Con el triunfo de Milei en Argentina se han actualizado y remozados los argumentos explicativos y defensores de los actos privatizadores que amenazan con no dejar función alguna al Estado. Vamos a examinar algunos ejemplos. En la educación se pretende dividir el presupuesto para educación primaria, por ejemplo, entre todos los estudiantes de esa franja de la escalera educativa. Si sirviera como ejemplo un país bajo la égida del “secretum manu ad fórum”, la mano secreta del mercado con 100 millones de dólares de presupuesto para la primaria y con una población de 100.000 estudiantes, entonces cada párvulo en clases consumiría 1.000 dólares. El procedimiento propuesto por la ultraderecha consiste en entregar un váucher de esa cantidad para que el beneficiario adquiera un cupo en alguna escuela de su preferencia de todo el sistema escolar, previamente privatizado. Explican ellos que las escuelas tendrían que mejorar su nivel y calidad para atraer más estudiantes, es decir, más váuchers, de esa misma manera los profesores y maestros recibirían mayor remuneración mientras que los maulas y flojos no tendrían estudiantes, no tendrían cheques y por lo tanto terminarían cerrando sus puertas y solo sobrevivirían los más aptos. Una especie de teoría de las especies de Darwin, pero en materia de escolaridad primaria. Es este caso el Moral Hazard representa un enemigo incontrolable. Maestros y profesores maulas tenderán a ofrecer ventajas en materia de disciplina, evaluación y promoción, de manera que los malos estudiantes y los padres descuidados tendrán la tentación de ir a las escuelas donde le garanticen la aprobación del curso y donde impere la ley del menor esfuerzo y por qué no decirlo, la ideas y promociones de descuentos, de precios más bajos. Una vulgar subasta. La medicina puede terminar pervirtiendo todo el sistema escolar, cosa que es peor que la enfermedad. Pues, la competencia versaría fundamentalmente no en captar los mejores estudiantes sino en capar el mayor número de cheques. Las buenas escuelas se verían compitiendo en un terreno que le es ajeno y lejos de sobrevivir como los más aptos tendrían que rebajar su calidad para captar mayor cantidad de váuchers. Exactamente lo mismo ocurriría con liceos y universidades. Una calamidad en ciernes. Podemos concluir que no es tan rosa ni tan garantizado el mejoramiento escolar. Con la salud ocurriría algo semejante. En lugar de un sistema de salud público gratuito primario, intermedio y hospitalario cada habitante tendrá una cobertura de seguro pagado con los fondos libres al suspender o eliminar el sistema público de salud. Vale la pena recordar que el sistema de salud de Noruega es totalmente público. Todo noruego tiene garantizada su salud gratuita hasta los 16 años luego tiene que pagar una cuota anual. Una franquicia. Se estima la consulta médica entre 20 y 30 euros para los mayores de 16. En un sistema totalmente privado o privatizado los mejores servicios y mejores médicos serán demandados por encima de los menos reputados y de menor nivel científico y administrativo. De manera tal que el precio de sus servicios subiría mucho más que el promedio del país de acuerdo a la inexorable ley de la oferta y la demanda. A la larga se constituiría en todo el país un doble sistema de salud: de alta calidad con altísimos precios inaccesible para la mayoría de los habitantes y sistema de mala calidad para la inmensa mayoría. El monto de la cobertura de los seguros que en principio serían similares o promedios terminaría por servir para poco cuando se tratase de servicios avanzados y especializados. Los buenos médicos y altamente especializados terminarían atraídos por mejores salarios en los mejores hospitales creando nuevas fuentes de injusticia y mala distribución e inversión de los recursos públicos. En seguridad el cuadro empeora cuando se deja en manos del sector privado y de grupos de mercenarios todo lo concerniente a la defensa del territorio, de la propiedad, de la vida y de las operaciones militares. En América Latina tenemos un ejemplo clásico con la existencia de los Paramilitares en la lucha contra la insurrección armada en Colombia. Los Paramilitares son culpables de homicidios, desplazamiento forzado, amenazas, tortura y desaparición involuntaria. Esta realidad nos conduce a concluir que la seguridad y defensa de la población y del Estado en general estará siempre mejor en manos públicas que en privadas. Si bien es cierto que las empresas particulares de seguridad y vigilancia son cooperadoras de todo el sistema nacional de policía, no lo es menos afirmar que todo ese sector funciona mejor en manos del Estado. Finalmente, el sistema de carreteras, puentes, túneles y autopistas si solo cuentan con inversión privada únicamente se construirán vías de comunicación en los lugares de mayor riqueza y producción dejando a los sectores pobres cada vez más aislados de los grandes centros económicos y de poder. Lo mismo el sistema de aguas y de electricidad. Los sectores más deprimidos no garantizan el rendimiento de la inversión y por tanto no recibirán nuevos servicios ni ampliaciones a los sistemas actuales. No hay recursos cuando no hay rentabilidad. Dura lex… la ley del máximo beneficio. Una privatización ultra o como dicen sus más comprometidos defensores, un sistema de anarco-capitalismo lejos de traer beneficios terminan por hundir a los más necesitados. ¿Está usted de acuerdo, querido lector, con el anarco-capitalismo? ¿Usted cree que los gobiernos de ultraderecha son garantía de desarrollo y bienestar colectivo? ¡Sigan creyendo!
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