El conocimiento se manifiesta como una relación entre un sujeto y un objeto. En consecuencia, el verdadero problema del conocimiento se sitúa en la relación del sujeto con el objeto (…) ¿Cuál es el factor más importante y decisivo en el conocimiento humano? ¿Dónde se localiza su punto de atracción, en el sujeto o el objeto?
Hessen (Teoría del Conocimiento)
¿Será posible desde un plano sociológico encontrar ese aequum que permita evitar los males que han sido generados por causa de un pensar enrarecido, cuya razón implacable ha sido impuesta por los poderosos en todos sentidos (dimensiones) de la praxis de la vida? ¿Hasta dónde pueden precisarse aquellas características que bien señala Barrera (2006) de algunos políticos e intelectuales, quienes debido al conocimiento que poseen se abrogan el derecho de dirigir y hasta controlar el pensamiento del resto de los absolutos?
¿Es la sociología un instrumento de la ciencia que aborda los elementos esenciales del ser, conformados por sus espacios naturales y cosmológicos sin esperar acciones etiológicas, o en su defecto, es la etiología quien orienta sus acciones? ¿Dónde y cuándo perdió la sociedad el mensaje de la filosofía sobre el summun bonum? ¿O fue que el desarrollo y la construcción de la Iustitia y todo su conjunto en el devenir de lo que hemos venido denominando como sociedad en su realpolitik ha sido la culpable porque su praxis ha sido impune para la conformación de una justa sociedad?
Esta realidad, o mejor dicho, la necesidad de establecer las relaciones y diferencias entre sujeto y objeto, tal vez por ello, Hessen construye su Teoría del Conocimiento partiendo de la filosofía como generadora del resto de las ciencias, y posteriormente, explicar los aspectos que dificultan a ésta como fuente principal del saber: el dogmatismo, el escepticismo, el subjetivismo, el relativismo, el pragmatismo, el criticismo, a lo cual agregaríamos el cinismo, figura que por cierto ha hecho de la sociedad intelectual, es decir, la educación, quizás parte de un obstáculo mismo para el relevo del conocimiento.
Asimismo, cómo explicar que a pesar de miles y miles de conferencias sobre los aspectos educativos, miles y miles de investigaciones sobre el ámbito de las Ciencias en la Educación, abordadas desde una posición teórica que supuestamente centra sus observaciones y resultados en el plano de lo social; la praxis educativa y del ser humano en su conjunto sigan teniendo severas limitaciones en la búsqueda por el bienestar común, con un franco deterioro de la moral y la ética, así como las responsabilidades del ser. ¿Ontológicamente esa es la liberación del ser? ¿O acaso hay referentes y referencias semióticas que han sido desvinculados de los sentimientos, y por ende, fuera de la estética del vivir de los absolutos?
La libertad del saber, del conocimiento en el espacio de su praxis tanto en su naturaleza como en su cosmología, y en defectum, ante las analogías y contrastes, realidades y abstracciones, coordenadas y abscisas, claridad y oscuridad, sonrisas y lágrimas tiene que comprender que los procesos de la vida en la naturaleza y los humanos, e incluso el mundo desconocido tienen sujetos y objetos, es decir, no hay posibilidad de que esa praxis avance en sus temporalidades y evidencias hacia el bienestar, cuando existe un sujeto atrapado por condiciones que le ha impuesto al propio objeto por razones estrictamente temporales que sólo buscan preservar beneficios individuales, o de cofradías cuyas estructuras o sistemas, impiden que el nuevo conocimiento los sustituya, es decir, cuando se han agotado como niveles de existencia, impiden por cualquier medio la llegada de otras siluetas impregnadas con nuevos aromas, colores y dulzuras.
Hacia nuevos y permanentes cambios en los estadios del pensar
Para hablar de nuevos estadios del pensar, diferente a la propuesta piagetiana sobre el desarrollo cognoscitivo de los niños, requiere comenzar por descifrar la “complejidad” de lo que se ha llamado intelecto. Ante ello, nos preguntamos: ¿De dónde viene la palabra intelectual? ¿Por qué se habla de cociente intelectual? ¿Qué significa eso que algunos mencionan como “propiedad intelectual? ¿Piensan “pensamientos” o requerimientos los (auto)denominados intelectuales? En ese contexto, ¿ayudan a crear o destruir el pensar? ¿El intelecto está (des)asociado con la inteligencia?
¿Se puede ser inteligente sin ser intelectual? ¿Se puede ser intelectual sin ser inteligente? ¿Es necesaria la lectura y la comprensión intertextual, digital y metafísica para alcanzar la intelectualidad? ¿Pueden ser los niños(as) y adolescentes intelectuales? ¿Quiénes son más intelectuales, las mujeres o los hombres? ¿Por qué desde hace unos años, por ejemplo, se decía que algunas ciudades como San Petersburgo (Rusia) eran un centro intelectual? ¿Cómo ha impactado la educación el llamado proceso de “inteligencia artificial”?
