OPINIÓN

La tutoría universitaria en la era digital con un enfoque espiritual y axiológico

por María Ninoska García de Morales María Ninoska García de Morales

 

La tutoría universitaria se encuentra en un punto de inflexión crítico en la era digital, enfrentando desafíos complejos y multifacéticos que requieren una profunda revisión de su rol en la formación integral del estudiante. En un mundo caracterizado por la incertidumbre, la deshumanización y la rápida evolución tecnológica, es fundamental que la educación no solo se centre en la acumulación de conocimientos, sino que también busque cultivar el espíritu del estudiante. Este artículo reflexiona sobre cómo la tutoría puede integrar una perspectiva espiritual y axiológica, enfatizando que el desarrollo integral del estudiante trasciende lo meramente académico.

El contexto actual de la tutoría universitaria

La era digital ha transformado la manera en que se concibe la educación superior. Las plataformas en línea y las herramientas tecnológicas han revolucionado el acceso al conocimiento, pero a su vez han generado desconexiones emocionales y un sentimiento de aislamiento en muchos estudiantes. En este contexto, la tutoría universitaria debe adaptarse, no solo a las nuevas formas de enseñanza, sino también a las necesidades emocionales y espirituales de los estudiantes. La tutoría no puede limitarse a ser un mero proceso administrativo o académico; debe ser un espacio de acompañamiento, reflexión y crecimiento personal.

La dimensión espiritual en la educación

La incorporación de una dimensión espiritual en el proceso educativo enriquece la experiencia de aprendizaje y fomenta una conexión más profunda con los valores éticos y morales que son fundamentales para la convivencia en sociedad. Este enfoque holístico es crucial para formar líderes persistentes, firmes y empáticos, capaces de enfrentar los desafíos del siglo XXI. Al integrar el desarrollo espiritual en la tutoría, se promueve el crecimiento personal de los estudiantes, ayudándoles a encontrar un propósito y un sentido de pertenencia en su trayectoria académica.

El desarrollo integral del estudiante implica no solo la adquisición de conocimientos, sino también el fortalecimiento de su identidad y autoestima. Aquí, la tutoría desempeña un papel fundamental, al brindar un ambiente de confianza y seguridad donde los estudiantes puedan explorar sus creencias y valores sin temor a ser juzgados. Este espacio seguro es esencial para que los estudiantes se sientan cómodos al compartir sus experiencias y desafíos, facilitando así su desarrollo emocional y social.

Inclusión y equidad desde una perspectiva espiritual

La inclusión y la equidad en la educación son principios que deben fundamentarse en una perspectiva espiritual que valore la dignidad de cada estudiante. En un entorno digital, que puede exacerbar la desconexión emocional, los tutores tienen la responsabilidad de facilitar un aprendizaje inclusivo. Esto no solo implica permitir que todos los estudiantes expresen su voz y compartan sus experiencias, sino también reconocer y respetar las diferencias individuales, creando un sentido de comunidad y pertenencia.

La capacitación de los tutores en habilidades de escucha activa y empatía es fundamental para promover un ambiente educativo que respete las diferencias y fomente conexiones interpersonales. La empatía, entendida como la capacidad de ponerse en el lugar del otro, se convierte en una competencia esencial en la tutoría. Al cultivar relaciones basadas en la empatía, los tutores pueden ayudar a los estudiantes a superar barreras y a construir una comunidad académica solidaria y resiliente.

El rol de los tutores en la formación integral

Los tutores deben actuar no solo como guías académicos, sino como facilitadores del desarrollo integral del estudiante. Esto requiere un cambio en la mentalidad de los educadores, quienes deben reconocer que su influencia va más allá de lo académico. La tutoría debe ser vista como un proceso transformador que promueve no solo el rendimiento académico, sino también el crecimiento personal y social. Al atender las dimensiones emocionales y espirituales de los estudiantes, se crea un ambiente que fomenta la autoexploración y el desarrollo de habilidades que son esenciales para la vida en sociedad.

Este enfoque integral también implica que los tutores estén dispuestos a reflexionar sobre sus propias creencias y valores, ya que su ejemplo es fundamental para inspirar a los estudiantes. La autoevaluación y el crecimiento personal de los tutores son aspectos que deben ser considerados en la formación continua de los educadores, asegurando que estén preparados para guiar a los estudiantes en su desarrollo integral.

Conclusiones y recomendaciones

La tutoría universitaria en la era digital enfrenta desafíos significativos que requieren una revisión profunda de su rol en la formación integral del estudiante. Integrar una perspectiva espiritual y axiológica es esencial para ayudar a los estudiantes a encontrar un propósito y sentido de pertenencia en su trayectoria académica, enriqueciendo así la experiencia de aprendizaje y fomentando una conexión más profunda con los valores éticos y morales necesarios para la convivencia en sociedad. Para lograr esto, es fundamental que las instituciones educativas capaciten a sus tutores en habilidades de escucha activa, empatía y desarrollo personal, creando un ambiente inclusivo que valore la dignidad de cada estudiante.

Además, la tutoría debe ser vista como un proceso transformador que promueva el desarrollo integral del estudiante, no solo el éxito académico. Los tutores deben reflexionar sobre sus propias creencias y valores, ya que su ejemplo es clave para inspirar a los estudiantes. Al considerar la autoevaluación y el crecimiento personal en su formación continua, se asegurará que estén preparados para guiar a los estudiantes de manera efectiva. Así, la tutoría universitaria se convertirá en un espacio de acompañamiento y crecimiento que beneficiará tanto a los estudiantes como a la comunidad en general, formando líderes comprometidos en tiempos de incertidumbre y cambio.

Nota informativa 

Este artículo analítico forma parte del producto académico final del Diplomado en Formación de Tutores de la Universidad Bicentenaria de Aragua, Venezuela, y se presenta como un referente del artículo académico titulado «Tutoría universitaria en la era digital: desafíos desde una perspectiva espiritual y axiológica«

 

María Ninoska García de Morales. Doctora en Innovaciones Educativas (Unefa). Magister en Derecho Procesal Penal (ULA). Especialista en Docencia en Educación Superior (UCV).  Especialista en Derechos Humanos (Unilibre-Colombia). Abogado (ULA). ninoska@unet.edu.ve  WhatsApp +58 426 3764194