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La verdadera adecuación patrimonial

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A decir de las cifras de Sudeban, la banca venezolana como un todo se encuentra adecuadamente capitalizada, pues en su Boletín Mensual correspondiente a agosto de 2019 –el más reciente publicado a la fecha de este artículo- reporta que el Índice de Adecuación de Patrimonio Contable para la totalidad del sector bancario se ubicó en 85,59%, lo que significa que cada 100 bolívares de total activo encuentran correspondencia en casi 86 bolívares de patrimonio.

Dicha razón, para todo banco hoy en Venezuela, debe ser mayor a 7%, según el artículo 5 de la resolución de la Sudeban N° 004.18, con fecha del 25 de enero de 2018.

Si uno baja del portal de Sudeban el Balance de Publicación de agosto de 2019 y calcula dicho índice directamente para el total del sector bancario, este resulta ser de 21,74%, pues para todo el sistema y ese mes, el Total Patrimonio fue de 27,61 billones de bolívares (12 ceros), la Gestión Operativa fue de 0,29 billones de bolívares y el Total Activo fue de 128,38 billones de bolívares ((27,61 + 0,29) / 128,38 = 0,2174), con lo cual todavía cumple con la mencionada resolución.

Ahora bien, sabemos que desde 2017 la Sudeban permitió a los bancos «revaluar» su activo. El lector debe saber que con la revaluación de activos, el lado izquierdo del balance aumenta y la diferencia en aumento es recogida en el lado derecho del balance, específicamente en una partida del patrimonio llamada Ajustes al Patrimonio, de modo que siempre se cumpla con la igualdad contable, esto es Activo es igual a Pasivo más Patrimonio.

En su oportunidad se argumentó que el incremento patrimonial derivado de la revaluación de activos permitía aumentar la cantidad de dinero que el sistema podía prestar. Lo que nunca se mencionó es que la revaluación permitía, como mínimo, dos cosas más: por un lado, aumentar la depreciación con lo cual se impactaba la renta gravable (un efecto de la inflación es que hace insuficiente la depreciación) y por el otro, se disfraza el Índice de Adecuación de Patrimonio.

En efecto y utilizando el Balance de Publicación de agosto 2019 y para el Total Sector Bancario, la razón Ajustes al Patrimonio a Total Patrimonio es igual a 0,9087 y lo cual quiere decir que de cada 100 bolívares de patrimonio, 91 son ajustes al mismo. Lo anterior quiere decir que el patrimonio de la banca venezolana es un espejismo de ajustes contables. De hecho, si uno depura el Total Patrimonio y le resta la totalidad de la partida Ajustes al Patrimonio, el Índice de Adecuación de Patrimonio Contable cae de 21,74% a 1,58%, cifra que se ubica por debajo de lo estipulado en la resolución de la Sudeban N° 004.18 y que se interpreta en el argot del acrónimo CAMELS como “sistema críticamente subcapitalizado”.

Cuando uno compara el número de oficinas bancarias que había en agosto de 2013 con las que hay en agosto de 2019, encuentra que ha habido una reducción de apenas 131 oficinas (3.406 en 2013 versus 3.275 en 2019). Sin embargo, cuando uno compara el número de trabajadores que había en agosto de 2013 con los que quedan en agosto de 2019, se verifica una disminución de 32,59% (75.214 en 2013 versus 50.704 en 2019). Lo anterior quiere decir que en los 6 años del actual gobierno ha habido una reducción que monta a 24.510 trabajadores solamente en el sector bancario. Tales cifras se compaginan perfectamente con lo revelado en la Encuesta de Coyuntura Industrial del II Trimestre de 2019, publicada el 20 de agosto por Conindustria y que revela que la industria venezolana opera, en promedio, a tan solo 19% de su capacidad operativa.

Aun así, con tal reducción de oficinas y de trabajadores y la magnífica adecuación patrimonial “mirage” reportada, un indicador de gestión administrativa como la razón de gastos de personal y operativos a activo productivo promedio pasó de 5,40% en 2013 a 8,01% en 2019, es decir, aumentó en lugar de reducirse por menores costos fijos, mientras que la rentabilidad del activo pasó de 4,18% en 2013 a 2,94% en 2019, es decir, disminuyó.

Sin que las anteriores cifras constituyan un análisis financiero formal de la banca, las mismas, provenientes del portal de la Sudeban, me permiten concluir tres cosas. Una es que el verdadero Índice de Adecuación de Patrimonio Contable para la totalidad del ahora raquítico sector bancario está bien lejos del que reporta la Sudeban. La segunda es que la Sudeban realizó un “trade off”, una solución de compromiso, al permitir la revaluación de activos, pues aunque no favorece, ni en el mundo contable ni en el real, a algunas razones importantes según el acrónimo CAMELS, sí infla la razón de adecuación patrimonial, misma que Sudeban considera importante para señalizar que “hace algo” aunque no haga nada y a los banqueros les sirvió para no aportar capital social verdadero: fue un acuerdo ganar-ganar entre la Sudeban y los banqueros. La tercera es que, independientemente del hecho contable de marras, no puede existir una banca sana en un entorno económico enfermo.

 

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