Es evidente, Nicolás dentro del desorden y desesperación aún presiona y vende a los venezolanos falsas narrativas de triunfo poselectoral presidencial. Además, insiste que los males de su gobierno es toda una situación producto de una guerra económica provocada por las sanciones del imperio norteamericano. La lógica articulada a los resultados macro y micro de la economía se inscribe, que la gestión revolucionaria fracasó porque nunca a lo interno se interpelo para darse cuenta de sus diversas y continuas sinrazones, utilidad como proyecto político, mirar con objetividad los “logros” de su “modelo económico” conectados a sus consecuencias complejas relacionadas al existencialismo humano. Es decir, la actividad económica del país y, en consecuencia, la situación del mercado de productos industriales está irremisiblemente ligadas a la situación política. Sin estabilidad política no hay inversión y sin inversión no hay mercado industrial. Cualquier predicción de lo que vaya a suceder depende, por tanto, de que nuestro país despeje sus incertidumbres políticas.
Mientras Maduro esté nivel radical, será difícil o imposible detener que emerge con todas sus fuerzas la entropía, la segunda Ley de la Termodinámica. En esencia, entropía es una medida del desorden que existe en un sistema, y aquí amplío la Ley de Entropía a los desórdenes que ocurren en sistemas político y económico ligado a los desequilibrios de la macroeconomía. Es un axioma, las estrategias populistas del gobierno bolivariano no han sido tan efectivas para encauzar la cantidad demandas socioeconómicas de la mayoría de los venezolanos y mantener un orden social, no un control social. Son 25 años apuntalándose con un populismo literalmente irracional, activado en muchas misiones que se han movido por varios niveles hasta llegar a un neopopulismo tan ineficiente como en sus prácticas iníciales, siempre orientado a mantener el poder central no importando sus costos económicos, políticos y sociales.
Surge con mucha fuerza la entropía, la crisis acelera la llamada fase caótica, los ciudadanos comienzan a reunirse en diversos espacios de manera espontánea, y los que ya están en un estado de exaltación, reconocen su afinidad y empiezan a formar grupos y otros comienzan a protestar por falta de gasolina, agua, gas, electricidad, los CLAP… Esta realidad hace que nuevamente se reagrupe lentamente en varias regiones del país la sociedad civil y política, abriéndose con discrecionalidad una fase anárquica, caracterizado este periodo con una serie de rebeliones aisladas, insurrecciones y movimientos de todo tipo, (religiosos, políticos, estudiantes, sindicales, militares, culturales, étnicos, etc.). Esta desobediencia comienza a actuar ante una nueva realidad. Este estado de caos es una fase de la inestabilidad caracterizada por amplias fluctuaciones de todo tipo, que se traducen en posibilidades de cambio social, lo que en la teoría del caos se conocen como derivaciones.
El sueño de proto Estado Comunal es el milagro esperado aun por Maduro. No obstante, 25 años han demostrado a través de una imagen concreta Venezuela es un país que si hacemos una caracterización lograremos conclusiones inmediatas con una analogía reveladora en parecidos en éxodos a Siria y en pobreza Somalia o países africanos donde reina todo tipo de ineficiencia, corrupción, violaciones y barbarie. La verdad verdadera, Nicolás se encuentra atrapado en su propio laberinto poselectoral, pero no se da por vencido asegura que esta revolución es eterna y no están dispuesto a entregar el poder… Ho Chi Min decía que “una cosa se dice hacia afuera y otra se dice adentro”.
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