OPINIÓN

La valentía es una buena prenda

por Argenis Gadea Argenis Gadea
Venezuela

Foto: AFP

 

La valentía, como todas las demás buenas prendas, tiene sus límites. Así como la democracia y el pacifismo tiene sus límites. En Venezuela las vías democráticas y del pacifismo y de marchas con banderas, camisas blancas con canciones y consignas llamando a la libertad se vencieron hace mucho tiempo. Los venezolanos que están dentro y fuera del país vieron cómo se consumó otro golpe de Estado, otra estafa más; vieron cómo el dictador se puso la banda presidencial acompañado por su grupete y luego se va a celebrar con un hombre que abusó sexualmente de su hijastra, es decir, el enfermo y dictador de Nicaragua, Daniel Ortega. El evento de la supuesta juramentación de Maduro fue patético con caras que reflejaban nerviosismo y preocupación. El títere de Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, se presentó a la fiesta con un avión que le regaló la dictadura: los otros invitados como Argelia, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Granada, Uganda, Serbia, Bielorrusia y el Congo estaban presentes en la farsa esperando la comida, la bebida y, por supuesto, el dinero prometido por el anfitrión.    

El sátrapa juró por Guaicaipuro, un personaje de quien no sabe si en realidad existió y que no hay ningún registro que compruebe que haya existido un Guaicaipuro o alguien con ese título; juró por Pedro Camejo, José Leonardo Chirino y por el extinto Chávez. Todos los que asistieron a ese evento penoso quedaron retratados para siempre como infames cómplices de un fraude; así luzcan sonrientes como la señora Caryslia Rodríguez, presidenta del tribunal supremo de justicia, y el señor (le digo señor por solamente formalismo del lenguaje) Elvis Amoroso.  

No hay vicio que cubra de vergüenza tanto al hombre como encontrarle falso, pérfido y lleno de mentira. La vergüenza de la cúpula militar es algo aberrante. La ausencia de personas en las calles y alrededor del palacio legislativo donde se estaba consumando la estafa era evidente. Dicho todo esto: ¿dónde está Maduro momentáneamente? Está en la cabeza de una claque delincuente y corrupta que además tiene un precio igual al de Osama bin Laden. Por ahora, sigue en el poder con todo su aparataje comunicacional, ¿se ha vencido el camino democrático y constitucional? Desde mi punto de vista y el de muchos venezolanos, se cree que sí. ¿Se comienza otra fase de lucha en Venezuela? Legítimamente y por obligación de la parte de los líderes políticos, se tiene que comenzar otra fase de lucha sin ambigüedades, sin miedo, y diciendo por la calle del medio que esta lucha tiene que ser por la fuerza si se quiere salir de esta revolución maldita y narcotraficante. Millones de venezolanos hoy regados por el mundo sienten rabia y vergüenza por lo que se está viviendo en el país y es entendible, pues estamos en las puertas del 2025 y ver cómo el tirano se sigue saliendo con la suya es algo que frustra y desalienta a cualquiera. Hay algunos que siguen con el ánimo erecto y dicen que ahora sí el dictador se quita la careta. ¿Es que acaso usaba alguna ya? También tenemos que decir que las expectativas que se crearon por parte de la valiente María Corina Machado y del presidente electo Edmundo González llenaban de esperanza a todos los venezolanos de bien y se esperaba que iba a pasar algo más que discursos y videos rechazando todo lo vivido: todos los venezolanos esperaban mucho más, pero no fue así y no podemos vivir del despecho y amargarnos porque las cosas no pasaron como todos queríamos. La radicalización debería ser obligatoria para esta lucha. ¿Maduro estará en la cabeza del narcorrégimen hasta el 2031? Solo un pitoniso puede responder esta pregunta; lo único de lo que podemos estar seguros es de que seremos un expaís viendo a unos delincuentes envejecidos pasándole el poder a sus hijos.