¿Es el intelecto, por sí mismo, una forma de pensar o una aproximación al pensamiento? ¿Un intelectual tiene una alta dimensión axiológica? ¿La intelectualidad esta (des)asociada con los sentimientos y la espiritualidad? ¿Puede ser intelectual quien en sus textos señale la (in)existencia de Dios? En consecuencia, ¿por qué algunos pensadores como Spinoza hablarían del “amor Dei intellectualis” u otros como Nietzsche encontrarían en su intelecto La muerte de Dios? ¿Pueden ser ambos considerados intelectuales?
¿Es el intelectual un consejero social, político, cultural o religioso? Si asumimos como cierto el sentido que un intelectual buscaría el bienestar social, y por ende de los absolutos, entonces: ¿Puede ser compatible la actividad política con la actividad intelectual? ¿La intelectualidad está masificada o reducida? ¿Es pertinente la construcción semántica para hablar de intelectuales populares o “del pueblo”, o los intelectuales conforman una élite de personas? ¿Un ermitaño, un agricultor, un taxista, un recepcionista, un mecánico, puede ser intelectual o es una persona de conocimiento integral o parcial sobre las cosas que rodean al Universo? ¿Quiénes practican la estética o el arte de la música, la pintura, la poesía, el teatro pueden ser considerados intelectuales? Y si es así, ¿quién(es) lo determina(n), otros intelectuales, los absolutos? ¿Convertirse en experto jugador de ajedrez o de juegos virtuales nos convierte en intelectuales?
¿Un físico, un químico o un matemático con mucho dominio sobre las ciencias naturales, necesita escribir o teorizar sus hallazgos para ser intelectual? ¿Todo aquel que ha publicado alguna propuesta teórica, ensayo, narrativa u opinión puede ser considerado intelectual? Tal vez sea complejo, pero ¿cuántas interrogantes más se pudieran generar para indagar sobre el significado de la intelectualidad?
Ante tantas interrogantes e inquietudes, ¿estamos ante la presencia de intelectuales o (seudo)intelectuales? ¿Deben los intelectuales regenerar su estructura de pensar y sus pensamientos para lograr nuevas estructuras de pensar en sus receptores? ¿Será que los receptores se han quedado anclados ante el código del pensar intelectual, o será que el pensar intelectual no ha podido crear los códigos que necesitan los actuales receptores para la comprensión del conocimiento y el establecimiento de nuevos valores, y por ello, la profundización de la anomia en todos los contextos de la vida social, política y económica?
Muchos pensadores han tejido en sus escritos sobre el acontecer de la historia y las relaciones sociales que los absolutos han mantenido con sus semejantes y con el espacio que les rodea en todas sus manifestaciones concretas y abstractas, incluyendo lo cosmológico. No obstante, ¿han sido escuchados los llamados intelectuales por las élites políticas, económicas y religiosas que dominan el mundo? ¿O las estructuras que los propios Estados han creado a lo largo de los siglos en sus constituciones burocráticas impiden el acceso de las transformaciones sugeridas por los intelectuales? O, por el contrario, ¿han sido nefastas tales sugerencias para el desarrollo integral de los pueblos, y de allí que siga siendo cuesta arriba desmontar las crisis en los órdenes (des)asociados con el ser como responsable de la vida en paz y justicia social?
Es contradictorio, pero, aunque el intelectual, desde siempre ha sido visto como una persona muy culta, inteligente, generalmente asociada con el mundo de un singular conocimiento, en este siglo XXI, aún no encontramos una tesis seria e innovadora que hable sobre el papel revitalizador de éstos para poder convertirse en absolutos necesarios para el desarrollo de la humanidad ¿Será que tales pensadores no deben (re)encontrarse con otra visión, con otra perspectiva, con otras condiciones para llevar adelante su pensar y sus pensamientos, y explicarlos a una sociedad cada vez más carente o, mejor dicho, desinteresada por ideas intelectuales; en especial en las nuevas generaciones y ante una sociedad llena de anomia?
Si bien es cierto para algunos pensadores como Gramsci, cualquier absoluto pudiera ser un intelectual, tampoco debemos olvidar que el ser intelectual entre muchas cualidades, requiere de un acto de intelección, es decir, darse a entender; generar sobre los absolutos las capacidades necesarias para que pueda interpretar, aprehender y comprehender sus mensajes. Si esto no sucede, el intelectual, estaría trasmitiendo un mensaje lleno de vacuidad; y aunque en la misma medida no debe obviarse que los absolutos, también deben poseer un mínimo de requerimientos cognitivos para la (de)codificación de los textos que el intelectual quiera hacernos llegar. Por consiguiente, es la educación desde una perspectiva antropológica del desarrollo del pensar y el pensamiento quien debería brindarnos esa caja de herramientas.
