Foto: @BomberosUCV
Una universidad es un organismo vivo. Respira, intercambia, se comunica, piensa, ejecuta, actúa. Por lo menos eso es lo que debe ser, si es libre. Y si la dejan, su vida será vida para el resto de la sociedad. Por eso no hay duda de que es motivo de celebración que la Central de Venezuela cumpla 300 años y que 2021 haya sido decretado Año Jubilar.
La universidad más importante del país se ha encargado en sus larguísimos años de historia de darle vida a la sociedad entera. Con sus trabajos, la formación del recurso humano, sus investigaciones y sus adelantos. Por eso no pueden tratar de restringirla, ponerle camisas de fuerza ni encasillarla por un solo camino, que es lo que ha pretendido el chavismo desde que llegó al poder.
Como no ha podido, está claro que la abandonó a su suerte. Y accidentes como el que ocurrió el 30 de junio en la Escuela de Estudios Políticos no deberían sorprender. La UCV tiene el personal técnico y profesional necesario para realizar programas de mantenimiento de toda la Ciudad Universitaria, que dicho sea de paso es patrimonio de la humanidad. Lo que no tiene es presupuesto. Y eso depende del régimen, que ahora pretende con una comisión entrar en edificios, institutos y escuelas a “arreglar” la infraestructura.
¿Van a hacer el mismo trabajo que prometieron hace un año cuando se cayó el hermoso techo del pasillo cubierto? Esa tragedia fue el 2 de julio de 2020 y todavía no ha sido solucionada. ¿Qué es lo que pretenden? Porque la misma noche del incendio los estudiantes se lo dijeron en su cara al viceministro de Educación Universitaria del régimen: «No vengan a hacerse ahora los interesados cuando han dejado todos estos años que la obra de Carlos Villanueva se caiga a pedazos».
En esa comisión que nombró el maduchavismo hay varios egresados de la UCV. Pero se ve que no les duele. Se nota que lo que quieren es meterse en sus entrañas para borrarle su necesaria autonomía. Quieren desde hace tiempo asfixiarla para que, al no poder más, los deje entrar como río crecido.
Pero los estudiantes se resisten, porque así es el universitario, sabe cuál es la realidad y siempre se opone a las tiranías. Ellos mismos han comenzado una cruzada para tratar de recuperar lo que han venido perdiendo. Piden donativos que seguramente recibirán porque este país ha sido forjado con ucevistas. Ellos saben que si pierden la universidad pierden el futuro y eso es lo último que puede pasar en este país.
Igual que los bomberos universitarios que heroicamente respondieron a la emergencia aunque no tenían ni agua, así todos los departamentos se unirán con los estudiantes para no dejar caer la casa que vence las sombras. Y en su luz confiamos.