, que difiere mucho, de lo planteado esta semana por el presidente de México, que desea integrar a Estados Unidos a la reconstrucción económica y social de nuestros países, véase:
- https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2023/01/09/readout-of-president-joe-bidens-meeting-with-president-lopez-obrador-of-mexico/
- https://lopezobrador.org.mx/2023/01/09/en-dialogo-con-gobierno-de-estados-unidos-presidente-amlo-presenta-propuesta-de-integracion-regional-para-el-desarrollo/
Conclusiones
Si el presidente Maduro no toca tierra en el terreno económico y termina con el conflicto político de tantos años, las sanciones internacionales seguirán y las consecuencias sociales y económicas sobre la población de nuestro país pueden acarrear una inestabilidad mayor, lo que no es del agrado de los gobiernos de los países vecinos, que atienden a millones de venezolanos emigrantes.
Es indispensable, que se adelanten las conversaciones políticas y se lleguen a los acuerdos inevitables…
Sin ello, cualquier plan de recuperación es imposible.
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