La ignominia contra el pueblo venezolano se traduce en políticas de terrorismo de Estado madurista que pretenden socavar la voluntad del pueblo de luchar por la defensa de los derechos adquiridos.
La sentencia contra los seis luchadores sociales y dirigentes sindicales y gremiales: Alcides Bracho, Gabriel Blanco, Emilio Negrín, Reynaldo Cortes, Alonso Meléndez y Néstor Astudillo, es parte de la arquitectura armada por la autocracia para desmembrar los tejidos y lazos de lucha de los trabajadores y sectores populares que cada día desprecian más y más a Maduro y la rémora del chavismo gobernante.
No hay una sola prueba en contra de ellos, la única razón para sentenciarlos es que hacerlo golpea la moral de los sectores que hoy permanecen en la calle luchando contra un gobierno antiobrero, que expropió el salario de los trabajadores a favor la kakistocracia maduroburguesa que ahora se mimetiza con parte de la «burguesía» tradicional de Fedecámaras, para llevar a cabo la «Nueva Política Económica» leninista, tal como se aplicó en la URSS hace poco más de 100 años.
La Nueva Política Económica (NPE) de Lenin marcó un cambio drástico en la URSS en 1921, en comparación con los cuatro años anteriores. Se detuvo la confiscación de empresas y la nacionalización de la industria. Lenin proclamó una restauración parcial de lo que él mismo llamó «libre mercado y capitalismo». Incluso las empresas estatales intentarían operar con fines de lucro. Los individuos podrían volver a ser dueños de pequeñas empresas y se permitirían los precios de mercado en lugar de las regulaciones estatales.
Esta apertura económica que estuvo de la mano de sectores económicos que aceptaron trabajar de la mano de la tiranía, sin involucrarse en política mientras no les afectarán sus inversiones, tuvo un impacto significativo. Ayudó a estabilizar la joven tiranía bolchevique, pero no duró mucho. Tres años después, Lenin fallecería.
En Venezuela, la aplicación de una nueva NPE madurista, es una versión totalmente antiobrera, premia al empresariado, lo elogia y lo incorpora, mientras persigue, acosa y extermina al trabajador. Socialismo madurista lo llaman.
MDI repudia sentencia de 16 años contra los 6 luchadores sociales | “Es una ignominia”
La izquierda se distancia de Maduro mientras Fedecámaras le hace carantoñas
Tres eventos esta semana dan cuenta de como la izquierda tradicional venezolana cada vez más se desliga de Maduro.
Vemos a un diputado seudoeconomista radical como Tony Boza señalar que «el gobierno no puede seguir diciendo que esto está bien económicamente», sumado a una protesta de varias organizaciones y partidos políticos que en algún momento estuvieron con el gobierno, frente a la Contraloría General de la República, pidiendo se rinda cuentas y se le ponga un parado a toda la corrupción en el país, y de colofón un comunicado de exministros de Chávez descargando a Maduro y explicando las razones de por qué Tareck El Aissami no está tras las rejas.
Y mientras esto sucede, Maduro y el nuevo presidente de Fedecámaras se llenan de elogios y carantoñas, preparando el terreno para un próximo encuentro.
Hoy la izquierda venezolana, sin duda un poco tarde en sus reflejos, pero segura, reconoce que ya todo el proyecto que en algún momento se autodenominó del socialismo del siglo XXI ya no es más que una autocracia embadurnada de un rojo nostálgico que dista de lo que ideológica y fanáticamente encarnaba Chávez.
Se acabó la fuerza revolucionaria, o quizá nunca la hubo, y en su lugar quedan las ruinas de la corrupción, el desfalco a la nación, la violación sistemática de los derechos humanos, delitos de lesa humanidad, narcotráfico, prostitución y la obsesión por la preservación del poder como sea.
Si la izquierda venezolana pretende recomponerse, la tarea será ardua pero no imposible. Deslastrarse de todo ese estiércol e iniciar propuestas distintas a las que nos llevaron a este desastre puede ser un buen inicio. Reconocer con humildad su errores y ser capaces de trabajar con sectores ideológicamente distintos, será fundamental.
Diputado madurista Tony Boza | “El gobierno no puede seguir diciendo que esto está bien”
La izquierda venezolana protestó contra el contralor y la corrupción
Ricardo Cusanno | ¿Una brillante estrategia entrista o una resignada entrega a la tiranía?
Conozco a Ricardo Cusanno como un hombre comprometido con la democracia y la libertad del país. Sin duda, sus últimos giros políticos de la mano de Foro Cívico me han sido difíciles de comprender. La estrategia de ellos en cuanto a la proximidad a la autocracia, el diálogo permanente y la vinculación cercana, después de haber sido preso político, aún creo que me pone algunas barreras psicológicas que sé, debo superar, por lo que entiendo que es una estrategia válida y que puede ser mucho más eficiente para algunas cosas.
Sin embargo, una cosa es una estrategia dialoguista per se y otra es el entrismo. El término «entrismo» se utiliza para describir una táctica política utilizada por ciertos grupos políticos. Esta táctica implica que los miembros de estos grupos se unan, ingresen o penetren en las estructuras de partidos políticos u organizaciones más grandes o poderosas, para incidir en ellos.
En el caso de Cusanno y el Foro Cívico, e incluso de Fedecámaras, ya que Cusanno en realidad sigue representando a esta federación de manera privilegiada, veo difícil asimilar una táctica entrista, que por cierto es poco eficiente para casos como estos; sin embargo, prefiero pensar que aceptar un nombramiento del TSJ que ha justificado embargos, expropiaciones, violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad, para intervenir a la Cruz Roja Venezolana, existan o no motivos, es una táctica tipo entrista que una entrega al verdugo, asimilando una especie de Nueva Política Económica leninista versionada por Maduro de la mano de Fedecámaras.
Reacciones polémicas | Ricardo Cusanno aceptó encabezar la intervención de la Cruz Roja
La recesión y el nuevo espejismo madurista: los BRICS
Siempre es grata una conversación con Manuel Sutherland. Al preparar una breve nota para puntodecorte.net sobre el tema económico, me quedó claro gracias a él que los BRICS, en el caso venezolano es exactamente igual que cuando el ALBA, Unasur e incluso Mercosur.
Nuestra economía es incompatible con cualquier sistema de integración o desarrollo económico. No por las sanciones, desde antes, porque Chávez y después Maduro se encargaron de aislarnos de todo el sistema financiero mundial, pero aún peor, mataron a «la gallinita de los huevos de oro»: Pdvsa, lo único que nos mantenía a flote.
Recientemente Maduro acusa a la Voz de América de una campaña internacional contra Venezuela porque publica estudios que demuestran que existe recesión en Venezuela, pero lo dice hasta Tony Boza, diputado especialista en temas económicos: «El gobierno no puede seguir diciendo que esto está bien económicamente».
Y todo será peor si se piensa que la retórica triunfalista de ser parte del BRICS es la salvación de Venezuela, porque la verdad es que si no producimos nada, se para el desfalco y la corrupción, y nos abrimos al libre mercado, no habrá posibilidad alguna de que «Mandrake el mago» nos salve.
Economista Manuel Sutherland | Estamos en recesión y “la entrada en los Brics no soluciona nada”