Las consecuencias devastadoras de políticas económicas estatistas y colectivistas impuestas en Venezuela en las dos últimas décadas son más que suficientes para que desde las entrañas de la sociedad civil se geste un verdadero y genuino rescate de la libertad individual, la propiedad privada y la economía de mercado (precio de las cosas determinado por la oferta y la demanda, sin monopolios gubernamentales). Este artículo explorará cómo la implementación, apoyo y difusión de un enfoque liberal puede contribuir a la planificación de un escenario más positivo para Venezuela.
En primer lugar, es fundamental comprender que el liberalismo enfatiza la importancia de la libertad individual y el respeto a los derechos de propiedad. En este contexto, la propiedad privada y la economía de mercado son pilares centrales. En contraposición a la intervención estatal excesiva, el liberalismo promueve la competencia, la innovación y la creación de riqueza a través de la libre interacción entre individuos y empresas.
Venezuela, antes de su declive administraba la abundancia de recursos naturales y el capital humano, de manera más eficiente y prometedora que en la actualidad. Sin embargo, la estatización de la industria petrolera y la adopción de políticas socialistas resultaron en un control gubernamental excesivo sobre la economía, que terminó devastándola a los niveles críticos de hoy día. La falta de respeto a los derechos de propiedad y la restricción de la libertad económica llevaron a la disminución de la inversión extranjera, la fuga de capitales y de talento humano. Una visión liberal puede permitir a Venezuela aprovechar sus recursos de manera eficiente y atraer inversión extranjera, lo que impulsaría un crecimiento económico sostenible, tan deseable y necesario en el mundo actual.
Otro aspecto crucial a rescatar es el respeto por las instituciones democráticas y la separación de poderes. Venezuela experimenta un debilitamiento gradual de sus organismos y una erosión de la democracia producto de un liderazgo autoritario que malsana y autodestructivamente no cree en la alternancia en el poder. El enfoque liberal aboga por la protección de los derechos civiles y políticos, la rendición de cuentas y la limitación (espacial y temporal) del poder gubernamental. Un sistema político basado en principios liberales evitará la concentración de poder y la subversión de las instituciones, permitiendo una mayor participación ciudadana y una toma de decisiones más equitativa.
La adopción de políticas de mercado libre también impulsaría la diversificación económica. La dependencia excesiva del petróleo expuso a Venezuela a la volatilidad de los precios internacionales. Un enfoque liberal fomentaría la inversión en sectores no petroleros, como la agricultura, la manufactura y la tecnología, creando una base económica más sólida y resiliente.
Debido al declive social que presenta el país, considero que el consenso intelectual en Venezuela es preponderante sobre el consenso político, ya que existe una estrecha relación entre cultura, pensamiento y conducta electoral. La oposición venezolana está conformada por una gran variedad de matices, muchos de ellos también socialistas; en tal sentido, existe un verdadero riesgo generacional de seguir cayendo la trampa progresista que lleva más de dos décadas difundiendo vacuas ideas y falsas creencias que mantienen al país subsistiendo en medio de una precariedad generalizada.
Para realizar esta tarea el país debe contar con la reivindicación y participación activa de los intelectuales en todos los ámbitos de la esfera nacional. Dos décadas de condicionamiento mental socialista requiere de dosis concentradas y bien administradas de pensamiento liberal para consensuar, rectificar y difundir los cimientos educativos y formativos de la presente y futuras generaciones. La creación de laboratorios al mejor estilo think tanks en diversas aéreas y la difusión de sus productos en medios y redes sociales será sin duda alguna más productivo que la crítica y la confrontación.
En el caso de Venezuela, la adopción de un enfoque liberal podría recomponer la memoria colectiva y hacerla más proclive a la prosperidad económica, la estabilidad política y el verdadero respeto por los derechos fundamentales y políticos. La propiedad privada, la economía de mercado y la protección de las instituciones democráticas promovidos dentro y fuera del contexto electoral, pueden ayudar al pueblo venezolano a subsanar los errores cívicos antes los cuales ha sucumbido, y más aún a superar desde adentro la crisis actual y a construir un futuro más prometedor.
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