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La vengadora del vengador

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María Corina concentración Caracas

Foto: @ConVzlaComando

Fue el presidente Carlos Andrés Pérez quien calificara al comandante Hugo Chávez Frías como “vengador” y no dejó de tener razón, a consecuencia de un acumulado descontento de los venezolanos con su democracia, muy puntualmente, a partir de la década de los años ochenta del siglo XX, además de una innegable desconfianza hacia cierta dirigencia política y sus partidos, todo advertido por distinguidas personalidades, incluyendo estudiosos de la Ciencia Política nunca aceptado por una élite “gatopardiana” oídos sordos a exigidos cambios, siendo etiquetados como “Profetas del Desastre” .

Los partidos políticos se convertirían en “autocracias”, no sólo imponiéndose a sus militantes decisiones inconsultas, peor aún, negándosele el constitucional derecho a la “participación y protagonismo”. Valores y principios irían al cesto de la basura y un pragmatismo utilitarista se apoderaría de los otroras instrumentos de lucha por el pueblo y para el pueblo, circunstancias que sirvieron de fundamento a Chávez Frías, para irrumpir militarmente contra el constitucional gobierno de Pérez y derrotado a las pocas horas de la sublevación, mas no de un inmediato apoyo popular que lo llevaría al poder por la vía democrática, que con el tiempo llegaría a distorsionar, en el marco de una Constitución que le permitiría ejercer su gobierno, en nombre de un complejo sistema ideológico militar-cívico, incompatible con la democracia conocida por 40 años, independientemente como se ha dicho de sus desviaciones. De allí, los 25 años en el mando, que a su fallecimiento torcería su rumbo hasta donde hemos llegado. En medio de todo ello, lo que no ha habido es el principio de la Iglesia Católica conocido cómo “propósito de enmienda”. Los principales partidos se conformaron en proclamar que el régimen llegaría a su fin solo, mientras en esa espera algunos políticos se corromperían con el mismo. Nunca se dispusieron al análisis político, económico y sociológico del chavismo que ahora ha encontrado en la ciudadana María Corina Machado una especie de “vengadora del vengador” porque a criterio de José Antonio Gil Yepez (“Qué será eso que llaman política” El Universal, 22/08/24/) … «El que iba a salvar a los pobres no lo hizo, sino que profundizó las mismas seis reglas de juego, en vez de revertirlas: Más presidencialismo, estatismo, centralismo, autocracia (por encima del partidismo), más populismo y dádivas, y más rentismo y una mayor concentración del poder, pobreza y corrupción” contra lo que surgió el discurso de María Corina Machado, sobre la base de “fe espiritual y política” para reconstruir la democracia venezolana.

Ahora, ¿a quién vengó Hugo Chávez? A nuestro juicio, al ciudadano común, que por sentimientos en los postulados de organizaciones como Acción Democrática después en el social cristianismo les fue consecuente, hasta que la corrupción minara sus estructuras, con la práctica del reparto de obras públicas, otorgando dividendos a una dirigencia que a su vez, satisfacía a sus seguidores, práctica que fue común y ampliada al máximo, con el militarismo-cívico, actual, todo a cargo de la riqueza nacional porque el narcotráfico tiene connotaciones elitistas y en ese “tira y encoge” económica, política y éticamente, Venezuela se ha devaluado, hasta el despertar de conciencia cívica, que ha visto en María Corina Machado la “vengadora del vengador”, que a los fines del aseguramiento de aquellos beneficios, no hay duda del aprovechamiento ideológico con Chávez, en cuanto a su antiimperialismo, jurándole lealtades de unos y otros, bajo la estrategia de la mafia siciliana de “doblarse para no partirse” porque Chávez “se caería solo”, realidad que no es que deje de ser probable, sino sustentable con o sin la vengadora…

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