Ante una realidad contemporánea que intenta desde la guerra imponer ideologías y territorios como una Rusia sobre Ucrania; o ver el cómo irrumpe la emigración de Asia y África a través del Mediterráneo hacia la Unión Europea, o por la selva del Darién hasta el río Bravo, caravanas de seres humanos de América Latina huyendo de una pobreza, que se complementa con la violación de derechos humanos, que terminan en deportaciones o detenciones, y quienes si tienen más suerte; pudieran acabar en refugios de las periferias de Roma, Paris, Madrid, o durmiendo en las calles de Nueva York; sin que antes no haya víctimas de hombres, mujeres y niños que mueren ahogados o quemados en sus travesías, o terminan siendo víctimas de la trata, explotación y prostitución forzada; sin que exista organismo alguno que realmente pueda velar y garantizar los derechos humanos del creciente número de emigrantes en el mundo.
Microsoft Windows, Google, Meta y Twitter: dueños de la inteligencia artificial
Si logramos orientar desde los sentidos del ser un nuevo pensar en tales interrogantes, la intelectualidad desde el Estado, la educación y la sociedad; habría que comenzar a plantearse si este oxigonio que atraviesa cada nación organizada será gobernada en un futuro cercano por una inteligencia artificial que a su vez sea la que oriente, el cómo será el cosmo-Estado, los nuevos procesos educativos, y por ende, la (de)construcción de otra sociedad.
Y en contraste, todo esto ocurre cuando el máximo jerarca de los soportes informáticos, es decir, el creador de Microsoft Windows, Bill Gates, no bastando con Occidente, es recibido en salón exclusivo por Xi Jinping como su “gran amigo” -algo inusual en el régimen y en el presidente chino–, lo que sin duda es un implícito reconocimiento a que tal creación es la principal y más usada en el resto de los sistemas de computación del mundo, y que acaba de comprar en casi 70.000 millones de dólares a la empresa de juegos Activision, y con ello obtener el dominio mental de casi dos tercios de la población que emplea programas y aplicaciones diariamente.
En contraparte Alphabet, mejor conocida como Google en complemento fundamental con YouTube, manejada por Larry Page y Sergey Brin, saben que monopolizan el buscador de lo que sea, en la mayoría de naciones del mundo; y que desprenderse de ellos sería casi que imposible en un mundo donde la geopolítica y la geolocalización, son el binomio inseparable de las relaciones humanas, y que aunque existan intentos por desprenderse de la gigante de la búsqueda, la única realidad es que hasta la NASA –máxima espacial estadounidense– es el vinculo de impensable para que ésta se una con Roscosmos –parte de la Agencia Espacial Rusa– para “vender sus territorios espaciales”, donde suponemos que Google Earth, ahora con su más reciente –de hace apenas unos días– vinculación con su Google Space Invaders –aquel juego creado por un japonés hacia finales de los setenta- pues, resulta obvio, que la inteligencia artificial estará más que extrapolada a una búsqueda de redes.
Así, para cerrar el cuadrante de los cuatro puntos cardinales en las “realidades virtuales”, Meta –Facebook, Instagram, WhatsApp y la recién creada Threads- con Marc Zuckerberg, y la lucha de éste contra Twitter– ahora aspirando a ser un gran eje de comunicación y operaciones financieras mundiales de Elon Musk, quien además es dueño de las innovadoras empresas espaciales, aquí lo que nos queda es comprender que vamos hacia la creación de un cosmo-Estado; donde ya vemos cómo “presidentes” de naciones reclaman a estos magnates de la tecnología hasta sus suspensiones en redes, o simplemente verlos, el cómo tienen que colocarles las alfombras rojas en los despachos presidenciales para recibirlos. Es simple. Ellos son los dueños de la inteligencia artificial; y es allí en sus centros de tecnología donde buscan adueñarse con sus programas, sobre cualquier aplicación o equipo tecnológico; y más atrás sobre las decisiones que estarán marcando la educación y la sociedad.
Todo absolutamente, todo, cuando menos hasta la mitad de este siglo, estará en manos de la suprageocomunicacionalidad de Microsoft Windows, Google, Meta y Twitter, lo que los convierte en los dueños de la inteligencia artificial, o sea, de lo que será el cosmo-Estado ¿Y para qué quedarán los Estados como los conocemos? Pues, para generar guerras, extractivismo, emigración, hambre y pobreza. Entonces, ¿podrá la inteligencia artificial advertir los pasos equivocados de la humanidad, que aún se advierte desde la inteligencia humana? La historia marcará la razón y también la verdad. ¿Y cómo quedará la inteligencia artificial de Dios?
@vivassantanaj_