De lo que debemos estar seguros es de que la pandemia #covid-19 cambió el panorama global de la salud, de la economía, de los negocios e impuso, finalmente, a la tecnología como punta de lanza de todo.
Desde reuniones virtuales hasta vehículos de mando independiente (o autónomos), la electromovilidad y la transformación digital total van a ser el punto de inicio para el paso disruptivo de la tecnología: nos vamos a preparar para vivir en un mundo con menos interacción humana y mayor presencia de tecnología.
Inversiones en tecnología ya superan 50% del PIB global en un mundo menos presencial y más digital, online.
Vendrá la automatización a escala: ya con primeros pasos para robótica de procesos Robotic Process Automation (RPA) que no es otra cosa que automatizar las “líneas de producción” repetitivas mediante herramientas de software, procesos que además no cobran “beneficios sociales” ni “horas extras”, no se enferman y que funcionan 24x7x365. Ciertamente nos planteará un dilema entre más tecnología y menos burocracia. Ganará lo que el mercado pida: rapidez en operaciones, eficiencia y costos accesibles.
De la RPA, vendrá pronto la IA inteligencia artificial que permite que las máquinas “aprendan” y “hagan” entrando en el campo de la Hyperautomation.
Los softwares diseñados para procesos industriales, de gerenciamiento de plantas de electricidad, de represas de agua, de montaje de vehículos y de la industria textil o cualquier otra serán apenas manejados desde una laptop, por algún ejecutivo junior desde la comodidad de su casa y en pantuflas y así podrá dirigir, coordinar y controlar los procesos. Está comprobado porque el trabajo desde casa rinde, con todos los pros y contras, es la “nueva normalidad”, restando únicamente mejorar los sistemas de ciberseguridad de la data.
El teletrabajo ya no es una simple “modalidad” es parte de una realidad económica laboral que vino para quedarse y tendrá como mejor ayuda redes 5G más poderosas y su integración con toda la gama de IoT Internet of Things o Internet de las Cosas permanentemente conectados para el mejor cumplimiento de las tareas y trabajo.
Habrá mayor desarrollo de conceptos relacionados a “la nube” que en esta cuarentena del pasado 2020 mostró ser de alta utilidad para almacenaje de datos y gerenciamiento de negocios que consolidaron el eCommerce y venta de productos y servicios online. Miles de emprendimientos desde comida, hasta servicios de entrega, servicios de asesorías tributarias, de telemedicina y otros han florecido en medio de la necesidad de adaptación que la pandemia nos impuso.
Debo señalar la plataforma Zoom como claro ejemplo del éxito de los negocios y reuniones virtuales, la cantidad se seminarios, foros online, juntas de directorio, encuentros, escenarios de tomas de decisión remota desde cualquier parte del mundo. Reuniones con sistema de grabación, de presentación de data y de intercambio incorporados.
La pandemia y su post evento: la vacunación global significaran desarrollo de nuevos esquemas de logística, de trabajo, de organización, reducción del contacto físico y ello acarreará reducción de uso de energía.
La llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos puede marcar un nuevo escenario: ¿cuál será su postura frente a los gigantes tecnológicos? Está comprobado que el “poder del Estado” es ya subalterno al “poder de la tecnología” y de la energía. Google, Facebook, Twitter, Amazon, Samsung y Apple y las compañías de energía son las que dominan en tablero geopolítico global y habrá que ver si aceptan -o aguantan- más o menos regulaciones desde un Estado cada vez más débil y venido a menos. Es la época de los “Estados pequeños”, menos burocracia y más eficiencia: de los gobiernos electrónicos. Otro elemento importante es la guerra abierta entre Estados Unidos y China, guerra que se va a librar en el campo de la tecnología: quien domine la tecnología y la energía estará dominando el planeta.
La revolución de la tecnología, que empieza en 2021, incluye la energía: concretamente en la electrificación del transporte. Vehículos eléctricos ya no son novedad para el mercado ni para la sociedad. Ahora la economía exige mayores innovaciones y aquí entra el transporte eléctrico aéreo: aunque aún falta terreno por recorrer ya, por ejemplo, Rolls-Royce planea lanzar un avión eléctrico de velocidades a casi 500 kilómetros por hora y Airbus ya está estudiando aviones impulsados por hidrógeno. Si bien es cierto el negocio aeronáutico cayó por la pandemia, se necesitan hoy aviones más eficientes, más veloces que puedan atender a mercados cada vez más exigentes. Nuevos conceptos que obviamente se desarrollan siempre y cuando la tecnología avance: a mayor avance tecnológico, menor precio de energía vía renovable.
Creo que el “gran tema”, entre otros, de la tecnología este 2021 es la ciberseguridad: mientras más personas compartan más información, sensible en muchos casos, relacionadas al trabajo, industria, etc, es más complicado tener sistemas de ciberseguridad que garanticen un teletrabajo sin contratiempos. Mejorando los sistemas de ciberseguridad en las operaciones del día a día el teletrabajo será ya una fórmula irreemplazable en la economía laboral. El reto de los países latinoamericanos es subirse “a la ola” y no quedarse rezagados porque el mundo no nos va a esperar.