«Venezuela no le importa a nadie. Es un ‘combate inútil y estéril’ promovido por la derecha”. Carmen Calvo
La vicepresidente primera del gobierno de Pedro Sánchez y alta aparatschick del PSOE, Carmen Calvo, ha puesto el dedo en la llaga de lo que considera un debate estéril: ocuparse de Venezuela, “un tema que no le importa a nadie”. Llama a rebato para frenar las críticas que ha recibido el ministro de Transportes de su jefe político, José Luis Ábalos, por parte de la oposición de VOX, el PP y seguramente algunos sectores de su propio partido. Informados, como no lo parece estar ella, de varios asuntos correlacionados con el caso de la recepción semiclandestina de una funcionaria del gobierno socialista, contraviniendo una orden de la Comunidad Europea, nada más y nada menos que vicepresidente del gobierno dictatorial de Nicolás Maduro. No por una minucia, sino por graves violaciones de los derechos humanos cometidos por ella en el ejercicio de su alto cargo en la peor dictadura suramericana de hoy.
Delitos tanto y tan graves, como los que llevaron a decenas y decenas de miles de republicanos españoles a refugiarse en los más duros y oscuros años de la posguerra y la dictadura franquista en Venezuela, de la que hoy forman parte de pleno derecho. Tantos como los que llevaron a Carlos Andrés Pérez, líder socialdemócrata de Venezuela, a proteger a Felipe González y contrabandearlo a la España franquista nada más y nada menos que en su propio avión presidencial, y a ayudarlo a él y a otros dirigentes del socialismo español financiera e ideológicamente, y a muchos ciudadanos venezolanos nacidos en España, a contribuir a la transición democrática en respaldo al mismo Felipe González y a Alfonso Guerra.
La desbocada primera vicepresidente de Pedro Sánchez ha exhibido con sus desgraciadas y muy infelices afirmaciones, producto de su supina y cósmica ignorancia, así como su deslenguada imprudencia política y su imperdonable irrespeto hacia una de las más importantes y señeras aliadas de la democracia española, despreciando a tal grado a la nación que ha sido una de las más próximas e importantes aliadas de la España democrática. Demócratas y republicanos norteamericanos, que nada nos deben salvo nuestra fidelidad y amistad –no existe una sola colonia norteamericana en ninguna ciudad de Venezuela, como existen muy florecientes colonias españolas en toda ciudad de importancia a lo largo y ancho de nuestro país– se pusieron de pie y ovacionaron a nuestro presidente encargado. Y el presidente norteamericano le abrió sus brazos recibiéndolo en la Casa Blanca. El Parlamento y el presidente español se negaron a recibirlo. Está usted profundamente equivocada, Carmen Calvo: a la democracia más importante del planeta sí le importamos. Y a todos los países miembros de la Comunidad Europea, que nos respaldan y reconocen a Juan Guaidó como el único y legítimo presidente de Venezuela. ¿Qué perdemos si Sánchez, Iglesias, usted y los socialistas españoles nos desprecian? Nada. Salvo reforzar nuestras simpatías por los sectores auténticamente democráticos españoles. Ni el PSOE, ni Podemos. Imposible sentirse solidarios de carpetovetónicos como usted y los suyos.
Declaraciones tan canallescas como las suyas nos proveen de un sólido argumento para rechazar el socialismo de toda calaña. Tan destacado e importante en un país “que no le importa a nadie”. No nos ofende, sino al contrario, nos honra que no le importemos a usted. Más vale solos que tan mal acompañados.
@sangarccs