OPINIÓN

La verdad sobre Edmundo González

por Leocenis García Leocenis García
El abogado de Vente Venezuela aclaró que la Plataforma Unitaria no pide la nulidad de la elección presidencial del 28 de julio

Foto: AFP

Edmundo González no ha promovido ninguna narrativa de odio ni de venganza. Presentarlo  como un portavoz de un tercero no se corresponde con la verdad. Todos en la oposición sabemos los gestos que hizo para que todos se sintieran escuchados. Por lo tanto, no es cierta la narrativa que intenta sembrar el gobierno.

La famosa foto en la que aparecen Juan Pablo Gunipa, María Corina y Manuel Rosales en un camión, flanqueados por Edmundo, tiene una historia que todos conocemos internamente.

González Urrutia, precisamente por su rechazo a una retórica violenta, por su capacidad de construir puentes en lugar de destruirlos, y por su empeño en no criminalizar al pueblo que eligió a Chávez en 1999, logró conquistar el triunfo. El país vio algo diferente.

En medio de las legítimas protestas, en el marco del artículo 68 de la Constitución, que se llevaron a cabo después del pronunciamiento de Amoroso, González afirmó que tenían el derecho constitucional a protestar, pero que lo hicieran sin recurrir a la violencia, en paz.

Comprendo las reservas que el establishment político y militar ha mantenido durante años hacia una oposición llena de odio. Sin embargo, este señor, elegido por los venezolanos en las elecciones, no representa eso.

Se trata de un hombre de 74 años, con la sabiduría y la serenidad que otorgan los años, que busca garantizar un cambio constitucional de manera pacífica.

Me preocupa, por no decir que me horroriza, cómo se ha pisoteado reiteradamente la Constitución de 1999. He visto a militares de alto rango, que tienen todo el derecho a sentir aprecio personal por el presidente en ejercicio, pero cuyo mayor compromiso debería ser con la Constitución, declarar que defienden la democracia y luego proclamar su lealtad a un partido como el PSUV, identificándose decididamente como chavistas. Estas acciones constituyen una violación flagrante de la Constitución en televisión.

El Artículo 328 es claro al respecto: «La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica».

Juegan con el país, al mismo tiempo que olvidan que siempre hay más soldados que generales, y más capitanes de navío que navíos. Existe una violación flagrante de la Constitución desde hace años al promover a aquellos que más se identifican con el Presidente en ejercicio y su partido, violando el Artículo 331 que establece que «Los ascensos militares se obtienen por mérito, escalafón y plaza vacante. Son competencia exclusiva de la Fuerza Armada Nacional y estarán regulados por la ley respectiva».

No puedo instar a la FANB a que realicen determinadas acciones. Eso está fuera de nuestro alcance. Llamar a la insubordinación no es apropiado, ya que lo que deben hacer está establecido en la Constitución, el máximo libro de la nación, y saben que se ha violado.

Es innegable que en los cuarteles existe un espíritu de respeto hacia la figura de Chávez por diversas razones, dado que les otorgó el derecho al voto, los involucró en la vida de la nación y les dio protagonismo.

Sin embargo, es hora de cuestionar si Chávez, que ordenó a Tibisay Lucena anunciar los resultados de la reforma donde perdió frente a la oposición, estaría de acuerdo con la situación actual, en la que casi un mes después de las elecciones, ni él ni ningún venezolano pueden acceder a la página del CNE para conocer los resultados detallados de cada partido y candidato por mesa en cada parroquia de Venezuela.

¿Qué habría hecho Chávez al ver que personas de los cerros de Caracas son detenidas por publicar en sus estados de WhatsApp actas electorales que mostraban la victoria de Edmundo González en sus centros de votación? Sin duda, ustedes conocen la respuesta.

Los herederos de Chávez, en lugar de honrarlo como dicen, están perjudicando su memoria ante sus seguidores.

Quiero dejar claro que no soy chavista, no lo fui en el pasado y tampoco lo seré en el futuro. Soy un defensor de los puentes y el diálogo. Sin embargo, todo lo que está haciendo el gobierno me parece tan turbio que el diálogo al que ahora hacen referencia me parece maquiavélico.

Las declaraciones del actual presidente me resultan aterradoras y los mensajes de sus seguidores más poderosos parecen provenir de personas desequilibradas, como si estuvieran drogadas con pastillas para dormir.

Estamos del lado del pueblo y de su derecho a que se respete lo que ya decidió y que todo el mundo conoce. El cambio ya ha ocurrido.