OPINIÓN

La victoria del dólar y la muerte del petro

por Daniel Arias Alfonzo Daniel Arias Alfonzo

En los actuales momentos en los cuales la opinión pública nacional esta poseída por las matrices de opinión referentes al control del SARS Cov-2, es menester señalar que está pasando por debajo de la mesa un hecho evidente como es la dolarización de los productos de primera necesidad de forma oficial a precios del Banco Central de Venezuela,  lo que implica que de forma irreversible vamos al proceso de asumir esta divisa extranjera a todos los niveles y solo falta la presunta privatización de los precios de la gasolina a 40-60 centavos de dólar el litro para terminar de asumir el triunfo total de este signo monetario sobre nuestra antigua pero muy desgatada moneda.

Después de una campaña muy larga de varios años defendiendo la creación de un proyecto denominado “petro”, que según el gobierno estaba planificado para revolucionar el mercado mundial de criptoactivos y de paso desplazar al dólar como recurso que utilizaría la población venezolana en sus operaciones cotidianas, entre otras “sandeces financieras y tecnológicas” que solamente quedaron en el terreno de la propaganda, debido a que a diferencia del bitcoin u otros proyectos de este tipo, el petro como proyecto no logró despegar con suficiente aceptación en los mercados financieros nacionales e internacionales, quedando simplemente como un marcador de algunos indicadores laborales y fiscales.

He allí la gran tragedia propagandística del petro, que termina con anular toda credibilidad a dicho proyecto, cuando se plantea que será el indicador para la fijación del salario mínimo en 1/2 petro, partiendo de una base de 30 dólares que se calculó sobre un barril de petróleo que se planificó en 60 dólares y que desde el principio, presentó un desfase gradual con la realidad hasta llegar a los niveles actuales de representar menos de 5 dólares al cambio del Banco Central de Venezuela. Para colmo de males de esta iniciativa, el gobierno tuvo la ocasión de generar más de 3 millones de petros para asistir financieramente a empleados públicos y pensionados a razón de 1/2 petro por beneficiado con la finalidad de que se generalizara su uso, con el funesto resultado de que solamente un 1,5 millones de los 5-6 millones de beneficiados lograron cambiarlos por bienes de primera necesidad u otros por la bajísima existencia de máquinas biométricas del Banco de Venezuela a nivel nacional, trayendo como consecuencia que varios millones de cuentadantes tienen en sus cuentas 30 dólares que no han logrado cambiar ni vender a pesar de las necesidades financieras impostergables de empleados públicos y pensionados ante el incremento incesante del costo de la vida en los últimos meses.

En esta tragedia, se hace imprescindible la siguiente reseña:

“Como hemos informado anteriormente, la plataforma Biopago, habilitada por el Banco de Venezuela para realizar pagos en petros durante parte de diciembre de 2019 y pocos días de enero de 2020, entró en un periodo de mantenimiento, anunciado el pasado 4 de enero, inicialmente por 10 días, que luego se extendieron a un plazo indefinido, con la premisa de la realización de una nueva fase para la integración de la plataforma Biopago, conjuntamente a otras como Patria, donde se encuentran beneficiarios del carnet de la patria, así como la PetroApp, plataforma y billetera diseñada para el resguardo y pagos en petros. Más de dos meses después de su entrada en mantenimiento, aún no hay pronunciamiento por parte de autoridades, como la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip) o el mismo Banco de Venezuela, en relación al trabajo que se está realizando con relación al proceso de adecuación anunciado. De esta forma, beneficiarios del bono petroaguinaldo, entregado a trabajadores públicos y pensionados, por un total de medio petro, en su gran mayoría aún no han podido utilizar la bonificación, encontrándose con inconvenientes y problemas para intercambiar por bolívares o utilizar los fondos cuando la plataforma estaba operativa en la última quincena del año 2019. Por el momento, ninguna vocería oficial por parte de las instituciones o vinculadas con Nicolás Maduro, principal impulsor del petro, desarrollando diferentes estrategias para su imposición en la economía venezolana, han aclarado a través de canales oficiales cuándo entrará nuevamente en operatividad el Biopago, ni cómo y de qué se trata la nueva fase de integración multiplataformas, creando dudas alrededor de la iniciativa y su futuro como parte de lo que esperan sea un siguiente paso en la integración del petro como una realidad económica en Venezuela.” En Venezuela: sin señales de la activación del Biopago y su integración con el petro, nuevo tesorero nacional de criptoactivos y las criptomonedas como una alternativa ante la devaluación criptotendencias.com (05-03-2020).

A esta reseña de marzo, antes de la capitalización de toda la atención política del gobierno de Nicolás Maduro por la pandemia, hay que sumarle los meses de abril y mayo que ya está corriendo, sin que se cambien los bolívares o dólares de los petros asignados a sus usuarios.

A esta situación hay que agregar entonces la poca utilidad de dicho indicador, cuando además, el barril de petróleo cae a 9,66 dólares y no afecta las tasas de los productos que le están asignados tales como la expedición de pasaportes y caemos entonces en la situación confusa de la Unidad Tributaria que depende de la actividad para la cual se pretenda aplicar y con ello no arroja la certeza y confianza ofrecida por sus promotores.

No es exagerado decir a la luz de las compras al detal en muchos supermercados, farmacias e incluso abastos que el sector privado está pagando los salarios y bonos de sus empleados en dólares ante la evidencia clara de la utilización de esta divisa en efectivo en los cajeros de dichos negocios. El autor del presente artículo estuvo muy cerca de ser declarado “persona no grata” y expulsado de un conocido nuevo supermercado del centro del país, debido a su ocurrencia de pagar con billetes en bolívares, lo que originó la furia de las cajeras, cuales “valquirias vikingas” no hallaban cómo darme un cambio en efectivo o sacarme con seguridad interna, después de revisar que en todas las cajas solo habían dólares y no bolívares soberanos.

Ante esta experiencia, que seguramente se repite en muchos negocios de la geografía nacional, no queda otra opción que solicitar la formalización de los salarios de empleados públicos y pensiones en dólares para ajustarnos a la realidad.