El 15 de agosto, la señora Yosida Venegas, de 67 años de edad, fue detenida por funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar, en un procedimiento que no contó con una orden de detención y que estuvo lleno de irregularidades según sus abogados. La señora Venegas es la madre del preso político Juan Carlos Monasterios, sargento mayor de primera de la Guardia Nacional y uno de los muchos presos políticos que hay en Venezuela.
Aquel día de agosto Yosida Venegas se incorporó a la lista de presos políticos que existen en Venezuela en el que están incluidos 282 ciudadanos, según la ONG Foro Penal. Una lista dolorosa que nos recuerda que los poderosos que nos gobiernan han dispuesto de los cuerpos de seguridad del Estado y las instituciones judiciales con el fin de desplegar “un ataque sistemático y generalizado en contra de la población del país, principalmente, con el objetivo de silenciar a quienes disienten del gobierno de Nicolás Maduro o con otros fines políticos”, como advierte Amnistía Internacional (AI) en su último informe Vida detenidas, un documento necesario que nos recuerda que sólo entre 2014 y 2023 se han reportado 15.700 detenciones arbitrarias en el país.
Aunque los venezolanos somos muy conscientes del riesgo al que nos exponemos al persistir en el trabajo por la recuperación de la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela, el caso de la señora Venegas y el informe de AI nos recuerdan la importancia de seguir investigando, documentando y exponiendo estos casos de violación de los derechos humanos, nos señala la relevancia que tiene el apoyar a los familiares de las víctimas de la persecución política y nos indica, ¡hay que insistir en ello!, que el trabajo organizado y coordinado entre las ONG, activistas de derechos humanos, sindicalistas y líderes comunitarios, comunidades organizadas y periodistas, es fundamental para ofrecer información a los mecanismos de justicia internacional que investigan penalmente lo que ocurre en nuestro país. Es una hoja de ruta compleja, lo reconocemos, pero necesaria para lograr que nuestros presos políticos vuelvan a la vida.
Estamos viviendo tiempos difíciles, en muchos sentidos dolorosos por la crueldad que han desplegado contra los venezolanos quienes nos gobiernan. Tenemos un panorama complejo, en oportunidades desalentador, pero nuestro deber está con todas aquellas personas injustamente detenidas por razones políticas. Otra razón para seguir trabajando en unidad en torno a todas las iniciativas pacíficas que nos abran el camino para el retorno de las libertades políticas en nuestro país.
Este ha sido y seguirá siendo nuestro compromiso.
Dejamos el enlace al informe Vidas detenidas de Amnistía Internacional: https://www.amnesty.org/es/
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