¡Hoy la victoria es y será un hecho inocultable! No podrán transmutar la realidad a una nueva celada de engaños para fabricar un fraude que cante el nada simulable triunfo de un régimen caído. “No es posible tapar el Sol de Aragua con un dedo”. Venezuela se apresta a refrendar la victoria en La Victoria.
Sin odios, ni violencia, sin revanchas o listas vengativas le ha llegado la hora al cambio que el pueblo venezolano ha conquistado. Parafraseando al heroico primer ministro británico Winston Churchill, ha sido a fuerza de “sangre, sudor y lágrimas”; ¡para la libertad!
Como promesa de un futuro brillante que nos espera, de ese Sol que sale por mandato del “Supremo Autor del Universo” para todos, cada día, este país se ha volcado a seguir la esperanza que representa la mujer venezolana en la persona de María Corina Machado Parisca (la hemos llamado también “María Esperanza”). Ella ha señalado el camino de la unión para la libertad, por medio de la coherencia, la organización y de la perseverancia ciudadana en valores y principios familiares.
Desde las primarias, para legitimar el carácter originario de su liderazgo, y mandato del 22 de octubre de 2023, se ha constituido el equipo ganador de la democracia y del respeto a la soberanía ciudadana, que a esta altura del proceso es un ¡río de pueblo desbordado sencillamente indetenible!
Con las banderas de la honestidad para la creación de una nueva República del ciudadano con auténticas posibilidades para establecer, desde su libertad, la igualdad ante el “Estado de derecho y de justicia”. La inclusión social, desde las oportunidades para todos en la salud, el estudio y la seguridad. Basándonos en la óptima formación de niños y adolescentes, y en una permanente promoción de procesos productivos e integrados al crecimiento con desarrollo de una sociedad cada vez más libre y democrática. Sociedad de respeto a los derechos humanos y al cumplimiento de las obligaciones de cada uno como jefe de familia y como parte de una mejor vertebración del Estado en el territorio junto al emprendimiento privado.
Potenciar las alianzas público-privadas, nacional e internacionalmente, como el mejor esfuerzo de cada uno para contribuir al desarrollo. A la mayor salud y felicidad posibles de nuestra nueva sociedad. La indispensable solidaridad y compromiso para la comprensión de los más capaces, exitosos económico-financieramente y más acertados en sus emprendimientos para que contribuyan a impulsar la mayor salud y felicidad compartidos de una sociedad donde consigamos así el mayor desarrollo de la calidad humana. Salud integral que nace de la felicidad individual y que al ser compartida crea la sociedad de mayor alegría hasta ahora conocida, que más beneficia a todos. La lógica de la libertad, del auténtico empresario, del capital no es destruir al trabajador productivo, ni al trabajo; como el cínico socialismo del siglo XXI sí le ha impuesto a la clase trabajadora durante su historia de miseria y desolación.
Hoy, la victoria se crece en el corazón de Venezuela. Se crece en el rescate del sitial que se ha ganado en la historia de nuestra independencia y de nuestro nacimiento como República de Venezuela.
Es el tiempo de reconquistar nuestra libertad y gallardía, como auténticos venezolanos que somos. Y así tenía que ser: un hombre de La Victoria como Edmundo González Urrutia, llano y amable como los Valles de Aragua. Comprometido serena pero férreamente con el inicio de una transición desde los valores de nuestra nacionalidad. En dupla ganadora junto con nuestra María Corina, en ellos está lo mejor de nuestra gente, que nos conducirá hasta la toma de Miraflores como y cuando corresponda.
Civiles y militares, todos mujeres y hombres de Venezuela: ¡ha llegado por fin la hora esplendorosa de retomar la auténtica patria mirandina y bolivariana. ¡La de Miranda y Bolívar libertarios! Patria de su juventud indomable, como la comandada por José Felix Ribas en La Victoria, y así elevada igualmente al sitial irrenunciable de “juventud libertaria”. Patria de jóvenes militares-padres de familia, orgullo de éstas. De estudiantes y hombres de fe, como fueron y son nuestros seminaristas y sacerdotes. Patria de hombres y mujeres de trabajo y producción; los mismos que empuñaron y empuñarán nuevamente el coraje para abrazar la libertad.
Es el momento de asumir el desafío de una nueva independencia frente al secuestro del régimen castrocomunista y su persecución criminal contra las venezolanas y venezolanos encarcelados. Contra los discriminados y sometidos por salarios de hambre. Los moribundos en centros hospitalarios sin recursos para ser salvados.
Hoy, en nuestra victoria de La Victoria se sella la decisión que no deja margen a maniobras o manipulaciones ante la transición iniciada hacia el 28 de julio, antes o después. ¡Venezuela está lista para ser nuevamente libre y de los venezolanos, una victoria que nos disponemos a cobrar!
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