El último escándalo del actual gobierno de Petro es el de las drogas y su alboroto, ante el cual debió salir a los medios el ¿médico? o gerente de la empresa de Colsanitas Colombia. No es mucho lo que se puede hacer. El gobierno, a su vez, a través de su representante el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, habló con la resistencia que le es característica. “Claro que les hemos cancelado”, dijo enfáticamente, haciéndole eco a su antecesora, la ex ministra de Salud Carolina Corcho.
Lo cierto del caso es que la escandola de Petro, el presidente, su hijo –Nicolás Petro Burgos- residenciado en Barranquilla, su funcionaria preferida que lo acompañó a China, Laura Sanabria y su “traicionero” Armando Benedetti, puedan meterse todos en una misma talega. A eso, agréguele, las estadísticas de la MOE, la Defensoría, el Consejo Nacional Electoral, Atlas y en general las encuestadoras, no dieron en el clavo. No así los esbirros de las FARC en Puerto Berrio, en donde ni Pastor Alape, ni Daniel Mendoza el autor de Matarife, lograron sus objetivos de alcanzar la alcaldía del municipio ribereño ni de llegar al Congreso.
La pérdida de las elecciones en las regiones fue monumental y el pueblo, al que Petro llama con tanta frecuencia, brilló por su ausencia o por su comprensión de la problemática del país. Lejos quedaron la imposición de la banda presidencial a cargo de María José Pizarro, la traída de la espada de Bolívar y la imposición de la banda de la vice, Francia Márquez, quien, a todas luces, perdió su apoyo en el lugar de su elección Suárez.
Lo cierto del caso es que no se entiende cómo o de qué manera los alzados en armas puedan luchar contra un régimen que debe pelear contra el bajo crecimiento, la alta inflación, el crédito caro y, aquí entran ellos, la incertidumbre política.
El caso de Bogotá es emblemático. Galán, franco opositor a las políticas de Petro -recuérdese si no su contraposición al tren aéreo-, trajo su equipo a trabajar en el empate con la ya ida Claudia López. “Reconozco el triunfo de Carlos Fernando Galán y, por el bien de Bogotá, le deseo mucha suerte en su gestión”, declaró oportunamente su principal rival Bolívar.
La pérdida de elecciones se dio en las provincias del país. Ya no más consejos de Seguridad, esperamos, y ya no más secuestros. La institucionalidad de este, un país francamente institucional, pues va de la mano de todos nosotros, los colombianos de a pie, quienes nos ganamos con el sudor de nuestra frente, el pan de cada día.
Las tres candidatas a la Fiscalía General de la Nación se mantienen y los trinos del presidente sobre las masacres del pueblo palestino que acaba de proponer son un reto difícil de cumplir. Si no, que alguien de la tercera línea del ELN, o del CCR o del CCG lo desmienta.
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